viernes, 18 de mayo de 2018

¿Qué es el rosario de la aurora?









Origen








Parece ser que sus orígenes se remontan al siglo XVII cuando los frailes dominicos difundieron el rosario (su fundador fue Santo Domingo de Guzmán) por toda España, tras la batalla de Lepanto, librada por los reinos cristianos contra los turcos.










El rosario es un rezo católico popular en el que se recuerda la totalidad de la Redención, dividido en tres series de cinco misterios cada una y separados estos por un padrenuestro, diez avemarías y un gloriapatri.



El rosario de la aurora se cantaba al amanecer (de ahí su nombre), en las madrugadas de los días festivos señalados: Mayos, Pascua, Corpus Christi, Fiestas Patronales, el Pilar, etc.… y a sus intérpretes se les denominaba auroros.












Se comenzaba en la puerta de la iglesia y se hacía el mismo recorrido que en las procesiones, a través de todo el pueblo y el único instrumento musical utilizado era la campanilla.



La expresión



Estoy convencido que todos ustedes conocen la expresión "acabar como el rosario de la aurora" y que muchos la utilizan de vez en cuando. Viene a decir que algo acaba mal por culpa de sus protagonistas y organizadores. Como es lógico, tiene su origen y explicación, y a ello voy.



Corrían los primeros años del siglo XIX cuando en Madrid se veneraba a Nuestra Señora de la Aurora. Se sacaba una imagen de la misma en procesión desde la basílica de San Francisco el Grande y, debido a lo temprano de la hora, la procesión iba alumbrada por faroles.












También salía en procesión la Virgen del Henar, supongo que, en las fechas de Semana Santa, y ambas imágenes se encontraron en una calle por la que no podían pasar a la vez. Los portadores y procesionarios de cada lado se enzarzaron en una discusión que debió avergonzarles, pero que, en lugar de ello, los llevó a las manos. Y así acabó aquel rosario de la Aurora (de Nuestra Señora de la Aurora) a farolazos y golpes.



Hay otras voces que sitúan el hecho en Andalucía, pero eso en poco cambio el fondo del asunto. Y no es la única vez en la que unas hermandades se enfrentan en la calle para que no ceda una Virgen a otra su lugar.














Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: Texto de “Hablar con corrección” (Pancracio Celdrán).


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