miércoles, 31 de octubre de 2018

¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS, EL DE LOS DIFUNTOS Y HALLOWEEN?



A finales de octubre y principios de noviembre se suceden tres días relacionados con la muerte, existen matices importantes que los distinguen.
El tema de la muerte se aborda el día de los difuntos desde un punto de vista religioso, pero también festivo.




En la noche del 31 de octubre se celebra Halloween, el primero de noviembre se conmemora el día de Todos los Santos y al día siguiente recordamos “a los fieles difuntos”. ¿Estamos refiriéndonos a lo mismo de forma distinta? ¿En qué se diferencian una fiesta de otra?
Los tres días orbitan alrededor de un tema común: la muerte. ‘Halloween’, como su propio nombre indica, es la víspera de todos los Santos (All Hallows’ Eve). Al atarceder del día 31, comienza a celebrarse la fiesta del día inmediatamente posterior, la de Todos los Santos.
El origen celta de esta fiesta y las costumbres de carácter secular y comercial -disfraces, fiestas, etc- han desprovisto a esta fiesta de su trasfondo religioso, aunque en ciertos ámbitos de la Iglesia Católica se lucha por su recristianización.
En buena parte de Occidente, la noche de Halloween aborda el fenómeno del miedo desde una perspectiva lúdica. Esto explica, por ejemplo, que estas fechas coincidan con estrenos de películas de terror o que aumente exponencialmente la venta de disfraces de monstruos, zombis, brujas, etc. Santos y purgatorio.




El día 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos según el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, recuerda a todas las personas que se han salvado y están en el Paraíso, gozando de Dios.
Hay que puntualizar que este día no rememora sólo a aquellos personajes históricos que por sus virtudes o acciones extraordinarias fueron incluídos en el santoral, como Santa Teresa de Jesús, Santo Tomás de Aquino, San Juan Bosco o Santa Cecilia. La Iglesia celebra cada 1 de noviembre a todas las personas que se han salvado, también a aquellas anónimas que han muerto en paz con Dios a lo largo de todos los tiempos y que han llegado al Paraíso. Dicho de otra forma: la Iglesia católica reconoce como santos a todos los muertos que están con Dios, no sólo a los que ha sido propuestos como modelos de vida y están incluidos en el canon (lista de santos).




El día 2 de noviembre, festividad de los difuntos, o “día de muertos” como se conoce en México, también hunde sus raíces en la tradición católica. Se conmemora a todos los fieles difuntos, en el entendido de que no todos ellos están en el Paraíso. De acuerdo a la doctrina católica, hay personas que tras su muerte no van directamente al Paraíso ni al infierno, sino a un estado de purificación temporal conocido como Purgatorio.
Las almas del Purgatorio pueden considerarse salvadas porque tarde o temprano verán a Dios. Hacen penitencia por los pecados cometidos en vida para presentarse ante Dios con el alma completamente limpia.
El punto 1030 del Catecismo de la Iglesia Católica lo explica así:

"Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo".




La Iglesia enseña a sus fieles que pueden y deben rezar por las almas de Purgatorio, especialmente por las de sus familiares, para que Dios acorte ese tiempo de purificación al que están sometidos. Es una de las razones por las que recientemente ha recordado que los cuerpos deben descansar en un cementerio y que no se debe arrojar sus cenizas a otros lugares como mares, ríos o montañas. Los cementerios son lugares de oración por las almas de todos los difuntos, especialmente por las de quienes están enterrados allí.



Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: lainformacion.com


domingo, 28 de octubre de 2018

¿SABÍAS QUE PUEDES GANAR INDULGENCIAS CON EL SANTO ROSARIO?








Mucho se ha escrito sobre el poder espiritual que tiene el Santo Rosario, pero tal vez algo poco conocido es la gracia de la indulgencia que se puede obtener con esta oración mariana, la favorita de San Juan Pablo II.


En su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae (Rosario de la Virgen María, 37), el Papa peregrino escribió que “para fomentar esta proyección eclesial del Rosario, la Iglesia ha querido enriquecerlo con santas indulgencias para quien lo recita con las debidas disposiciones”.



