martes, 31 de diciembre de 2019

SOLEMNIDAD DE MARÍA, MADRE DE DIOS





Un nuevo año comienza y la Iglesia, cada 1 de enero, lo inicia celebrando la Solemnidad de “María, Madre de Dios” para pedir la protección de aquella que tuvo la dicha de concebir, dar a luz y criar al Salvador. Conoce aquí cómo es que surge este título en honor a la Virgen y lo que hicieron los primeros cristianos para defenderlo.

La Fiesta de “María, Madre de Dios” (Theotokos) es la más antigua que se conoce en Occidente. En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Santa Misa, se encuentran pinturas con esta inscripción.

Según un antiguo testimonio escrito en el siglo III, los cristianos de Egipto se dirigían a María con la siguiente oración: "Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita" (Liturgia de las Horas).




En el Siglo IV el término Theotokos se usaba con frecuencia en Oriente y Occidente porque ya había entrado a formar parte del patrimonio de la fe de la Iglesia.

Sin embargo, en el siglo V, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”.

Nestorio había caído en un error debido a su dificultad para admitir la unidad de la persona de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos naturalezas – divina y humana – presentes en Él.




Los obispos, por su parte, reunidos en el Concilio de Éfeso (año 431), afirmaron la subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo. A su vez declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios".

Luego, acompañados por el pueblo y portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

San Juan Pablo II, en noviembre de 1996, reflexionó sobre las objeciones planteadas por Nestorio para que se comprenda mejor el título “María, Madre de Dios”.

“La expresión Theotokos, que literalmente significa ‘la que ha engendrado a Dios’, a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere solo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina”, dijo el Pontífice.




“El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces María lo concibió y lo dio a luz”, añadió.

Asimismo, señaló que la maternidad de María “no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana”. Además, “una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra”, enfatizó San Juan Pablo II.

Para terminar, es importante recordar que María no es sólo Madre de Dios, sino también nuestra porque así lo quiso Jesucristo en la cruz. Por ello, al comenzar el nuevo año, pidámosle a María que nos ayude a ser cada vez más como su Hijo.






Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.


Fuente: Redacción ACI Prensa


lunes, 30 de diciembre de 2019

FIESTA DE LA TRASLACIÓN DEL CUERPO DEL APÓSTOL SANTIAGO




La Fiesta de hoy se comenzó a celebrar en el año 1109, tiene lugar todos los años, el día 30 de diciembre, en recuerdo del legendario traslado de los restos del Apóstol desde el puerto de Jaffa, en Palestina, hasta las costas gallegas, donde fueron desembarcados en el muelle de Iria Flavia, en el municipio coruñés de Padrón, según cuenta la tradición.





Corría el año 42 después de Cristo cuando Herodes Agripa manda decapitar a Santiago el Mayor, discípulo del Señor. 




San Lucas narra cómo su cuerpo fue arrojado fuera de la ciudad para que fuera devorado por los perros y las fieras, pero sus discípulos conocidos como los Siete Varones Apostólicos, San Torcuato, San Tesifonte, San Indalecio, San Segundo, San Eufrasio, San Cecilio y San Hesiquio, lograron rescatarlo y lo embarcaron en el puerto de Jope.




Tras días de navegación arribaron al puerto de Iria Flavia (la actual Padrón) en Galicia, atando la embarcación a una roca donde posaron el cuerpo de su maestro, roca que fue cediendo hasta convertirse en el sarcófago del Santo.




Los discípulos se dirigen entonces a la corte de la reina Lupa para solicitarle una parcela para sepultar al Apóstol; la reina los envió a la cercana corte del rey Duyo, enemigo del cristianismo, quien los encarceló. 




Un ángel los liberó y, cuando eran perseguidos, se produjo el milagro del hundimiento de un puente que acabó con los perseguidores. 





Volvieron a la corte de Lupa, quien de nuevo intentó deshacerse de ellos aconsejándoles que unciesen el carro con unos supuestos bueyes mansos que eran, en realidad, toros salvajes. 




