miércoles, 21 de marzo de 2018

LA ESPIRITUALIDAD DEL NAZARENO: IDEARIO



A modo de síntesis, de la espiritualidad del nazareno, nos atrevemos a formular una propuesta de IDEARIO ESPIRITUAL DEL NAZARENO, con el deseo que este lo conozca, ame y viva.



1. El buen nazareno, al vestirse y salir de nazareno en la Cofradía, debe "revestirse de Jesucristo", y tener los mismos sentimientos de Cristo-Jesús. "Revestirse", de "entrañas de misericordia, bondad, benignidad, humildad, mansedumbre, longanimidad... y sobre todo de la caridad, que es el vínculo de la perfección".



2. El buen nazareno, acude a su Templo, puntual y anónimamente, por el camino más corto, en Silencio exterior e interior, y con el antifaz echado. Durante la Estación, medita la Pasión del Señor, reza el Santo Rosario, se mortifica y calla con paciencia, tras la Cruz de Guía, llevando amorosamente su propia cruz. Hace el propósito firme de su conversión. Entrada la Cofradía, regresa a casa, agradecido a Dios y cumpliendo las mismas condiciones que a la ida.



3. El buen nazareno, estima y venera su "túnica sagrada", bendecida, que significa y le recuerda, la "vestidura de la gracia", de la túnica de Cristo, que no debe manchar por el pecado. Será la mortaja el día de su BUENA MUERTE.



4. El buen nazareno, hace la Estación de Penitencia no farisaicamente, sino en Espíritu y en Verdad; en "gracia de Dios", o con el propósito de confesarse, lo antes posible.

Experimenta la MISERICORDIA DIVINA, por el perdón de sus pecados. Se alimenta eucarísticamente, con el Cuerpo de Cristo y se purifica con su Sangre. EUCARISTIZA SU ESTACIÓN DE PENITENCIA. La Penitencia, sin conversión y Eucaristía, carece de sentido. LA PENITENCIA CONDUCE A LA EUCARISTÍA Y LA EUCARISTÍA LLEVA A LA PENITENCIA



5. El buen nazareno, servidor de Dios y de sus hermanos, se asocia contestariamente en la calle, a la Pasión del Señor, y se hace Corredentor con Cristo. Vive intensamente, el "Todo redimido tiene que ser redentor con Cristo".




6. El buen nazareno, es sensible a las necesidades espirituales y materiales de sus hermanos, los "Cristos vivos", tanto de los próximos, como de los lejanos. Los ayuda, socorre y comparte con ellos, sus bienes. Es Iglesia y nazareno universal, de toda la Iglesia, que explícita en su Estación a la Santa Iglesia Catedral.



7. El buen nazareno, mantiene la unidad entre fe y vida, la completa coherencia entre su fe cristiana y su vida personal, familiar, profesional y social. No, a la Estación de Penitencia por un lado y el noviazgo, matrimonio, política, trabajo, diversiones, por otro. Evangeliza, el ambiente en que vive, y anuncia a Cristo con su palabra y sobre todo, con su testimonio.



8. El buen nazareno, debe ser nazareno y apóstol de Cristo, todo el año. No apaga el cirio de su fe cristiana, cuando entra la Cofradía, lo mantiene encendido, en todas las circunstancias de su vida. Da testimonio y realiza el compromiso cristiano, contramarea. ¡REMA MAR ADENTRO!



9. El buen nazareno, cae en la cuenta, de que más que acompañar a MARÍA, es Ella, la que nos acompaña y "hace" con nosotros la Estación de Penitencia. NOS CONSUELA, SOCORRE Y AMPARA EN NUESTRAS AMARGURAS, ANGUSTIAS, DOLORES, LÁGRIMAS Y TRISTEZAS. MARÍA, nazarena, debe constituir la ESTRELLA, PATROCINIO, SALUD, GRACIA Y ESPERANZA, de la nueva Evangelización y entra de lleno en la vida del cofrade.



10. El buen nazareno, vive la Estación de Penitencia como glorificación de Cristo al Padre, en CLAVE PASCUAL. Simultanea su dolor penitencial con la ESPERANZA y ya gozo anticipado, de la Pascua.



La Estación de Penitencia no es el final, sino el peregrinaje necesario, para alcanzar nuestra RESURRECCIÓN CON CRISTO, que el nazareno vive y explícita anticipadamente. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor! "


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: http://cofrades.sevilla.abc.es

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