Al respecto, la Concesión 17 del Enchiridion Indulgentiarum (Manual de Indulgencias) de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, indica que se concede indulgencia plenaria al fiel que “recite devotamente el Rosario mariano en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una reunión de fieles y en general, cuando varios se reúnen para un fin honesto”.


Asimismo, la indulgencia plenaria se obtiene cuando el fiel “se una devotamente a la recitación de esa misma devoción cuando es hecha por el Sumo Pontífice y es difundida por medio de un instrumento televisivo o radiofónico. En otras circunstancias la indulgencia será parcial”.






En el caso de la oración vocal “debe añadirse la devota meditación de los misterios” y que en el rezo público, “los misterios deben enunciarse conforme a la costumbre aprobada en el lugar; pero en la recitación privada, basta que el fiel añada a la oración vocal la meditación de los misterios”.


La indulgencia plenaria se puede ganar una vez al día (excepto en peligro de muerte). Es posible obtenerla cumpliendo los requisitos generales que establece la Iglesia: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa. La indulgencia también se puede obtener para un difunto.Sobre los rosarios bendecidos por sacerdotes u obispos.



Por otro lado, el Beato Papa Pablo VI estableció en la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina (Doctrina de las indulgencias, Norma 17), que “el fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial”.


“Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe”.






Emplear con devoción un objeto de piedad quiere decir rezar. Es como una profesión de fe llevar una cruz o hasta el Rosario.  Pero el Rosario en sí, más que la cosa concreta, es la oración. Entonces hay que rezarlo. De otra forma se presta a tener demasiada fe en el objeto y no en Dios… el objeto nos ayuda a comunicarnos, relacionarnos con Dios.


Por lo tanto, no basta con llevar el Rosario en el cuello, el bolsillo o el bolso para ganar la indulgencia parcial, sino que se tiene que usar para la oración, para acercarnos más a Dios en la propia vida.



Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales

Fuente: aciprensa.com


miércoles, 24 de octubre de 2018

LAS TÉMPORAS


«Las Témporas -dice el Misal- son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual». La celebración ha sido fijada en España para el día 5 de octubre, pues su localización en el calendario e incluso su duración dependen de las Conferencias Episcopales de cada país, dada la disparidad de las estaciones. Nos estamos quejando de la sequía, aquí, en otros lugares de inundaciones, en otros de huracanes y catástrofes en transportes aéreos, etc. Nos urge, pues la oración, la invocación a la protección de los Santos con sus letanías, ¿por qué no acudimos a Dios para que libre a la humanidad de tanta calamidad? El día de las Témporas es un día propicio para esta oración colectiva. Y esto es lo que se propone este Reportaje. Hacer ver la importancia de este día y de esta plegaria.

Institución Antiquísima

Las Témporas, y las Rogativas, son una antiquísima institución litúrgica vinculada a las cuatro estaciones del año, para reunir a la comunidad, instando al ayuno y a la oración, para dar gracias a Dios por los frutos de la tierra y pedir su bendición sobre el trabajo de los hombres. Nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio se celebraban en otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por los sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales. .

Léxicamente la palabra témpora significa tiempo de ayuno en cada una de las estaciones del año. Litúrgicamente en la ordenación anterior a la reforma del Vaticano II se celebraban las témporas correspondientes al inicio del invierno, de la primavera, del verano y del invierno. Era el tiempo designado también, junto con las plegarias, rogativas y ayuno, para conferir las Órdenes sagradas. Por ejemplo: Recibir, el Subdiaconado el 21 de septiembre, el Diaconado el 21 de diciembre y el Presbiterado el 31 de mayo, Vigilia de Pentecostés.

En la actual ordenación la iglesia celebra una sola vez al año el día de la acción de gracias. Es un día al final del verano en el que agradece los frutos de las cosechas, auque no se puede limitar este gesto elemental a un día determinado. En cada día y en cada momento hay motivos para dar gracias a Dios por el don de la vida. Dar gracias es un rasgo fundamentalmente cristiano y humano. La dialéctica humana funciona en términos de "doy para que me des", pero la dialéctica divina se cambia por estos otros: "Me has dado mucho y por eso te doy gracias". Dar gracias cuesta muy poco, pero si sale del corazón es la más noble expresión de un sentimiento humano.