Los animales, olvidando su fiereza, se dejaron uncir, milagro que hizo que la reina Lupa se convirtiera al cristianismo y cediera su palacio para iglesia y sepultura del Apóstol.




Una vez sepultado el apóstol, los santos designaron a dos discípulos, llamados Teodoro y Atanasio, para que quedaran custodiando y venerando las reliquias de Santiago. 




Además, predicaban a Cristo a los habitantes de la zona. 




Los siete varones, por su parte, se dispersaron por toda la península para evangelizarla. 




Pasó el tiempo y murieron los dos custodios, que fueron sepultados junto a Santiago, como habían pedido a los discípulos que habían hecho mediante sus predicaciones.




Casi ocho siglos más tarde, hacia el año 813 (según versiones, 820 y hasta 830) se produjo el milagroso descubrimiento de las reliquias del Apóstol Santiago bajo la maleza. 




Las encontró un ermitaño que vio allí signos celestiales: estrellas que se movían de modo milagroso y cánticos angelicales. 




Enseguida avisó a su obispo, Teodomiro, cuya sede estaba en una antigua villa romana próxima, Iria Flavio.





El prelado comunicó la noticia al rey astur Alfonso II “El Casto”, quien mandó a levantar una primera capilla de piedra y barro junto al antiguo mausoleo.




Este templo recibió en el 834 un Preceptum regio que lo convertía en sede episcopal y le otorgaba poder sobre los territorios próximos. 




A su alrededor, buscando su protección, comenzaron a establecerse los primeros pobladores y grupos monacales de benedictinos encargados de la custodia de las reliquias.




Este es el origen de la Catedral actual, de la ciudad y del camino santiagués que durante siglos atrajo y atrae, peregrinos de todos los confines de Europa y del mundo.




Santiago se convierte en símbolo de la reconquista frente a los moros, en una época especialmente dada al culto de reliquias de santos.





Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuente: Texto de Jesús Cano Moreno


viernes, 27 de diciembre de 2019

FESTIVIDAD DE SAN JUAN EVANGELISTA, PATRÓN DE LA JUVENTUD COFRADE.







En el día de hoy se honra a San Juan Evangelista, Patrón de la Juventud Cofrade.






El Discípulo Amado está muy presente en la iconografía de nuestras Hermandades de Pasión, es inconfundible su atuendo verde y rojo signo de la juventud y del martirio.





 Su representación con el águila por la gran espiritualidad de su evangelio, así como su joven rostro siempre en cercanía de Jesús. 





San Juan es un ejemplo de entrega y confianza en la misión divina siendo junto con Pedro y Santiago los apóstoles predilectos de Jesús.






No en vano es Juan el único discípulo que se hace presente junto con María en el calvario y posteriormente la cuidará hasta su gloriosa subida al cielo.






Juan, hermano de Santiago, es identificado en la tradición como el discípulo a quien Jesús amaba.




Su figura en los Evangelios es aquella del discípulo perfecto que, inclinándose en el pecho de su Señor, conoce los misterios más profundos e íntimos.



Su Evangelio y sus cartas, no son solo una verdadera guía para llegar a ser discípulos, sino también para ser sus amigos y hermanos de Jesús.




Su Apocalipsis sirvió y sirve, aún ahora, como obra de consuelo para todos los cristianos perseguidos.





Celebremos hoy todos los cofrades de la Festividad de San Juan con la esperanza en que los jóvenes cofrades sean ejemplo de entrega y humildad.




 Que Dios los ilumine para solucionar problemas como el paro juvenil tan presente en nuestra ciudad y para que ocupen un lugar importante en nuestra sociedad ya que de ellos es el futuro del país y el mañana de nuestras Hermandades.






Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.


