viernes, 31 de diciembre de 2021

¡Formación Cofrade de La Hermandad de Los Estudiantes de Oviedo os desea Feliz 2022!


 El fin de un año nos aboca inmediatamente al comienzo de otro nuevo, pero no como un eterno retorno de lo mismo, sino como un itinerario de profundización en nuestra vida cristiana de nuestro conocimiento, amor e imitación de Jesucristo, y de deseo de alcanzar la meta definitiva: la vida con Dios.

María, Madre de Dios, que abre este nuevo año, nos abrió también la puerta a esa vida divina, la de su Hijo.


 ¡Formación Cofrade de La Hermandad de Los Estudiantes de Oviedo os desea Feliz 2022!

CARTAS DE ESPERANZA ENERO 2022

 


Enero de 2022

 

Hermano:

«No temáis, traigo una buena noticia, una gran alegría: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Encontraréis un niño envuelto en pañales»

«Tengo el corazón tranquilo en medio de la vida. Me arrodillo conmovido ante el nacimiento. No sé cómo lo hará ese niño para cambiar este mundo lleno de guerras y odios»

«Asturias volverá a arrinconar al coronavirus» dice el mensaje de fin de año del presidente que apela a aprovechar los fondos europeos en la recuperación.

2.000 contagios diarios y preocupación por ómicron: así encara Asturias el puente de Año Nuevo.

En lo que va de mes se diagnosticaron 18.000 nuevos positivos, seis veces más que en todo noviembre.

¿Qué es lo más grande que me ha pasado en la vida? ¿Qué ha sido lo más emocionante, lo más profundo, lo más bello? ¿Dónde se esconde el misterio de todo mi caminar? No sé responder a menudo. Es como si todo fuera muy natural, nada tan extraordinario. Una vida como otras muchas. No tiene nada de especial. Me quedo pensando. ¿Qué cambiaría? ¿Qué hubiera hecho de forma diferente? Tampoco encuentro una respuesta rápida. No sé qué borraría. Los dolores tal vez, o las pérdidas. Los errores y esos pecados que han dolido. Las omisiones de las que me arrepiento. Esos silencios incómodos que no me dejaron crecer. Sacaría todas las cárceles en las que yo mismo me hice esclavo. Borraría de un plumazo los miedos que no me dejaron ser feliz. Eliminaría mis ansiedades que me hicieron huir muchas veces hacia delante. Y le daría un sí grande a todo lo vivido. Lo pasado está pisado, queda atrás, no hay como levantar el tiempo que se ha ido. Simplemente aprendo a dar gracias por lo vivido. Así llego ante el Belén, el nacimiento oculto en medio de la noche. Unos ángeles me anuncian que ha nacido la salvación. ¿Quiero que algo cambie en mi vida, es acaso necesario? Miro mi corazón herido y necesitado de cariño y de esperanza. Sí, quiero cambiar. Pero al mismo tiempo quiero aceptar lo inaceptable. ¿Cómo se puede perdonar al que me ha hecho daño? A mí, o a alguno de los míos, un hijo, un papá o una mamá, un hermano. ¿Cómo hago para no condenar a los causantes de injusticias que viven junto a mí? El alma se envenena al pensar en cómo podían cambiar las cosas y ser diferentes. No lo sé, tiemblo. Me duele el alma ante la cueva. Quiero tomar al niño entre mis brazos. Me siento tan indigno. Como ese pastor que corría desde sus rebaños para abrazar, estando sucio, a un niño recién nacido. No llegaba sin manchas, más bien manchado, sucio, maloliente, despreciado. Un hombre indigno. Y quiero que cambie todo en esa noche. Con la impaciencia propia de mi alma. Me gustaría que fuera ya el cambio, que todo se arreglara de repente, que la noche amaneciera, y la tormenta se apaciguara, que el frío menguara y el calor refrescara. Me cuesta tanto aceptar la realidad llena de aristas. Sufro. Y entonces como ese pastor me arrodillo ante un niño, sin comprender nada. ¿Cómo podrá esa familia indefensa mejorar mi vida? ¿Qué podrán cambiar ellos que no pueden elegir siquiera un lugar digno para su hijo? Me desilusiono y busco a los poderosos, a los que pueden cambiar algo, a los que tienen poder en esta tierra para mejorar las cosas. Ellos podrán, pienso, traer la paz. ¿Cómo se hace para calmar las guerras y apaciguar los odios? ¿No será necesario alguien poderoso que ponga fin a las injusticias? Vuelvo a pensar en mi vida. En los grandes regalos vividos. En los momentos de luz y fiesta que me llenaron el corazón de alegría. Pienso en mi historia, tanto es lo vivido, lo disfrutado, lo sufrido. No estoy triste, más bien la alegría llena mis entrañas de paz y optimismo. Dios puede cambiar mi corazón naciendo de nuevo en mi alma. Puede tocar las campanas que tengo ya oxidadas en mi interior, en el fondo del mar. Puede cambiar mis sueños despertando alegrías dormidas. Lo más grande que me ha pasado en la vida fue encontrarme con Jesús. O más bien, todo lo que vino después ha sido como es ahora gracias a aquel encuentro. Porque un día me dejé abrazar por la espalda cuando me escapaba de sus manos y tapaba mis oídos a sus voces. Y escuché entonces una voz que no era la mía dentro del alma. Y supe que su amor era poderoso porque vencía mis resistencias y me llevaba donde yo nunca hubiera pensado ir. Es curioso ese plan de Dios que altera todos mis proyectos tan humanos, tan ordinarios y cotidianos. Lo extraordinario en mi vida ha sido ver a Dios caminando a mi lado cuando no comprendía yo nada. Y saber que en mis manos Él se hacía carne, era Navidad. Lo más grande que me ha pasado ha sido esa fe que me dio Dios como sacada de debajo de las piedras. Y puso en mi alma sin merecerlo una fuente de luz, de agua, de alegría que yo desconocía. Lo más grande ha sido que me dio un mundo para amar ante mis ojos y la capacidad inmensa de dejarme amar en lo humano, sin ascender a las alturas alejándome del mundo. No quiero borrar nada de mi historia, tampoco mis pecados. Ellos siempre me han hecho más humilde y más niño, más necesitado y pobre. Más indigno como ese cordero con mancha que no cumple el requisito de perfección. Pero no importa porque Jesús me llama a mí a que le siga por los caminos, sin miedo, sin reservas. Tengo el corazón tranquilo en medio de la vida. Me arrodillo conmovido. No sé cómo lo hará ese niño para cambiar este mundo lleno de guerras y odios. No sé cómo lo hará para gestar unidad en medio de las divisiones. Cómo armonizará en mí y en todos, esa tensión entre lo humano y lo de divino. Cómo logrará hacer que mis palabras sean las suyas. No sé cómo y por eso me impaciento, quiero más, quiero el cielo en la tierra de forma inmediata. A mi manera y en mis tiempos. Es imposible, lo acepto y miro a Dios conmovido.