Oración de alabanza

Dar gracias también por la enfermedad, ya que puede ocurrir que se necesite como medicina del espíritu y por eso hay que dar gracias también por la enfermedad. La oración de alabanza es la más excelsa, también la gratitud, debe salir del corazón. Eso agrada mucho a Dios, como lo demuestra en la queja de Jesús en el caso de los leprosos. De los diez leprosos, nueve de ellos quedaron curados, el décimo creyó y fue salvado. No es lo mismo curar que salvar. La curación se produce en el exterior. La salvación afecta a la totalidad de la persona. Uno de los diez leprosos se mostró agradecido y en ese gesto encontró la fe y la salvación. Los nueve restantes sólo encontraron la curación.

Nacieron en Roma

Las Témporas nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio tuvieron lugar en las estaciones del otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por algunos sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales, que comprendían la eucaristía, además del ayuno. Pretender relacionarlas con cultos naturalistas pre-cristianos es pura imaginación, aunque es evidente su relación con la vida agraria, propia de aquellos tiempos. Las Témporas son un acercamiento mutuo de la liturgia y la vida humana, en el afán de encontrar en Dios la fuente de todo don y la santificación de la tarea de los hombres. Hoy, considerada la extensión de la Iglesia y su presencia en los pueblos más diversos, se imponía una revisión y una adaptación de esta vieja celebración litúrgica, que ya no tiene por qué ser agraria ni campesina únicamente, sino que puede ser muy bien urbana y cercana a las preocupaciones del hombre del cemento. Lo importante es que se viva y se celebre la obra de Dios en el hombre y con la ayuda del hombre; con un espíritu de fe y de acción de gracias del creyente, que sabe que lo temporal tiene su propia autonomía, pero sin romper con Dios y sin ir en contra de su voluntad salvadora: «Todo es vuestro; pero vosotros sois de Cristo, y Cristo, de Dios» (1 Cor 3,22).



Ciclo vital

La piedad popular está atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol las haga germinar. Tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención. Coronarás el año con tus bienes, Señor, y serás la esperanza del confín de la tierra. Terminada la recolección de las cosechas y el periodo anual de descanso la Iglesia celebra las Témporas. Se convierte también en tiempo propicio para pedir ayuda al Señor para recomenzar de nuevo en las actividades del trabajo normal y en construcción de la vida interior de cada persona, su maduración en Cristo. Agradecer y pedir son dos modos de relacionarnos con Dios. Tenemos muchas necesidades, a la vez que hemos recibido mucho y lo debemos agradecer. Si no nos damos cuenta de lo que recibimos, no nos sentimos obligados a agradecer con amor.






La gratitud

Siempre podemos ofrecer nuestro agradecimiento que, si es sincero, basta. El que no es agradecido es sumamente pobre. Quien no da gracias a Dios es porque no está convencido de deberle nada. Pero a Dios se le debe todo. Un rabino daba gracias a Dios "por todo". - "¡Pero si no tienes nada!", le replicó otro que le oía. A lo que respondió: "Yo necesitaba la pobreza y Dios me la ha dado".

El camino de amor pasa por la gratitud: Lo recordaba al pueblo Moisés: “No te olvides del Señor. No sea que cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críes tus reses y ovejas, aumentes tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que te saco agua de una roca de pedernal”. La vida de Jesus es una continua acción de gracias al Padre. Cuando va a resucitar a Lázaro, habla con su Padre: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado”. Antes de le multiplicación de los panes, Jesús tomo los panes y, dando gracias, dio a los que estaban recostados, e igualmente los peces... En la institución de la Eucaristía, antes de pronunciar las palabras sobre el pan y el vino, el Señor dio gracias. Por eso podemos decir, según Juan Pablo II -que su oración, y toda su existencia terrena, se convirtió en revelación de esta verdad fundamental enunciada por la Carta de Santiago: Todo don bueno y toda dadiva perfecta viene de arriba, desciende del Padre de las luces... (Sant 1, 17)-. La acción de gracias es como una restitución, porque todo tiene en El su principio y su fuente. Demos gracias al Señor Nuestro Dios, decimos con la Iglesia en el centro de la liturgia eucarística. Nada hay más justo y necesario que dar gracias al Señor todos los días de nuestra vida, y el mayor agradecimiento a Dios es amar nuestra condición de hijos suyos. San Pablo dice a los paganos que, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.