Fuente: hermandadesdelinares.es

miércoles, 25 de diciembre de 2019

HOY SE INICIA LA OCTAVA DE NAVIDAD, CELEBRAMOS EL NACIMIENTO DE JESÚS 8 DÍAS SEGUIDOS



Como es tradición en la Iglesia, la noche del 24 de diciembre se empieza a celebrar de manera solemne la Natividad del Señor y luego siguen ocho días llamados “Octava de Navidad”, que comienza el 25 de diciembre y concluye el 1 de enero, en los que igualmente se festeja el nacimiento del Niño Dios.

La celebración de la “Octava” tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, en el que los judíos festejaban las grandes fiestas por ocho días. Asimismo, tal como se lee en el Génesis (17, 9-14), hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo es la circuncisión al octavo día después del nacimiento.

Jesús mismo, como todo judío, también fue circuncidado al octavo día y resucitó el “día después del séptimo día de la semana”. Es así que la Octava (ocho días) sigue siendo una tradición muy importante en la Iglesia y por ello se ha establecido sólo dos en el calendario litúrgico: la “Octava de Navidad” y la “Octava de Pascua”.

En la Octava de Navidad también se celebran las siguientes fiestas importantes:

26 de diciembre: San Esteban es el primer mártir del cristianismo y representa a todos los que murieron por Cristo voluntariamente.
27 de diciembre: San Juan Evangelista es el joven y valiente apóstol que permaneció al pie de la cruz con la Virgen María. Es considerado el “discípulo amado” y representa a los que estuvieron dispuestos a morir por Cristo, pero no los mataron.
28 de diciembre: Los Santos inocentes representan a los que murieron por Cristo sin saberlo y a los millones de bebés que mueren hoy día con el aborto.
Domingo después de Navidad: La Sagrada Familia es modelo para todas las familias y símbolo de la unión de la Santísima Trinidad. Este año cae domingo 29 de diciembre.
1 de enero: María Madre de Dios. Todos los títulos atribuidos a la Virgen María tienen su raíz en este dogma de fe.

Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuente: Redacción ACI Prensa

¿POR QUÉ EL 25 DE DICIEMBRE CELEBRAMOS LA NAVIDAD?




Los cristianos celebramos la Natividad del Señor, es decir, ese misterio de la vida de Jesús. Para ello se ha elegido un día determinado, que no coincide con el cumpleaños de Jesús. Reitero, celebramos un misterio y no festejamos un cumpleaños. Como se festeja el nacimiento del monarca de Reino Unido el 9 de junio, con independencia de la fecha en que haya nacido la persona concreta que reine.

¿Por qué se eligió el 25 de diciembre para celebrar el misterio la Natividad del Señor? Algunos han apuntado que por sustituir a los Saturnales romanos. Otra respuesta está en la Encarnación.

Por la imprecisión del calendario juliano, el equinoccio de primavera en el hemisferio norte se había movido del 21 al 25 de marzo; es decir, la primavera comenzaba el 25 de marzo. Los antiguos creían que Dios había iniciado la creación el 25 de marzo, por ser la fecha del inicio de la primavera. Pensaban que la creación no podía haber empezado en otra estación pues, por ejemplo, en otoño las hojas caen y para ello se requiere que existan hojas; tenía que ser en la estación en la que florean las plantas.

Si Dios había iniciado la creación del mundo un 25 de marzo, también el inicio de la nueva creación, la Encarnación del Verbo, tenía que haber sido un 25 de marzo.

Creyendo que la Encarnación había sido un 25 de marzo, se le suman los nueve meses de embarazo, dando como fecha el 25 de diciembre. Por eso se celebra en ese día la Natividad del Señor.

No obstante, pueden hacerse cálculos para determinar la fecha aproximada del nacimiento de Jesús a partir de distintos versículos de la Biblia.