Me detengo ante muchas puertas cerradas. Intento que me abran, deseo abrirlas. No quiero forzarlas, aguardo impaciente, en el frío, en el calor, no importa. El respeto es lo más sagrado que conozco. El respeto a los deseos de mi hermano, de mi propia alma. El respeto que aguarda ante la puerta cerrada sin querer forzarla. El amor es respeto, vive del respeto y sin respeto muere. Corro buscando respuestas a las preguntas guardadas. Son muchas, siempre lo han sido, no me importa caminar con preguntas sin respuestas. Soy impaciente, pido el don de la paciencia. Esa actitud que pacifica mi alma. Me quedo quieto, callado, aguardando. Busco respuestas en medio de la noche. Aguardo a que el día nazca, a que la noche caiga, a que la hora llegue. Espero a que amanezca el esperado. Ese Dios que trae respuestas y sueños. Confío, en medio de mi dolor, a que todo pase y lleguen épocas mejores o simplemente deseo nacer a una nueva mirada, a una forma distinta de afrontar la vida y los caminos que suben y bajan, salen y se adentran, se detienen y avanzan. Confío en el abrazo de un niño Dios con brazos pequeños en medio de la pandemia. Espero a que todo salga bien, cuando es bastante incierto el futuro, siempre lo es, ahora y antes. Se llena de esperanza mi mirada cuando he vivido ya muchos fracasos o intentos frustrados. Me limpio el alma o me la limpia Dios estando sucio. No viene para premiar a los puros, sino para salvar a los heridos, a los perdidos, a los que se alejaron. Me levanto una vez más en la lucha, estando ya caído. Hablo con fuerza y altura, después de haber callado largo tiempo. La respuesta a mis preguntas brota en medio de una noche de estrellas. Tienen que saberlo todos, no puedo callarlo. Está vacío el portal, el pesebre, el establo, la gruta. Está vacía la vida y el corazón que sueña estrellas. Y yo me abajo agachándome, para entrar por esa puerta pequeña dibujada en la roca. Quizás la humildad es la única actitud que de verdad me salva en este tiempo de luchas. El orgullo es sólo vanidad y me envenena el alma. Y el deseo de valer y ser tomado en cuenta. Necesito aprender a bajar la cabeza e inclinar el corazón, con la humildad de los niños que sólo buscan posada donde descansar la cabeza. Me quiero postrar ante quien amo, ante ese Dios hecho carne de mi carne. Mi Niño amado. ¿De qué me sirve vender la vida por unas cuantas monedas si al final no encuentro un sentido? ¿Merece la pena ser esclavo de los hombres viviendo de rodillas ante ellos o puedo vivir con felicidad y en libertad esta vida que tengo agachándome sólo ante Dios? ¿Están rotos los vínculos que me forman y guían en esta vida? ¿Están sesgados los lazos que me salvan y me elevan por encima de la tierra? ¿Hay alguna voz lejana pronunciando mi nombre en la noche, perdidos los vientos, calmadas las olas, apaciguados los fuegos? ¿Hay luz después de haber caído el sol de nuevo este atardecer cuando las sonrisas se nublan? ¿Podrá la luz de las estrellas iluminar mi camino para saber cuáles son los siguientes pasos? La salvación tiene nombre de niño recién nacido. Es un abrazo que me salva habiendo estado perdido demasiado tiempo, solo, con nostalgia. Sueño con una Navidad que me cambie el alma para siempre y me llene de vida. Una Navidad que transforme mis vínculos y los haga más verdaderos, más hondos y nuevos. Una Navidad que me enseñe a amar, puede ser que nunca haya aprendido a hacerlo. Pongo en mis labios con mucha frecuencia la palabra yo antes que tú. Quiero conjugarlo todo en primera persona, para salvarme a mí primero, por encima del mundo. Me equivoco al ser tan egoísta. Yo no soy el importante. Seré más feliz cuando aprenda a vivir pensando en mi prójimo y menos en mi bienestar. Cuando abra mi corazón y me entregue por entero a quien camina a mi lado, seré más feliz, estaré más lleno. Hoy, en Navidad, escucho todo lo que provoca el nacimiento del Salvador: «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín». Dios se hace carne para habitar en mi presencia regalándome su paz. Viene para darme su luz y su esperanza, para pacificar mi alma y regalarme calma interior. Viene Jesús a traer la paz a mi vida y quiere que yo pacifique a los que caminan a mi lado. «Maravilla de consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz». Es el dueño de la paz verdadera, esa paz que no se apaga nunca. Esa paz que salva mi vida. Quiero que acaben mis guerras interiores. Quiero dejar de lado mis rencores y resentimientos. No me hacen feliz y logran que viva en tensión, atacando y sintiéndome atacado, agrediendo y sabiéndome ofendido. Me gustaría que no me importaran tanto esas injusticias que me afectan. Cuando no me dan lo que creo merecer. O no me tratan como yo hubiera deseado. La vida no siempre es como yo quisiera. Si me tratan mal no me lleno de rabia. No voy midiendo a los demás por su amor, su forma de tratarme, sus palabras y decisiones. Cada uno me da lo que puede. No les exijo lo que yo mismo les daría. No vivo de expectativas imposibles. Mi esperanza es más honda y nadie puede frustrarla. Jesús siempre vuelve de nuevo a nacer en mi alma. Es Navidad. El alma se calma y alegra. Nada temo. Muchos tienen que saberlo. Si lo supieran dejarían de caminar como ovejas sin pastor.

 El fin de un año nos aboca inmediatamente al comienzo de otro nuevo, pero no como un eterno retorno de lo mismo, sino como un itinerario de profundización en nuestra vida cristiana de nuestro conocimiento, amor e imitación de Jesucristo, y de deseo de alcanzar la meta definitiva: la vida con Dios.

María, Madre de Dios, que abre este nuevo año, nos abrió también la puerta a esa vida divina, la de su Hijo.

 

Enviado por:

 

Jesús Manuel Cedeira Costales.


sábado, 25 de diciembre de 2021

Oracion a la Sagrada Familia




 Jesús, María y José

en vosotros contemplamos

el esplendor del verdadero amor,

a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,

haz también de nuestras familias

lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio

y pequeñas iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,

que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división;

que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,

haz tomar conciencia a todos

del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,

escuchad, acoged nuestra súplica.

Amén.


(Papa Francisco, Amoris Laetitia, 325)



Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales

OPERACIÓN CALENDARIO DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DE OVIEDO: Navidad 2021

 




El domingo 26 de diciembre de 2021, día de San Esteban, tendrá lugar la tradicional OPERACIÓN CALENDARIO de la Hermandad y Cofradía de Los Estvdiantes de Oviedo. La hora de encuentro será a las 12:15 horas en la Plaza del Ayuntamiento, para iniciar el recorrido a las 12:30 horas por el centro histórico de la capital del Principado de Asturias.

Todo aquella persona que quiera participar en la OPERACIÓN CALENDARIO, ya sea en reparto de calendarios o portando las huchas, será muy bienvenida. 



¡FELIZ NAVIDAD!


BAJO LA PROTECCIÓN DE MARÍA.


DIOS LO QUIERE



Enviado por:


Jesús Manuel Cedeira Costales

viernes, 24 de diciembre de 2021

¡Formación Cofrade de La Hermandad de Los Estudiantes de Oviedo os desea Feliz Navidad!


 

Te Diré Mi Amor, Rey Mío

 

Te diré mi amor, Rey mío,

en la quietud de la tarde,

cuando se cierran los ojos

y los corazones se abren. 


Te diré mi amor, Rey mío,

con una mirada suave,

te lo diré contemplando

tu cuerpo que en paja yace. 


Te diré mi amor, Rey mío,

adorándote en la carne,

te lo diré con mis besos,

quizá con gotas de sangre. 

Te diré mi amor, Rey mío,

con los hombres y los ángeles,

con el aliento del cielo

que espiran los animales. 


Te diré mi amor, Rey mío,

con el amor de tu Madre,

con los labios de tu Esposa

y con la fe de tus mártires. 


Te diré mi amor, Rey mío,

¡oh Dios del amor más grande!

¡Bendito en la Trinidad,

que has venido a nuestro valle! Amén.


Rufino Grández




¡Nuestros más sinceros deseos de felicidad para esta Navidad!”.



¡FELIZ NAVIDAD! ¡DIOS HA NACIDO!

jueves, 23 de diciembre de 2021

EL PESEBRE




Apuesto a que no sabías lo siguiente sobre el pesebre en el que Jesús fue acostado.


Los pesebres son comederos para animales, pero en el antiguo Israel estaban hechos de piedra, no lo que verías en un belén moderno. No es cómodo, pero es excelente para protegerse. Por eso los que eran expertos en la materia, los sacerdotes, ponían en ellos a sus corderos recién nacidos para protegerlos. Pero no cualquier cordero, los corderos perfectos sin tacha que fueron usados ​​en el sacrificio por los pecados. 




Y Belén, donde nació Jesús, era FAMOSA por sus CORDEROS SIN MANCHAS utilizados para el sacrificio. Estos corderos tenían que ser perfectos para que los envolvieran bien apretados en una tela y los tumbaran en el pesebre para mantenerlos a salvo. Esta es exactamente la razón por la que la única vez que se menciona a los pesebres en la historia del nacimiento de Jesús es a los pastores.




 En Lucas 2 dice: "Esta será una señal para ti, encontrarás un bebé envuelto en una tela y acostado en un pesebre". ¡Los pastores habrían entendido este poderoso paralelo! ¡SABÍAN lo que significaban la tela y el pesebre! ¡Este bebé sería EL CORDERO PERFECTO DE DIOS! El Mesías que sacrificaría su vida por los pecados del mundo entero.




 Él no era solo un bebé envuelto en pañales acostado en un pesebre, Él era DIOS: perfecto, sin pecado y santo, humillándose para convertirse en el sacrificio perfecto para reconciliarnos con Él.