Motivos para dar gracias

Este año hemos recibido plenitud de dones del Señor: unos claros y visibles; otros, quizá más valiosos, han quedado ocultos: peligros del alma y del cuerpo de los que hemos sido librados; personas a las que hemos conocido y que tendrán una importancia decisiva en nuestra salvación; gracias y ayudas; acontecimientos que quizás hemos negativos, enfermedades, fracasos, veremos que han sido regalos de Dios. Nuestra vida entera es un bien inmerecido. Por eso las acciones de gracias deben ser continuas. En el Prefacio de la Misa, recordamos que es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo. ¡Dios mío, gracias! Y el alma se llena de paz, porque entiende que de aquello que parece poco grato o no deseable, Dios sacará mucho fruto. Este gracias es como el leño que Dios mostró a Moisés, que arrojado en las aguas amargas, las trocó en dulces (Ex 15, 25). Con la acción de gracias continua, la petición reiterada, porque son muchas las ayudas que necesitamos, sin las cuales no podremos seguir el camino del crecimiento.

Pedid y recibireis

Aunque el Señor nos concede muchos dones sin que se los pidamos, ha dispuesto concedernos otros si se los pedimos con la fuerza de la oración. Es necesario que pidamos, es preciso orar siempre y no desfallecer con la seguridad de que nuestras oraciones serán siempre atendidas. Dios mismo es garante de que todo lo que pidamos se nos concederá. “Pedid y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre”. Cuanto mas pedimos, más nos acercamos a Dios, más crece nuestra amistad con El. En la tierra, cuando hay que pedir un favor a un poderoso se busca un lazo que nos una a el, el momento oportuno, en que se encuentre de buen animo... Dios siempre está dispuesto a escucharnos. “¿Acaso si alguno de vosotros, si un hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto mas vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que se las pidan?.






Témporas de acción de gracias y de petición
Las Témporas de acción de gracias y de petición. Son celebraciones muy vinculadas al mundo agrícola, donde se agradece el fruto de las cosechas y se pone en manos de Dios el inicio del retorno a la actividad. También podemos verlas en la perspectiva de un nuevo curso tras el período vacacional.
En cualquier caso es una celebración que tiene un alto significado. En la primera lectura Moisés recuerda al pueblo que no debe olvidarse de Dios. La tierra que va a poseer, y que dará frutos abundantes, le ha sido concedida por el Señor. ¡Qué fácil es olvidarse de quien nos ha dado prosperidad!. Por eso dice Moisés: “Acuérdate del Señor, tu Dios: que es Él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas”. La tentación, entonces y ahora, es pensar que todo lo conseguimos con nuestras propias fuerzas. Es la idea del progreso que, de vez en cuando, como la crisis en la que nos encontramos, empieza a hacer aguas. Por eso es tan conveniente dar gracias. Así recordamos todo lo que se nos regala.

Esta celebración nos lleva a “caer en la cuenta” de que vivimos en un mundo creado por Dios. Estamos tan acostumbrados a él y a todas las maravillas que contiene que lo olvidamos a menudo. También nos ayuda a “caer en la cuenta” de que con nuestras fuerzas podemos poco. El espejismo de nuestros logros (reales y a veces muy sorprendentes y provechosos), no debe hacernos perder de vista nuestra limitación.
Al mismo tiempo, como han insistido los últimos pontífices, y lo esta haciendo el Papa Francisco con especial vehemencia, hemos de procurar cuidar el mundo que Dios nos regala. Tenemos un encargo sobre la creación. Es un don, pero conlleva también una tarea. Hay una conciencia ecológica que proviene de ser cuidadosos con lo que Dios nos ha dado. Tratarlo con delicadeza, utilizándolo de manera responsable y abiertos a las necesidades de todos los hombres.



Por otra parte, en el Evangelio Jesús nos insiste en que debemos pedir. Cuando experimentamos que ya no llegamos más lejos; que estamos exhaustos; que somos incapaces de hacer las cosas mejor… nada está acabado. Podemos acudir a Dios. Esto es verdad respecto de nuestras necesidades materiales, pero también de las espirituales. El Papa Benedicto XVI en una de sus encíclicas, hablando de la esperanza decía que, en la oración, cuando ya nadie nos escucha sabemos que hay Alguien que sí lo hace: Dios. Y la oración es eficaz. Lo sabemos por experiencia.