Narra San Lucas que el padre de Juan el Bautista era Zacarías, quien pertenecía a la clase sacerdotal de Abías (1,5). Las clases sacerdotales se habían distribuido por turnos para prestar su servicio litúrgico. Cada turno servía durante una semana (2 Cro 23, 8). A la clase de Abías le correspondía el octavo turno (1 Cro 24, 10). Dice San Lucas que una vez que Zacarías cumplió su turno, regresó a casa y poco después su esposa, Isabel, concibió a Juan (23-24). De esta forma, podemos saber la fecha aproximada en que se concibió Juan el Bautista si conocemos la fecha del turno de Abías. A partir de esta fecha podemos conocer el momento aproximado del nacimiento de Jesús, pues Cristo era seis meses menor que Juan como narra san Lucas (1, 36). Es decir, a la fecha aproximada de la concepción del Bautista se le añaden nueve meses, y a ésta se le añaden otros seis


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuente: liturgiapapal.org

martes, 24 de diciembre de 2019

LLEGA DESDE ESPAÑA SAN NICOLÁS




Los niños holandeses se acuestan contentos e ilusionados en Diciembre, porque quien va a venir durante la noche es alguien de España que les va a dejar muchos regalos.

Nos referimos a San Nicolás.

Tal vez os suene más después de la transformación de los norteamericanos: Santa Klaus.

Esa es la tradición de diciembre llega desde España San Nicolás (en holandés, Sinterklaas).

Visitando por la noche las casas de los niños y colocando (con su inseparable ayudante, Pedrito el negro) los regalos en los zapatos, generalmente, naranjas, dulces y juguetes.

Cuando los holandeses fundaron Nueva Amsterdam en Norteamérica se llevaron la tradición con ellos.
Luego, cuando los británicos echaron a los holandeses y renombraron la ciudad a Nueva York (que ya os sonará más), la tradición continuó. Pasaron muchos años.

Sinterklaas derivó en Santa Klaus, y durante décadas apareció en cuentos y literatura y se hicieron cambios en su fisonomía hasta el más reciente, que fue el de la Coca-Cola, que es como lo conocemos ahora.

Este «origen» tiene antecedentes históricos. Al parecer, los restos del verdadero San Nicolás descansan en Bari (urbe italiana situada en la costa adriática, al sur del país).

Ciudad antaño integrada en el antiguo reino de las "Dos Sicilias", del cual el emperador Carlos I de España y V de Alemania fue rey.

Cuando su sucesor, Felipe II, heredó los Países Bajos, España y las Dos Sicilias, el enclave era territorio español.

De ahí parte la creencia de que San Nicolás llegue de España y, por asociación, de Madrid, la capital del imperio en aquellos años.


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.

¿COMO DEBE CELEBRARSE LA MISA DE NAVIDAD?




Para las misas de la Solemnidad de la Natividad del Señor hay pocas variaciones rituales.

Antes de la misa puede cantarse la calenda o el anuncio del nacimiento del Señor, con la fórmula del Martirologio Romano (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, n. 111).

En las misas de la Solemnidad de la Natividad del Señor no está previsto tocar las campanas mientras se entona el Gloria.

Esto es algo propio de la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, y de la Vigilia Pascual.

Pueden repicarse las campanas en el momento en el que se descubra la imagen del Niño Jesús, como se hace en la Misa de Gallo presidida por el Papa, o al colocar la imagen en el Pesebre. Pero no durante el Gloria.

En esas misas, mientras se mientras se dicen las palabras “y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;” del Símbolo, hay que permanecer de rodillas (IGMR 137).

Al final de la celebración podrá tener lugar el beso de la imagen del Niño Jesús por parte de los fieles, y la colocación de la misma en el nacimiento (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, n. 111).


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.

Fuente: liturgiapapal.org

lunes, 23 de diciembre de 2019

¡Formación Cofrade de La Hermandad de Los Estudiantes de Oviedo os desea Feliz Navidad!




“La palabra de Dios es la luz verdadera que ilumina a toda persona que llega a este mundo. (Génesis 1:9)


"En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.

En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.


Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.



La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.


Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.» 
Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.


Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado".
Del Santo Evangelio según San Juan 1, 1-18



¡Nuestros más sinceros deseos de felicidad para esta Navidad!”.


¡FELIZ NAVIDAD! ¡DIOS HA NACIDO!