¡Ese CORDERO PERFECTO, es POR EL CUAL celebramos la NAVIDAD!

Todo bajo el control de Dios, cada detalle, cada situación… era una manifestación de su glorioso plan. 



Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales


Brindis cofrade


 Mañana a las 17 h en la Casa Hermandad de los Estvdiantes tendremos el tradicional Brindis cofrade por el Nacimiento del Señor.


Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales

viernes, 17 de diciembre de 2021

RELIGIOSIDAD POPULAR DE LAS CAPILLAS DOMICILARIAS

 




   ¡Oh! que ingrato sería, si el que en esta casa

    entraré, por el olvido se olvidaré, de decir :

    ¡Ave Maria!, pero si después de oír la palabra

    tan celestial, no responde singular: ¡ sin 

    pecado concebida!




Las primeras capillas u hornacinas- urnas de madera que contienen la imagen de un Santo o una Virgen protegida por un cristal- surgen de la devoción a la Virgen y a los Santos por parte de la comunidad franciscana y de las órdenes de caballerías medievales.

 


En las " visitas domiciliarias de los frailes franciscanas" se relata como las hornacinas de la Virgen del Carmen, San Antonio de Padua y San Francisco de Asís, circulaban por los hogares según un protocolo establecido para unir en oración a las familias devotos, junto a ellas, a veces acompañaba un libro de oraciones y una hucha para depositar limosnas.



La Contrareforma es un momento de cultivo desde el que se fomenta este tipo de devociones y de otra similares, las órdenes religiosas femeninas se encargaron de propagar estás tradiciones en especial las que querían difundir el dogma de la Inmaculada Concepción.




El papel organizativo de la mujer en la traducción, es el siguiente:

CELADORAS- Responsables de la Capilla, primero se encargan de buscar a gente, de recoger el dinero y llevarlo a la parroquia,  limpiar la capilla y prepararla.

CORO- Son las mujeres que se encontraban en la lista de la Capilla, que iba pasando de casa en casa de las mujeres del listado.

TITULAR- Es la dueña de la capilla, comprada por algún familiar suyo o por ella misma. Esta puede retirarla en el momento que ella lo desee, que ocurre en caso de fallecimiento o por el mal estado de conservación de la capilla.



Hoy en día es una tradición venida a menos, por la despoblación en los pueblos y por la pérdida de esta costumbre.




Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales

ANTÍFONAS MAYORES DE LA “O”



Las antífonas de la “O” son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23 de diciembre. Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y, también son, una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento del Salvador.

Se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación “O”, en castellano “Oh”. También se llaman “antífonas mayores”. Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre: “Oh”. La comprensión cada vez más profunda de su misterio. Y la súplica urgente: “ven”.




Cada antífona empieza por una exclamación, “Oh”, seguida de un título mesiánico tomado del Antiguo Testamento, pero entendido con la plenitud del Nuevo Testamento, Es una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y termina siempre con una súplica: “ven” y no tardes más.

O Sapientia = sabiduría, Palabra

O Adonai = Señor poderoso

O Radix = raíz, renuevo de Jesé (padre de David)

O Clavis = llave de David, que abre y cierra

O Oriens = oriente, sol, luz

O Rex = rey de paz

O Emmanuel = Dios-con-nosotros

Cabe destacar que, leídas  al revés las iniciales en latín de la primera palabra después de la "O",  forman el acróstico "ero cras", que significa "será mañana, vendré mañana".


Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales

lunes, 13 de diciembre de 2021

El Anuncio de Navidad

 



La santa misa de la solemnidad de la Natividad del Señor que celebra el santo padre en la basílica de san Pedro, en los últimos instantes del 24 de diciembre, comienza con el canto del Anuncio de Navidad.

Este es un rito no exclusivo de la liturgia papal, sino que puede usarse en cualquier iglesia en la que se celebre la misa de Navidad.

El Anuncio de Navidad, que también se llama Calenda, por sus primeras palabras, es un texto que se encuentra en el Martirologio Romano. Este anuncio, que fue costumbre centenaria en los monasterios y en la liturgia papal, para significar el último instante del Adviento, ha sido incorporado en el Martirologio Romano para todo el mundo. 

Este pregón, que se canta o se proclama con solemnidad, es un compendio de la historia de la humanidad que espera la salvación realizada en Cristo. Como un último grito del Adviento se contemplan la creación, la alianza y la promesa de salvación que, tras el diluvio, se concreta en la llamada al patriarca Abraham y el éxodo del Pueblo acaudillado por Moisés. El texto litúrgico incorpora la vocación de todos los pueblos con una interesante referencia al calendario de los griegos y romanos, culturas en la que se acogió históricamente el acontecimiento de la Encarnación

Como aceptación de la Verdad, es costumbre en algunos lugares hacer una genuflexión al final del solemne anuncio, para expresar la adoración de la comunidad cristiana ante el insondable misterio de Cristo: Dios asume la realidad de nuestra carne.

En el caso de la liturgia papal, al concluir el canto el papa descubre la imagen del Niño Jesús que se encuentra frente al altar, para dar por iniciado el tiempo de Navidad. 

El texto de la Calenda en español es el siguiente:

“Octava Calenda de Enero. Luna... [cambia cada año esta última frase]. Habiendo transcurrido innumerables años desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen; pasados siglos y siglos desde que, tras el diluvio, el Altísimo puso en las nubes su arco como signo de alianza y paz; en el siglo veintiuno desde que Abraham, nuestro padre en la fe, salió de Ur de los Caldeos; transcurridos trece siglos desde que el Pueblo de Israel fue guiado por Moisés para salir de Egipto; cerca del año mil desde que David fue ungido rey; en la sexagésima quinta semana de la profecía de Daniel; en la centésima nonagésima cuarta Olimpíada; en el año setecientos cincuenta y dos desde la fundación de Roma; en el año cuadragésimo segundo del imperio del César Octaviano Augusto, estando todo el mundo en paz, Jesucristo, eterno Dios e Hijo del Eterno Padre, queriendo santificar el mundo por su advenimiento, fue concebido por obra del Espíritu Santo, y transcurridos nueve meses después de ser engendrado, en Belén de Judea nació de la Virgen María hecho hombre. La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo según la carne.”


Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales

domingo, 12 de diciembre de 2021

La belleza de una tradición olvidada de Adviento



La misa “Rorate” en honor de la Santísima Virgen María se celebra tradicionalmente en la oscuridad justo antes del amanecer

La temporada de Adviento cae cada año en diciembre. Es un mes en el que vemos el tema general de la temporada litúrgica reflejado en la naturaleza. La oscuridad se ha apoderado del mundo y aumenta más a cada día. Sin embargo, hay esperanza por la pronta llegada de los días que empezarán a alargarse y del sol que conquistará la noche.


La tierra revela que existe una luz en este oscuro lugar y esa Luz reina triunfante.


La Iglesia hace aún más visible esta verdad con una antigua tradición (a menudo olvidada) llamada Misa “Rorate Caeli”.


Esta misa votiva durante el Adviento en honor a la Madre de Dios recibe su nombre de las primeras palabras del canto de apertura en latín, “Rorate caeli”. Significa “Derramad, oh cielos”.


La misa se celebra con más frecuencia en comunidades consagradas a la Forma Extraordinaria del Rito Romano (es decir, la “misa latina”). Pero es también una opción para las parroquias que celebran la misa en la lengua vernácula.


Antes del amanecer


Lo peculiar de esta celebración de la Eucaristía es que se celebra tradicionalmente a oscuras, con la única luz de las velas y justo antes del amanecer.


El simbolismo de esta misa es abundante y es una expresión suprema de la temporada de Adviento.


Primero de todo, ya que la misa se celebra normalmente justo antes del amanecer, los cálidos rayos del sol invernal van iluminando lentamente la iglesia.


Si se mide correctamente, para el final de la misa toda la iglesia está ya inundada por la luz del sol.


Esto es reflejo del tema general del Adviento, un tiempo de expectativa y espera ansiosa por la llegada del Hijo de Dios, la Luz del Mundo.


En la Iglesia primitiva, Jesús era representado con frecuencia como Sol Invictus, el “Sol invicto”. Y el 25 de diciembre era conocido en el mundo pagano como Dies Natalis Solis Invicti (Día del Nacimiento del Sol Invicto).


San Agustín hace referencia a este simbolismo en uno de sus sermones:


“Gocémonos, hermanos; alégrense y exulten los pueblos. Este día lo ha hecho sagrado para nosotros no el sol visible, sino su creador invisible, cuando una virgen madre, de sus entrañas fecundas y en la integridad de sus miembros, trajo al mundo hecho visible por nosotros, a su creador invisible”.