San Pablo, en la segunda lectura se refiere a como Dios ha reconciliado todas las cosas consigo en Jesucristo. Este es otro aspecto importante. Nos coloca en la dimensión de que nuestro trabajo, nuestras fatigas, deseos y esperanzas, no sean mundanos. Que toda nuestra actividad sea acorde con el designio de Dios. Eso es posible porque Jesucristo se une a nosotros y nos reconcilia con Dios. De esa manera podemos enfrentarnos al quehacer diario sabiendo que permanece a nuestro lado.




Que la Virgen María nos ayude a contemplar el mundo como creado por Dios; a tener conciencia de nuestra condición de creaturas y a vivir todos los acontecimientos como hijos de Dios. Pidamos perdón por nuestras faltas, agradezcamos cuanto hemos recibido y no dejemos de acudir al Señor para que su gracia haga buenas nuestras obras.








Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuentes:
http://oracionyliturgia.archimadrid.org

catholic.net

domingo, 21 de octubre de 2018

RECOMENDACIONES PARA REZAR BIEN EL SANTO ROSARIO






Cómo se debe rezar el Santo Rosario



En este día mes dedicado a la Santísima Virgen María, una forma de honrarla y pedir su intercesión es a través del Santo Rosario.

Para lograr rezar el Santo Rosario hay que hacer algunas observaciones y sugerencias que, considero, vendrán a bien.

Precisamente San Luis María Grignon de Monfort dice que el Rosario encierra dos realidades: la oración mental y la oración vocal. 





Por medio de la oración mental meditamos en los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo y de su Santísima Madre.

Y la oración vocal consiste en la recitación de cada una de las oraciones que forman el Santo Rosario.

Hay dos recomendaciones básicas para el rezo del Rosario:






1. Meditación



Si San Luis María Grignon dice que el rezo del rosario implica la meditación, no se entiende a una persona o un grupo de cristianos rezando el rosario a "mil por hora", con prisa. Hay rezos del rosario que se hacen tan de prisa que ni se pronuncian correctamente cada una de las palabras, se escucha como si fuera "matraca".



 Rezar meditando implica pensar o saber qué es lo que se va pronunciando, no como el perico que dice lo que sabe, pero no sabe lo que dice.

Nunca debe rezarse mecánicamente, sin pensar en lo que se va pronunciando.

Cada Ave María y cada  Padrenuestro es una rosa que colocamos sobre la cabeza de Jesús y María. Si lo hacemos con tanta prisa es como hacérselas "tiradas", "lanzadas", no colocadas con respeto, amor y devoción.

Cada letanía es como un "piropo" o un reconocimiento a tantas virtudes que tiene la Madre de Dios, pero a veces no ha terminado de decirse la letanía cuando el pueblo ya va terminando su respuesta.






2. Rezarlo en Comunidad o en Familia



"Familia que reza unida, permanece unida". En el mes de mayo es bonito y de mucho bien rezarlo en comunidad o en familia, no quedarse solo, aislado.

No significa que no sirva rezarlo solo, pero qué bien hace rezarlo en familia o en comunidad.



Qué bonito cuando en torno a un altar mariano la familia se reúne a determinada hora del día para rezar juntos, donde niños, jóvenes y adultos rezan unidos.

El rezo del rosario en comunidad otorga indulgencia parcial.



Que este mes honremos a nuestra Madre del Cielo con el Santo Rosario, bien rezado, bien meditado.





Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales

Fuente: www.rcccbarrios.org


jueves, 11 de octubre de 2018

¿POR QUÉ COINCIDE LA FIESTA NACIONAL DE ESPAÑA CON LA VIRGEN DEL PILAR?


Cristobal Colón tomó posesión de Guanahani (Islas Bahamas) en esta fecha. Y aunque existe debate sobre quién debe ser la Reina de la Hispanidad, este título lo ostenta oficialmente la Virgen de Guadalupe



¿Por qué Santiago Apóstol es el patrón de España?



