miércoles, 13 de marzo de 2019

NO ES LO MISMO VESTIR DE NAZARENO QUE SERLO.




Cualquier cofrade sabe que no es lo mismo vestir de nazareno que serlo. El nazareno nace siéndolo –incluso sin ser consciente– y, con el paso del tiempo, se descubre a sí mismo y se construye. Un nazareno lo es toda su vida, aun cuando no viste la túnica, sea por su voluntad o no. 





Muchos empezamos a ser nazarenos por nuestros padres o nuestros abuelos; algunos por sus amigos o por propia convicción. Cada uno por sus motivos y con su preparación.

De este modo, queremos engrandecer el valor del nazareno. 



Aunque a veces, puede ser desprestigiado o no muy tenido en cuenta de manera inocente desde diversos colectivos, el nazareno es uno de los pilares fundamentales de una hermandad, tanto a nivel humano a la hora de la realización de actividades como figurativo en cuanto se pone la cofradía en la calle.

Por todo esto y más, las hermandades deberían querer agradecer mucho mas a cada uno de nuestros nazarenos para que sigan sintiéndose, una vez más, seres muy importantes dentro de nuestra cofradía. ¡Gracias, hermanos!

Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales

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