Lucero del alba

Conectado con este simbolismo está el hecho de que esta misa se celebra en honor de la Santísima Virgen María, a menudo tratada con el título de “Lucero del Alba”.


Astronómicamente hablando, el “lucero del alba” es el planeta Venus. Y se ve con más claridad en el cielo justo antes del amanecer o después del ocaso.


En ese momento es la “estrella” más brillante en el cielo y proclama o abre el camino al Sol.


La Santa Madre es el auténtico “Lucero del Alba”, siempre señalándonos a su Hijo. Y así la Misa “Rorate” nos recuerda el papel de María en la historia de la Salvación.


En segundo lugar, nos recuerda la verdad de que la oscuridad de la noche no dura, sino que es siempre rebasada por la luz del día.


Es una verdad simple que a menudo olvidamos, especialmente en medio de una prueba de tinieblas en la que todo el mundo parece inclinado a destruirnos.


Dios nos tranquiliza diciéndonos que esta vida es solo temporal y que somos “forasteros y huéspedes” en una tierra extranjera, con destino al Paraíso.


Velas encendidas toda la misa

Por último, encontramos un hermoso destello de simbolismo en la costumbre de que todos los presentes sostengan velas encendidas a lo largo de la misa.


Ciertamente, es una forma práctica de iluminar la iglesia. Pero también simboliza la realidad de que la oscuridad es repelida por la unión de muchas luces individuales.


De hecho, cuando todos juntos permitimos que brillen nuestras luces ante la humanidad, sin esconderlas bajo un cajón (Mt 5,15), somos capaces de iluminar el mundo y destruir sin problemas la oscuridad ante nosotros.


En definitiva, la Misa “Rorate” es una bella tradición en la Iglesia que nos ayuda a entrar en la temporada de Adviento.


Por encima de todo nos ayuda a recordar y a reflexionar sobre una verdad central de nuestra fe: la oscuridad es una sombra pasajera y huye más rápidamente cuando ve una multitud de luces.



Enviado por:


Jesús Manuel Cedeira Costales

Triduo en Honor a Nuestra Señora de la Esperanza 2021

 






Celebraremos el Triduo en Honor a Nuestra Señora de la Esperanza también en esos días, en la Iglesia de San Francisco de Asís (Iglesia Redonda, Plaza de la Gesta de Oviedo), siendo los días 16 y 17 el Santo Rosario a las 19:00 h. y la Santa Misa a las 19:30 h. El día 18, coincidiendo con la festividad de Nuestra Sra. de la Esperanza, se celebrará a las 13:00 h. en la Santa Misa Solemne.

Recordad acudir siempre con mascarilla y la medalla de la Hermandad.

Sin otro particular que agradecer sinceramente tu ayuda solidaria y oración, recibe un fraternal abrazo en el Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y que San Francisco Javier nos bendiga, proteja y guíe a todos.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Colabora con la OPERACIÓN JUGUETE

 





La Hermandad de los Estudiantes, con su grupo joven "Los Javieres" a la cabeza, ha organizado la VII Operación Juguete. Otro año más iniciamos está operación caritativa con la finalidad que ningún niño pase la Navidad sin recibir juguetes. Continuamos con una situación muy delicada y por ello nos marcamos objetivos más ambiciosos, intentando llegar a más hogares necesitados que en ediciones pasadas y siempre con la finalidad de colaborar con los REYES MAGOS DE ORIENTE.


Recogeremos JUGUETES NUEVOS Y USADOS pero os pedimos un poco más de colaboración, en la medida de lo posible, para que vengan empaquetados en sus cajas o envueltos en film trasparente, ya que reduciremos su manipulación, facilitando su desinfección y así también podemos ponerlos en cuarentena preventiva cuanto antes, para que lleguen a sus nuevos hogares sin correr ningún tipo de riesgo.


JUEGOS DE MESA, LIBROS, MATERIAL DEPORTIVO, VIDEOJUEGOS, PELUCHES, JUGUETES EN GENERAL, ¡COLABORA!


Si hacéis compras online ó queréis colaborar, nuestra dirección de entrega es:


"CASA DE HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES", 


Travesía del Rayo nº4, 33008 OVIEDO (Asturias)


HORARIO APERTURA DE LA CASA DE HERMANDAD: 


13:00 A 21:45 HORAS, DE LUNES A DOMINGO.


Os pedimos ayuda para poder llegar al mayor número de personas que puedan colaborar en nuestro DICIEMBRE SOLIDARIO.


COMPARTE ESTA PUBLICACIÓN, ¡GRACIAS!


LA RECOGIDA YA HA COMENZADO 


y se prolongará hasta el MIÉRCOLES 22 de DICIEMBRE.


MÁS INFORMACIÓN:


Facebook, Twitter, Instagram: Hermandad de Los Estudiantes de Oviedo


Facebook: Grupo Joven Los Javieres Oviedo


Página web: www.hermandadestudiantes.es


"Bajo la protección de María, porque ¡DIOS LO QUIERE!" 

"XIII OPERACIÓN CARRETILLA"



"Lugar de recogida: "CASA DE HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES" Travesía del Rayo nº 4, 33008 OVIEDO (Asturias) HORARIO APERTURA: 13:00 A 21:45 HORAS, DE LUNES A DOMINGO.

Como ya es tradicional, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y San Francisco Javier, “Los Estudiantes” llevará a cabo, D.m., la Operación Carretilla, en colaboración con los Supermercados de “El Corte Inglés” y Supercor, con el fin de recoger alimentos para la Cocina Económica de Oviedo y las Siervas del Corazón de Jesús.
Estas Hermanas de Honor de la Cofradía llevan a cabo una labor de caridad alimentando a los más menesterosos de nuestra ciudad, por lo que necesitan toda la ayuda posible que podamos aportar.
Estaremos los días 16 y17 de diciembre, previos a la Navidad en los supermercados en horario de 10:00 h. a 21:00 h. y el día 18 hasta media tarde, con el fin de poder llevar luego lo recogido a la Cocina Económica.
Según la evolución de la situación sanitaria actual, se realizará la “procesión solidaria” tradicional o, como el año pasado, se llevará en transporte para evitar situaciones de riesgo.
Nos gustaría contar con tu ayuda en alguno de los puestos en el horario que puedas asistir. Por favor, ponte en contacto con Tino, coordinador de la actividad, para que con tu apoyo y asistencia pueda elaborar los cuadros presenciales en los puestos, en el teléfono 625 37 76 02. En estos tiempos difíciles es importante que asistamos a esta labor de ayuda a los más necesitados.
"POR UNA NAVIDAD SOLIDARIA"


jueves, 9 de diciembre de 2021

LOS MARTIRIOS DE SANTA EULALIA DE MÉRIDA EN EL HIMNO DE PRUDENCIO

  

 


           Eulalia de Mérida (Augusta Emerita, 292 d. C.-Augusta Emerita, 10/12/304 d. C.) es patrona de la libertad de pensamiento y expresión, oratoria, elocuencia, Mérida, Oviedo, Totana, Almonaster el Real; Abamia, Cangas de Onís; La Lloraza, Villaviciosa; Ujo, Mieres; Segovia; Santa Olalla del Cala, Balazar (Portugal) y Cagliari (Italia) Padeció martirio en su ciudad de nacimiento (hoy, Mérida) bajo las persecuciones del emperador Diocleciano. La noticia de su vida y martirio convirtieron la ciudad en uno de los lugares de peregrinación de Europa Occidental durante la Alta Edad Media. Hasta la proclamación de Santiago Apóstol, fue considerada patrona de las tropas cristianas durante la Reconquista y patrona de las Españas. Es alcaldesa perpetua de Mérida y patrona de la ciudad, así como de la Archidiócesis de Oviedo, a cuya catedral fueron llevados sus restos, y de numerosas localidades de España, Portugal, Italia e Hispanoamérica. Eulalia de Mérida era hija del senador romano Liberio, cristiano como toda su familia.

            Aurelio Prudencio Clemente, conocido por Prudencio (Calahorra, 348 d. C-413 d. C) escribe en el siglo IV el Peristephanon, o libro de las coronas de los mártires, integrado por catorce himnos, el tercero de los cuales dedica a Santa Eulalia de Mérida, cuya pasión se analiza también en el Pasionario hispánico, de Pilar Riesco Chueca (Universidad de Sevilla, 1995); Santos Protomártir Vaquero en El Poema de Eulalia de Mérida de Aurelio Prudencio (www.dip-badajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_10, 1984) y en Los trece martirios de Santa Eulalia, de Javier Campos (www.cofrades.sevilla.abc.es).