El 12 de octubre 1492, festividad del Pilar, Cristóbal Colón hizo tierra en Guanahani, actualmente en las islas Bahamas, y tomó posesión en nombre de los Reyes Católicos.
El navegante desconocía que se trataba de un nuevo continente y no podía imaginar la trascendencia de su acto. Colón, de hecho, creyó que había llegado a Cipango (Japón).




Desde entonces, la fecha ha sido usada por diversos países iberoamericanos para celebrar el encuentro de las dos culturas que dieron lugar al Nuevo Continente.
No en vano, cada país ha denominado la fiesta con distintos nombres en función de la conveniencia política, como por ejemplo «Día de la Madre Patria» o «Día del descubrimiento».




En España, se eligió originariamente la designación de «Día de la Raza».

La denominación fue creada a propuesta del exministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, que en 1913 pensó en una celebración que uniese a España e Iberoamérica, eligiendo para ello el día 12 de octubre. En 1918 la fiesta de la Raza alcanzó el rango de fiesta nacional.

Un obispo vizcaíno propuso en un artículo de prensa cambiar el nombre a la festividad

A principios del siglo XX el término de Hispanidad estaba en desuso. No fue hasta 1926 cuando un obispo vizcaíno, Zacarías de Vizcarra, recuperó el concepto de Hispanidad y propuso en un artículo de prensa publicado en Buenos Aires cambiar el nombre a la festividad. Cinco años después Ramiro de Maeztu, que había sido Embajador de España en Argentina, leyó el artículo e hizo suya la defensa del cambio de nombre. En 1935 se celebró por primera vez en Madrid el Día de la Hispanidad.



Sin embargo, a pesar de que el Franquismo mantuvo la festividad con la designación de Hispanidad, el decreto de 1918 firmado por el Rey Alfonso XIII, que establecía «la Fiesta de la Raza», siguió en vigor durante cuarenta años. 




«Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de "Día de la Hispanidad"», dejó escrito la Presidencia del Gobierno de 9 de enero de 1958 en un decreto que corregía la confusión sobre el nombre de la festividad.




Con la llegada del periodo democrático surgió el debate de sí era conveniente cambiar el Día de la Fiesta Nacional de España al 6 de diciembre, fecha en la que se aprobó la Constitución de 1978. 




No obstante, una ley publicada en 1987 ratificó el 12 de octubre como festividad asociada al Descubrimiento.

El debate sobre la Reina de la Hispanidad




Pero, ¿por qué coincide con la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de la Guardia Civil?, Se trata de una mera coincidencia, puesto que la virgen que ostenta el título de Reina de la Hispanidad es Santa María de Guadalupe de Extremadura, cuya festividad se celebra el 8 de septiembre.



 Así, el 12 de octubre de 1928, el cardenal Primado de España, Pedro Segura, como legado del Papa Pío XI, y en presencia del Rey Alfonso XIII, coronó canónicamente a Santa María de Guadalupe como «Hispaniarum Regina» o Reina de las Españas.


El apóstol Santiago el Mayor es el patrón protector de España

La íntima vinculación del santuario de Guadalupe, tanto con el descubrimiento de América como con su colonización y evangelización, está documentada, siendo así una de las causas invocadas por la Unesco el 11 de septiembre de 1993, cuando declaró a Guadalupe Patrimonio de la Humanidad. «Porque la famosa imagen de la Virgen de Guadalupe ha sido el símbolo más representativo de la cristianización de una gran parte del Nuevo Mundo», argumentó la Unesco.




No obstante, todavía se mantiene vivo el debate teológico sobre cuál de las dos vírgenes debería gozar del título de patrona de la Hispanidad, en función de su importancia en el descubrimiento de América. Por su parte, el apóstol Santiago el Mayor es el patrón protector de España, así como el santo del Arma de Caballería y del Ejército de Tierra.



El 12 de octubre es la Fiesta Nacional de España desde 1982, aunque no se hizo oficial hasta cinco años después.




El 12 de Octubre es el día de la Fiesta Nacional de nuestra patria. Una decisión adoptada oficialmente en 1987, aunque venía celebrándose como tal desde cinco años antes. 





La raíz católica de esta celebración es innegable, por eso los miembros de los partidos de izquierda son cada vez más reacios a conmemorar esta fecha.




Fue en al año 40 cuando la Virgen se apareció a Santiago cuando este se encontraba orando junto a ocho discípulos a orillas del río Ebro. Entonces pidió que se levantase allí un templo que ha llegado, tras sucesivas modificaciones y recostrcciones, hasta nuestros días y se convirtió en el primer templo dedicado a la Virgen erigido por la cristiandad.




Pese a que la aparición tuvo lugar en enero, desde muy pronto se comenzó conla celebración del día dedicado a la Virgen del Pilar el 12 de octubre porque fue el día que se celebró la primera misa en el primer templo dedicada a ella y construido en el siglo I. Después, la tradición popular fue generalizando el culto a Nuestra Señora del Pilar hasta que a principios del siglo XVIII, el papa Inocencio XIII concedió oficio litúrgico propio a la Virgen del Pilar para el día 12 de octubre.

Fiesta Nacional de España

Desde el año 1977 se eliminó como Fiesta Nacional de España el día 18 de julio, que venía siendo considerada como tal por un decreto de Francisco Franco dictado en Burgos en 1938. A partir de ese momento se buscó el día más adecuado para celebrar, como hacen todos los países del mundo, un día en el que se celebre el sentimiento de unidad y vinculación con la Patria.





Desde 1982 se comenzó a celebrar como festividad el 12 de octubre, pero no fue declarada oficialmente hasta su publicación en el Boletín Oficial del Estado en 1987. Desde entonces, el día de la Virgen del Pilar se celebra nuestra Fiesta Nacional, coincidiendo con el día de la patrona de España.

Nada tiene que ver, por tanto, el descubrimiento de América con la elección del día para la festividad de España. La vinculación de los territorios descubiertos por Cristóbal Colón con la patrona de España es una mera coincidencia que se debe a que quienes viajaban a bordo de la Santa María, la Pinta y la Niña pisaron tierra el día 12 de octubre y pusieron los nuevos territorios bajo la protección de la Virgen del Pilar que se celebraba ese día. Un hecho histórico del que hoy celebramos el 526 aniversario.




Un día en el que, desde después de la Guerra Civil, se venían celebrando defiles puesto que además existe una importante vinculación entre la Virgen del Pilar y el Ejército.

Los otros 12 de octubre

La Virgen del Pilar es también patrona de la ciudad de Zaragoza, como no podía ser de otra manera después de ser la ciudad que alberga el templo mariano más antiguo de la cristiandad. Además es la patrona de la Guardia Civil, que celebra su día grande coincidiendo con nuestra Fiesta Nacional.




Y es un fuerte vínculo de España con Hispanoamérica, de la que es patrona conjunta además de ser una fiesta importante en la mayoría de los países que fueron territorio español hasta el siglo XIX. Por eso el 12 de octubre es también el día de la Hispanidad, en muestra clara de ese vínculo cultural nacido del afán misionero de los españoles durante el descubrimiento y la colonización, también se le ha considerado como el día de la Raza, en un vínculo claro de unir a los españoles de este lado de atlántico con los que fueron compatriotas nuestros durante tres siglos al otro lado del océano.




Cuenta la Tradición que el Apóstol Santiago viajó a España para predicar el Evangelio y que la Virgen María se le apareció en un pilar, mientras ella aún vivía en Tierra Santa. De allí es que surge la advocación de Nuestra Señora del Pilar que se celebra cada 12 de octubre.

Era el año 40 d.c. y San Santiago, en una noche de profunda oración a orillas de río Ebro, vio a la Madre de Jesús, quien le pidió que se le edificase ahí una Iglesia con el altar en derredor al pilar.


"Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda", dijo la Virgen María.




Esto se cumplió. El lugar ha sobrevivido a invasiones, la guerra civil española y la caída de bombas que no estallaron. Además, con el fomento de la devoción, se han obrado numerosos milagros.




Después de la aparición, San Santiago y sus discípulos comenzaron a construir una capilla, donde estaba la columna, y le dieron el nombre de “Santa María del Pilar”. Lo que se convirtió en el primer templo del mundo dedicado a la Virgen María.



San Juan Pablo II, en 1984, reconoció a la Virgen del Pilar como “Patrona de la Hispanidad”.






Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuentes:
abc.es
gaceta.es
aciprensa.com