            Este último sintetiza los trece martirios de Eulalia de Mérida en los siguientes:

            Azotes con correas plomadas; arañar su cuerpo con barras de hierro con uñas y garfios; derramar aceite hirviendo sobre sus pechos de niña; rociarla con cal viva y echarle agua para que se abrasase, sin recibir daño alguno; trajeron una olla de plomo, para ver si rectificaba su fe, pero no cedió y miró al cielo para recibir el tormento; el plomo se quemó y los tiranos se abrasaron las manos; el juez pide de nuevo que la azotaran con las varas puntiagudas y que refregasen sus llagas con cascos de tejas puntiagudas; mandaron quemar su cuerpo con hachas encendidas, que la metiesen en un horno y que lo abrieran hasta que la niña quedase hecha cenizas, pero ella salió cantando alabanzas a Dios; la pasearon desnuda por las calles y plazas de la ciudad, con el pelo rapado, llevándola hasta el Hornito, lugar en el que se ejecutaba a la gente; allí le arrancaron las uñas de pies y manos, la pusieron en una cruz, levantándola y dejándola caer contra el suelo, por lo que su delicado cuerpo quedó desconyuntado; otra vez le pusieron hachas encendidas que le abrasaren los costados; colocaron braseros por todas partes, que levantaban grandes llamas de fuego, que la niña tragaba por su boca, de la que todos vieron salir una cándida paloma...




            Prudencio inicia su Himno en latín diciendo quién es Eulalia, a quien define como "ilustre y noble por su cuna,/ Aunque, más noble que por la prosapia,/ Por la clase de muerte que ha sufrido./ Es la virgen sagrada,/ ornamento magnífico de Mérida;/ De Mérida, a quien ama,/ Donde vio la primera luz del mundo/ Donde sus huesos en paz descansan.../ Maravilló animosa a los verdugos,/ Que, atónitos, temblando la escuchaban/ Confesar que el suplicio/ Le era dulcísimo y la muerte grata.../ Apresurando el paso vigilante,/ mucho camino recorriera Eulalia,/ Ante que iluminase el horizonte/ con bienhadada luz la aurora clara./ Y al tribunal, apenas amanece,/ Ya se dirige, decidida, impávida.../ Y con voz firme exclama:/ Negar a Dios, omnipotente Padre,/ no es el colmo, decidme, de la insania...?/ Pues aquí me tenéis: soy enemiga/ de diabólicos ritos: soy cristiana./Y vuestros vanos ídolos/ Con menosprecio pisarán mis plantas./ Isis, Apolo, Venus, todos estos./ Y el mismo Maximiano, ¿qué son?: nada... /Ea, verdugo, pronto, quema, corta:/ Estos miembros que lodo son, desata:... /Al líctor, dirigiéndose, le dice:/ "De mi presencia pronto la arrebata:/ Atorméntala pronto con suplicios;/ Sienta en sí que hay los dioses de la patria.../  Los instrumentos pronto por ti aguardan/ O herirá tu cabeza agudo hierro,/ O las hambrientas fieras, despiadadas,/ Destrozarán tus miembros doloridos,/O, de las teas la humeante llama,/ Ante los tristes gritos de los tuyos,/ Disolveraste en polvo vil tornada.../ La mártir, entre tanto silenciosa,/ No quiso responder a estas palabras;/ Sino que, respirando estremecida/ E indignada, saliva al rostro lanza/ Del astuto tirano; y en seguida/ De los dioses derriba las estatuas... /Sin tardar un instante, dos verdugos/ Sus tiernos pechos, torpes despedazan/ Y el acerado garfio de ambos lados/ El virginal costado lo desgarra/, penetrando hasta el hueso;/ Y entre tanto/ los golpes que la hieren cuenta Eulalia... /He aquí, Señor, que para mí es escrita/ Esta lección por vos.../ El último suplicio desde entonces/ A pasos gigantescos se acercaba... / El humo y el calor por doquier vagan/, Y a los costados, y hasta el vientre y pecho/ Llegan, por fin, con furia desusada.../ Un velo, en su cabeza, que la cubre,/ Y su inocencia en su desdoro guarda./ Hasta el semblante mismo de la mártir/ Llega, por fin, la crepitante llama./ Que, envolviendo continuo la cabeza,/ Ya por la cabellera alimentada,/ Superó el mismo vértice. Y entonces/ La virgen que con ansia/ Un fin presto a la vida apetecía,/ Al respirar la hoguera fue asfixiada...  / El satélite mismo allí presente/ También ha visto la paloma blanca/ Que, ante el público, atónito de asombro/ De la mártir la boca abandonara./ Así son venerados por sus hijos/ Los huesos de esta mártir esforzada/ Y el altar que delante de sus restos,/ Por la piedad edificada se alza./ Ella, cerca del trono del Excelso/ De mirar a sus pueblos no se cansa,/ Escuchando benigna/ del labio del creyente la plegaria."

            Versos para la eternidad, como los de Lorca: "Nieve ondulada reposa./ Olalla pende del árbol./ Su desnudo de carbón/ Tizna los aires helados./ Noche tirante reluce./ Olalla muerta en el árbol."/


Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales.

sábado, 4 de diciembre de 2021

Ensayo solidario

 




Enviado por:

 

Jesús Manuel Cedeira Costales.


Villalpando, tierra de la Purísima

 



Trece pueblos de la Tierra de Campos zamorana avalaban el 1 de noviembre de 1466 el primer Voto del mundo reconociendo la Inmaculada Concepción de María

 

Ocurría en Villalpando, en pleno corazón de la Tierra de Campos zamorana, el 1 de noviembre de 1466: trece pueblos se reunían en la iglesia de San Nicolás de Bari para realizar el primer voto a la Inmaculada Concepción del mundo. Habrían de pasar más de 400 años hasta la promulgación del Dogma de la Inmaculada por Pío IX.

 

Trece pueblos que pertenecían al señorío de los condestables de Castilla avalan el Voto: Villalpando, Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villardiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva del Campo y Cerecinos de Campos.

 

En uno de los laterales de la iglesia de San Nicolás, escenario de aquel voto histórico, un mural del pintor Antonio Pedrero de casi cuatro metros de altura recuerda el episodio que escribió una página en el devenir de la cristiandad.

 

 

Los representantes de los trece pueblos hacen profesión de fe en torno a la imagen de la Inmaculada, de la escuela de Gregorio Fernández -la talla original no se conserva-, mientras el pueblo permanece apiñado y reza.

 




Desde el siglo XII

El voto de Villalpando se efectúa 31 años antes del que avala la Universidad de la Sorbona (París) y diez años antes de que el papa Sixto IV publique la primera bula en pro de la Inmaculada, con la discusión entre los teólogos aún viva. Ya entonces era una «tradición antigua» en Villalpando, pues consta de forma documental que en el siglo XII se honraba a la Purísrima en esta parte de la Tierra de Campos Góticos donde Zamora se funde con Valladolid y Palencia en una inmensa marea de cereal y adobe.

 

Es una tierra de surcos y palomares, de altivas espigas y suaves lomas donde se alza orgullosa Villalpando entre los restos de su muralla y su Alcázar. La villa, hoy parte de esa España Vaciada que pierde la memoria de lo que fue, era en 1466 una población relevante que tuvo voto propio en Cortes. De su prosperidad e importancia habla que ya en el siglo XII contaba con diez parroquias, dos conventos y varias ermitas, así como cinco hospitales en el siglo XIV. Este voto, refrendado en cinco ocasiones a lo largo de los siglos, culminaba en 1954 con la coronación canónica de la Purísima de Villalpando, que la tiene por Patrona y celebra sus fiestas grandes el 8 de diciembre. Los trece pueblos terracampinos hacían historia al ratificar la expresión de la fe en la Inmaculada Concepción. Cuatro siglos después, el 8 de diciembre de 1854, el beato Pío IX la proclamaba como Dogma de Fe en su bula Ineffabilis Deus, que afirma que la Virgen María «fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano».

 


Aunque desconocido para muchos, el Voto de Villalpando ha sido reconocido por estudiosos y teólogos. El Congreso Mariano Internacional de 1908 ratificaba que los trece pueblos zamoranos fueron los primeros que proclamaron explícitamente y de forma solemne este misterio mariano, juramentando que defenderían «a costa de su sangre y de sus vidas» que la Virgen María fue concebida sin mancha y permaneció Virgen e Inmaculada «antes, en y después» del nacimiento de su Hijo.

 




En reconocimiento a la contribución de la zamorana Tierra de Campos al triunfo del dogma de la Purísima Concepción, el Papa Pío IX decidió colocar el monumento a la Inmaculada en la Plaza de España de Roma, junto a la Embajada de España, donde cada 8 de diciembre se celebra una recepción.

 

Y aquí, en la Tierra de Campos, en un mundo rural que languidece, trece pueblos terracampinos mantienen vivo el orgullo de haber sido los primeros en reconocer a María como Madre llena de gracia. Es la Tierra de la Purísima.


 



El milagro de Empel

La relación entre la Purísima y Zamora queda plasmada en el Milagro de Empel, ocurrido entre el 7 y el 9 de diciembre de 1585 en la antigua Flandes, por el que la Inmaculada Concepción fue declarada Patrona de los Tercios Españoles y de la actual Infantería. Tras ocho días de asedio, el Tercio Viejo de Zamora, con 5.000 soldados reclutados en la provincia, se salvaba de una muerte segura. El hambre y el frío sumen al Tercio, comandado por Francisco Arias de Bobadilla, en una grave situación.

 


Las fuerzas holandesas proponen una rendición honrosa pero los españoles prefieren la muerte. Holanda abre diques e intenta inundar el campamento, replegándose el Viejo Tercio Zamora al montículo de Empel. El 7 de diciembre, un soldado que cavaba una trinchera tropieza con una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada, a cuya protección se encomiendan. Un viento intensamente frío hiela las aguas esa noche y obliga a retirar los barcos holandeses. Envalentonados, los españoles sacan algunas barcazas y caen sobre los rezagados. El Viejo Tercio Zamora estaba salvado.




Enviado por:

 

Jesús Manuel Cedeira Costales.

jueves, 2 de diciembre de 2021

ECHANOS KILOS 2021

 


Es la misión distintiva de las Hermandades y Cofradías el ejercicio del culto público, se hace preciso subrayar que es éste el fin primordial de nuestra Hermandad y viene a ser, por coherencia con el espíritu fundacional, la fuente de donde se derivan todas las obligaciones de los hermanos para con Dios y para con la Iglesia. Así pues, la Fe, la Esperanza y la Caridad serán robustecidas mediante el culto público, que deberá ser practicado con la humildad propia del cristiano, y con la dignidad que corresponde a aquellos a quienes tributamos este culto.

El dinamismo apostólico y evangelizador de la Hermandad, la formación espiritual y el progreso en la caridad de cada uno de sus miembros están tan estrechamente ligados a este fin cultual, que se procurará por todos los medios posibles que el culto público sea practicado con tal sinceridad de corazón, que constituya éste el cimiento desde donde se edifique, para el bien de la Iglesia, una verdadera fraternidad cristiana, fuerte en la fe, segura en la esperanza y rica en el amor.


"Bajo la protección de María, porque ¡DIOS LO QUIERE!"



Enviado por:

 

Jesús Manuel Cedeira Costales.

martes, 30 de noviembre de 2021

CARTAS DE ESPERANZA DICEMBRE DE 2021

 


Diciembre de 2021


Hermano:

«Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir. Levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación»

«Miro me corazón y siento que no quiero sobrevivir sino vivir con un sentido. Quiero alzar la mirada y aspirar a las estrellas»

Nuevo repunte de hospitalizaciones por covid en Asturias.

Los contagios se mantienen por encima de 200.

Quiero inventarme más sueños. Quiero vivir con paz. Quiero sembrar los desiertos y regar la soledad. Quiero caminar despacio para no llegar tan pronto. Aspiro a las alturas que aún no distingo desde lejos. No necesito dejar nada si no pienso volver a buscarlo. Cargo en mi alma el peso de tantos pasos mal dados. Y no me fatigo en vano, siempre está clara la meta que persigo entre sombras. Deseo contagiar esperanza en un mundo tan apagado, lleno de deseos incumplidos. Y los sueños que han nacido me dan vida, es siempre un nuevo comienzo, un nuevo camino, un inicio que brota en mi alma. Aspiro a vivir con un sentido, feliz, alegre y descomplicado. A veces no me resulta y me complico. Me turbo y me confundo. Pero no quiero que el stress y las angustias me quiten la paz que habito, esa paz soñada. Tengo deseos guardados muy dentro que me dan vida y dan vida a muchos. Siempre me sorprende. Espero que suceda un día lo que hoy nadie me asegura, porque el futuro es incierto. Anhelo lo que aún no sucede, quizás nunca ocurra. Me gustan las palabras que tienen vida, y las que llenan de luz los silencios y las oscuridades. Esas palabras que desgranan historias inventadas o verdaderas. Cuentos o vidas reales. Esas historias que ponen nombre al sueño que se dibuja en mi alma. Leer y escribir parece sólo un juego, pero da vida a mi alma. Sé que las palabras crean realidad y cobran vida al ser escritas o leídas: «Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja sus ojos a las páginas, su espíritu crece y se fortalece». Escribo y dejo parte de mi alma en cada palabra. Leo otras historias y recobro el alma dejada por los que escribieron. Me dan vida mis historias y las que otros cuentan, pintan o esculpen. Las canciones que escucho y se cuelan dentro de mi alma. Por lo que entrego merece la pena vivir amando. Sé que puedo ser interpretado, olvidado o juzgado. No temo el juicio de los hombres. Poco importa. Al escribir dibujo retazos de mi historia, de mi presente, de mi futuro. Y algo cobra vida a mi alrededor, dentro de mí, como una fuente que llega al cielo. Una historia, una imagen, un grito, un gesto de amor cansado, una esperanza llena de colores plenos, de luces y jardines floridos. Leo y cobran vida esas palabras que parecían muertas. Como un cuadro olvidado que recogió en su retina la imagen estática de un mundo en continuo movimiento. Un solo instante grabado por un pintor. Me gustan las palabras alegres que describen el cielo en la tierra. Esas palabras que liberan y pacifican. Las que llenan el alma de ilusión y contagian optimismo. Me da vida soñar con lo que aún no poseo como una paloma que alza su vuelo indomable. Me imagino lo imposible atado entre mis dedos. Y acaricio lo que no es real salvo en mi sueño. Dibujo con palabras, mis pinceles nuevos, la vida que no vivo y la vida sí vivida. La que he soñado y la misma vida que abrazo. La vida temida y la vida amada. La olvidada un día y la que nunca olvido. El papel no les hace ascos a estas palabras mías, lo soporta todo. Recoge mis palabras mientras coloreo sueños con ellas. Dibujo amaneceres con luces nuevas, recién nacidas. Y borro desencuentros que me hacen tanto daño. No escribo una historia falsa, sino la más verdadera. Puedo dibujar un mismo paisaje, una historia, con retazos de verdad, con mis propias palabras. Pinto, canto, esculpo, dibujo, siento. Y la vida se queda plasmada en obras que el tiempo conserva para siempre. No me importa aprender de otros, siempre me aportan. Yo sólo doy lo que tengo y no me da miedo la vida que no abarco. En mis límites sueño con superarme y llegar más lejos. Espero tocar más almas heridas y rotas. Hacer más cosas por los demás, son pocas las que hago. No lo consigo porque soy débil. Y me acomodo pensando que no puedo llegar tan lejos. Dibujo halcones surcando el cielo. Pretendo llegar yo tan lejos. Abarcar más espacios, más montes y valles, más ríos y mares. Es todo tan poco y al mismo tiempo es tanto. Es de Dios la inmensidad de sus frutos, la luz de su mirada. Eso me basta. 

La verdad completa de las cosas solo la ve Dios. Cada uno guarda su pedazo, como lo más verdadero. Es su mirada la que interpreta los hechos. Les pone color y sombras. Le da vida a lo que observa. Es su verdad, en ese momento en el que todo ocurrió. Sus olores, sus sentimientos. Según su parecer lo cuenta todo, según sus ojos. Así pinta el pintor su presente, o su pasado. No le importa la verdad objetiva y única. Es su historia diferente a la que otros han contado estando también presentes en el mismo momento, en el mismo lugar. Y no me importa. La vida es la suma de muchas verdades vistas con ojos inocentes o culpables. Retazos rotos de miradas quebradas. Todos como un conjunto de colores vivos o grises, alegres u opacos. Todos recogen un cuadro único y verdadero, eso pretenden. Es la suma de verdades aparentemente contradictorias y opuestas. La vida que me rodea según mis ojos, según los ojos de otros. Según mis sentimientos con los que interpreto los hechos. Los juzgo, los acepto o los condeno. Los integro en la membrana de mi alma. Yo me dedico a observar cosas desde mi lugar, desde mi butaca, desde mi mirada, queriendo acceder a la historia verdadera. ¿Cómo será la verdad de esa historia contada, suma de muchas verdades diferentes? ¿Quién tendrá la razón, quién la habrá perdido? Con mis ojos interpreto los hechos partiendo siempre de mis prejuicios y heridas. Tengo un prisma con el que lo juzgo todo y lo analizo. Y pienso que tengo desde mi oscuridad un acceso único y valioso a la verdad completa. Me equivoco al pensar así, solo tengo un acceso limitado a toda la verdad, solo comprendo una parte de esta. Parece como si unas y otras miradas dibujaran algo incoherente, o impreciso. Imposible conocer toda la verdad. No es quizás verdadero totalmente, es sólo como yo lo interpreto. Pero parece distinto a otras miradas que observan lo mismo. Importa ese sentimiento que me dice lo que es cierto. Me sentí de esa manera y eso es en sí verdadero, aunque se oponga a lo que tú sentiste, tan diferente. Cuando pretendo reconstruir una historia tengo que escuchar la verdad de cada protagonista. Me pongo en su piel, miro con sus ojos, escucho desde su alma, huelo el ambiente desde sus sentidos. Importa lo que vivió antes, lo que sintió en otras ocasiones. Es su forma de mirar los hechos fríos y objetivos. Y así comprendo que su verdad es limitada, pero me ayuda a comprender la totalidad que no abarco. Intento desde las distintas verdades llegar a una única verdad que todos comprendan. Quiero recomponer la historia a partir de lo que tengo entre mis dedos. Las distintas verdades de los que han sido parte de esa historia suman en mi pretensión por llegar a la totalidad. Las motivaciones ocultas que escondían en su corazón son parte importante del proceso. Su forma de interpretar los hechos es distinta. Cambia de unos a otros. Uno de ellos pensaba que estaba haciendo el bien, lo correcto, cuando sus formas y sus palabras eran hirientes. Otro creía saber lo que pensaba el que estaba frente a él. Pero era imposible adivinarlo. No tenía acceso a su corazón y se equivocaba. Interpretó, pensó, juzgó, sintió. Todo vale a la hora de contar esa historia, de pretender darle vida a lo que sucedió un día. Y es como si la suma de muchas verdades hiciera posible contar la historia verdadera. ¿Dónde está la verdad? Me abro a la forma de ver las cosas que tienen otros. Miro con respeto su forma de juzgarlas, de vivirlas. Es toda una mezcla de verdades en la que importa el amor con que se vive, la forma de aceptar al diferente en su manera distinta de ver los hechos. No es más verdad la mía que la tuya, pero sí sigue siendo verdad. Si tu verdad te lleva a hacerme daño entonces no es de recibo, no la quiero. No por ver las cosas a tu manera tienes derecho a herirme, a abusar de mí o a obligarme a hacer lo que no deseo. No por estar herido tengo que aceptar tus agresiones. Tu forma de ver las cosas es válida mientras no me hiera, me mate, me quite la paz, me aísle, me condene. Respeto tu punto de vista mientras lo vivas con amor y no siendo injusto. Quiero que amándome bien me des espacio junto a ti, sin lastimarme. Esa verdad absoluta que pretendo poseer será posible sólo en el corazón de Dios. Allí ya no habrá mentiras ni verdades a medias. Allí me reconoceré en lo que soy, sin tapujos ni violencias. Allí todas las miradas serán una en la mirada de Dios. Y la verdad será una en su corazón. Acepto mi vida como es sin pretender tapar nada. Todo es válido para Dios, todo es amado por Él. No escondo, no guardo. Mi forma de ver las cosas es amada por Él. Eso es lo importante. Él conoce mi mirada y sabe cuál es la verdad más honda que guardo. Y me ama en mi herida, en mi ruptura interior, en mi forma de ver las cosas. Acepto que no todos van a ver las cosas como yo. No pretendo imponer mi verdad como la única. También sé que no todo vale y no todo es relativo. Es verdadero lo que me hace ser mejor y amar con más libertad. Es verdadero lo que me lleva a querer al herido y a no juzgar a nadie. La mirada que no es injusta ni abusiva es la que es más verdadera. Todas las miradas ayudan a recomponer una historia. Pero no todo vale, no todo es justo. Hay miradas más llenas de Dios, más puras y llenas de amor. Hay miradas rotas porque brotan de una herida honda. Quiero aprender a mirar con los ojos de Dios. Eso me sanará a mí y a los que me rodean. Y sembraré amor y paz, será todo más justo.  

No me quiero sorprender cuando no estoy a la altura de lo esperado por mí o por otros. Cuando no doy la talla a la que quería llegar. Cuando no cumplo con aquello con lo que me había comprometido. Mi pecado me asusta tan a menudo. Me desconozco en mi debilidad. Quiero decir que no y acabo cediendo. Quiero negarme a caer, pero caigo. ¿Cómo puedo caer tan bajo?: «¿No les había dicho que no debo extrañarme? ¡Que semejante inmundicia se esconda en mí! Nunca supe que, interiormente, era tan sucio. Ya lo ven: es mi naturaleza. Es una naturaleza enferma, totalmente enferma. Debo ser desprendido de mí mismo. Ahora ya no me echo incienso, no digo más: ¡Cielos, ¡qué lejos que he llegado! No, no, no. Ahora noto que soy capaz de todo». Soy capaz de lo mejor y también de lo peor. Puedo dejar que el odio venza en mí llenando de ira mis gestos y palabras. Puedo dejar que mis adicciones se adueñen de mi voluntad, veo que es todo tan frágil. Entonces me sorprendo al mirar dentro de mí. ¿Cómo puede estar Dios contento conmigo? Lo pienso a menudo, a Dios no le ofende mi pecado. Sólo le produce dolor verme infeliz o perdido, lejos de Él caminando sin rumbo. Aun así, me miro y me asusto. Con el tiempo puedo llegar a acostumbrarme. Y me dejo llevar por la corriente de las tentaciones. Pienso que ya no puedo hacer nada para cambiar, para mejorar. Creo que es tanto el daño que hago que ningún bien que intento compensará la pérdida. Me equivoco al preguntarme: ¿Qué sentido tiene la confesión? ¿Para qué me valen los golpes de pecho con ánimo contrito? Cuando veo con dolor que nada cambia en mí después de mil decisiones previas de hacer el bien y mejorar. He decidido muchas veces hacer las cosas bien. Me he propuesto levantarme por encima de mis cenizas una y otra vez, volver a nacer para nunca más volver a caer. Me he mantenido firme sobre el alambre de la vida, arriesgándolo todo, amenazado por los vientos. Pero he caído de nuevo. Cuando menos lo esperaba me he dejado llevar por la corriente. Lo peor que hay en mí ha salido a la luz. Mi envidia, mi egoísmo, mi rabia, mi rencor, mi impureza, mi dejadez, mi desidia. Todas mis tentaciones se han vuelto poderosas. ¿Cómo puedo hacer frente a ese mal que me incita a dejarme llevar? La tentación me presenta siempre verdes praderas, caminos anchos, placeres hondos, verdades a medias y una felicidad verdadera que se antoja muy lejana. Y yo quiero ser feliz, aunque sólo sea por un momento, por un rato. Miro me corazón y siento que no quiero sobrevivir sino vivir con un sentido. Quiero alzar la mirada y aspirar a las estrellas. Me miro con honestidad, algo inquieto: ¿De qué me sirven mis pecados en toda esta batalla? Siento que sólo son retrocesos que me llevan al comienzo del camino. Me decido a ser mejor. «La santidad no consiste en que no cometa ningún pecado. La santidad consiste en que logre llevar bien el «estiércol» a mi campo. Ante Dios invoco la misericordia del Padre y mi miseria personal. ¡Pero tienen que entender cuán verdadero es esto! Ninguno de nosotros puede entenderlo porque ninguno de nosotros ha sido un verdadero niño». Hay que ser niño para entender que mi debilidad y mi pecado, no me hacen peor persona, simplemente me ensucian por dentro y me vuelven mendigo de amor por las calles. Y me muestran que lo único que me salva en esta vida es la misericordia de Dios, no mis méritos. Porque mi miseria es manifiesta. Por eso no me escandalizo cuando peco. Tomo mi pecado en mis manos, mi suciedad, mi miseria y se la entregó a Dios como ofrenda. ¿Qué hará Él con ella? Yo tengo claro lo que haría. La escondería, la apartaría de mí, la alejaría de mi presencia para parecer perfecto a los ojos de Dios y del mundo. No me gusta verme débil. Prefiero la perfección que no poseo. Hacerlo todo bien es la meta imposible de mis sueños. No pecar nunca para no tener que reconocer con humildad que no puedo con mi fragilidad. Estoy roto y no lo acepto. La mirada de Jesús es la que me salva y levanta. Es su voz la que me recuerda que no tengo que temer nada. No son mis méritos los que me salvan. Y la felicidad no me la da hacerlo todo bien, sino amar, aunque me hiera cuando amo, aunque sufra y no todo salga bien al amar y dar la vida, aunque lo pierda todo en ese momento en el que creo que me estoy entregando por entero. Dios conoce mi fragilidad y no se asusta, me ama. No le sorprenden mis debilidades, las acepta. No se escandaliza al ver lo lejos que puedo llegar y lo bajo que puedo caer. Y me dice que me quiere estando sucio, sin méritos y sin logros. Desde lo hondo de la cueva en la que me escondo para que Dios no me vea, Él me llama. Y me rescata para sacarme de mis miedos. No quiere que viva con vergüenza ni temor. Quiere que confíe en Él y desea que crea que mi pecado le pueda servir a Él como abono del campo de mi alma, como semilla para que surja una planta nueva y preciosa. Así es Dios, logra hacer milagros dentro de mí.



Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Adviento 2021: Bendición de la Corona de Adviento

 



En algunas parroquias o colegios se organiza la bendición de las coronas de Adviento. Si no se pudo asistir a estas celebraciones, la puede llevar a cabo el papá o la mamá con la siguiente oración: 




Señor Dios 


bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla, 


despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo 


practicando las buenas obras, y para que así, 


cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. 


Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. 




Todos: Amén.




La siguiente es una fórmula de bendición comunitaria para los sacerdotes.




SACERDOTE: Al comenzar este nuevo Año Litúrgico, vamos a bendecir, como comunidad cristiana, esta CORONA con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la LUZ DEL MUNDO. Su color verde significa la vida, nuestra vida de la gracia, y la esperanza de ser mejores y unirnos más como comunidad.




TODOS: POR ESO, AL IR ENCENDIENDO, DOMINGO TRAS DOMINGO, LOS CIRIOS DE LA CORONA, DEBEMOS SIGNIFICAR NUESTRA GRADUAL PREPARACIÓN PARA RECIBIR LA LUZ DE NAVIDAD: JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR, QUE VIENE PARA SALVARNOS.




Sacerdote: Démosle gracias a Dios por esta CORONA, pero especialmente porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y bendecirlo.




TODOS: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE SIEMPRE ESTÁS CON NOSOTROS EN EL CAMINO DE LA VIDA Y PORQUE NOS AYUDAS A BENDECIRTE Y A TENERTE PRESENTE CADA DÍA. TE DAMOS GRACIAS POR NUESTRA CONVIVENCIA COMUNITARIA Y POR ESTA CORONA DE ADVIENTO QUE HOY QUEREMOS BENDECIR, O SEA, QUE QUEREMOS PONERLA EN TU NOMBRE PARA QUE SEA EL CENTRO DE NUESTRA ORACIÓN Y REFLEXIÓN COMUNITARIA.




ESCUCHA, PUES, PADRE BUENO, NUESTRAS SÚPLICAS: BENDICE (+) ESTA CORONA DE ADVIENTO, Y AL BENDECIRLA, BENDÍCENOS TAMBIÉN A NOSOTROS COMO COMUNIDAD, DANOS TU PAZ, TU AMOR Y TU UNIDAD. AYÚDANOS A VENCER LAS TENTACIONES. NO NOS DEJES CAER EN EL PECADO QUE NOS APARTA DE TI. ANTES BIEN, AYÚDANOS A PREPARAR LA VENIDA DE TU HIJO JESUCRISTO, LUZ DEL MUNDO, PARA QUE ILUMINE TODA NUESTRA VIDA Y NOS GUÍE POR EL CAMINO DE LA VERDAD Y DEL BIEN, EL QUE VIVE Y REINA CONTIGO, EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.




(Se rocía la corona con agua bendita... y se enciende la primera vela...).




Lector: Si encendemos una vela es porque queremos alumbrar, porque queremos tener una señal que pueda ver el que viene hacia nosotros. Es un signo externo de nuestra disposición interior de esperanza.




TODOS: POR ESO, EN ESTE TIEMPO DE ADVIENTO, SEGUIREMOS CON ATENCIÓN Y CON BUENA DISPOSICIÓN, LAS ENSEÑANZAS DE LA PALABRA DE DIOS EN LAS LECTURAS DOMINICALES; Y NOS PREPARAREMOS, DE TODO CORAZON, PARA LA VENIDA DEL SEÑOR A NUESTRA COMUNIDAD PARROQUIAL, A NUESTRA FAMILIA Y A NUESTRA VIDA PERSONAL.




Lector: Su venida histórica, que recordamos cuando el Hijo de Dios nace como Hijo de María, como Hombre para habitar entre los hombres; su venida litúrgica en cada Eucaristía, en su Palabra y en la Comunión; y su venida escatológica, que esperamos con viva fe, al final de los tiempos.




TODOS: POR ESO, ENCENDER UNA VELA TIENE SENTIDO EN LA MEDIDA EN QUE, PERSONAL, FAMILIAR Y COMUNITARIAMENTE, NOS DISPONGAMOS A RECIBIR AL HIJO DE DIOS, A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, QUE VIENE A NOSOTROS PARA SALVARNOS.




Sacerdote: Cristo, en su Evangelio, nos invita a "Velar y a estar preparados, porque no sabemos cuando llegará el momento".




TODOS: POR ESO, NOS COMPROMETEMOS A PREPARARNOS, EN FAMILIA, A TRAVÉS DEL PERDÓN, DE LA COMPRENSIÓN Y DEL AMOR ENTRE ESPOSO Y ESPOSA; ENTRE PADRES E HIJOS; ENTRE HERMANOS Y HERMANAS; Y ENTRE AMIGOS Y COMPAÑEROS.




NOS COMPROMETEMOS, TAMBIÉN, A MANIFESTAR NUESTRO CARIÑO Y BUENA VOLUNTAD PARA CON LOS AMIGOS Y VECINOS SOBRE TODO, ESTANDO DISPUESTOS A PRESTAR AYUDA SI ALGUIEN NECESITA DE NOSOTROS, DE NUESTRO TIEMPO, DE NUESTRO SERVICIO Y DE NUESTRAS COSAS.




Y LE PEDIMOS A DIOS, NUESTRO SEÑOR, SU GRACIA Y SU FUERZA PARA CUMPLIR FIELMENTE ESTOS PROPÓSITOS. POR JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR. AMÉN.




BENDICIÓN SOLEMNE DE ADVIENTO




Sacerdote: Que Dios, omnipotente y misericordioso.




TODOS: NOS SANTIFIQUE CON LA CELEBRACIÓN DE ESTE ADVIENTO Y NOS LLENE DE SUS BENDICIONES, YA QUE CREEMOS QUE CRISTO VINO AL MUNDO Y ESPERAMOS SU RETORNO GLORIOSO. AMÉN.




Sacerdote: Que Dios, fuente de vida y alegría.




TODOS: NOS CONCEDA PERMANECER FIRMES EN LA FE, ALEGRES EN LA ESPERANZA Y EFICACES EN LA CARIDAD. AMÉN.




Sacerdote: Que Dios, origen de toda bondad.




TODOS: NOS ENRIQUEZCA CON LOS PREMIOS ETERNOS CUANDO VENGA DE NUEVO EN LA MAJESTAD DE SU GLORIA. AMÉN.




Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (+) y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes.




TODOS: AMÉN.




*** ESTA MISMA BENDICIÓN SE PUEDE USAR EN LOS DOMINGOS II, III y IV DE ADVIENTO.


Enviado por:

Jesús Manuel Cedeira Costales.