lunes, 10 de septiembre de 2018

EL SUDARIO DE OVIEDO, UNA RELIQUIA MUY SEVILLANA




«Los lienzos por el suelo, además el sudario, que había estado sobre su cabeza, no por el suelo con los lienzos, sino plegado en lugar aparte» San Juan, (20 6-7). 



Según la tradición cristiana, uno de los objetos más susceptibles de ser sujetos a culto se encuentra en la Santa Iglesia Catedral de Oviedo desde el siglo IX. Su ubicación exacta la hallamos en la denominada Cámara Santa, lugar que alberga los objetos custodiados en la Catedral. La Cámara Santa es un recinto de dos plantas, la primera de ellas conocida como la Cripta de Santa Leocadia y en la planta inferior la cámara del tesoro o Cámara Santa y que es un recinto en el que se guardan, entre otros, la Cruz de los Ángeles y la Cruz de la Victoria que hoy podemos contemplar en el escudo de la Asturias. El objeto de este estudio está contenido en una arca de recubierta de plata llamada Arca Santa, de madera de roble. Varias vitrinas y relicarios y en una de ellas encontramos algo que nos llama poderosamente la atención: una fotografía a tamaño natural del denominado popularmente como el Pañolón de Oviedo, que no es más que el Sudario de Oviedo, el que, según la tradición cristiana, envolvió la cabeza de Jesús de Nazaret tras la crucifixión en el monte Gólgota. Actualmente es objeto de veneración popular pudiéndose ver los Viernes Santos, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) y su Octava (día 21 de septiembre).





Recorrido histórico

Cuando el rey persa Cosroes II invadió Palestina y entró en Jerusalén en el año 614, los cristianos huyeron portando las reliquias en un arca. La huida del arca que contenía el Pañolón de Oviedo se planificó para hacerlo por mar bordeando las costas africanas, haciendo escala probable en Alejandría (Egipto), posteriormente entró en España por Cartagena sobre el año 617 d.C. De esta ciudad pasó directamente a Sevilla bajo la tutela de San Isidoro (obispo de Sevilla) y, al morir este en el año 636, fue mudada a Toledo. Sobre el año 695-711 y huyendo de la invasión musulmana de España sería nuevamente trasladada. Rodrigo fue derrotado por Tariq y los musulmanes empujaron a los cristianos españoles hacia el norte. La ruta de escape fue la Vía de la Plata-Badia-Quirós y Morcín. El arca que contenía la preciada reliquia estaría unos años enterrada en los montes asturianos del Monsacro hasta ser depositada definitivamente en la ciudad de Oviedo, allá por el siglo VIII. Alfonso II El Casto ordenó construir la Cámara Santa para albergarla y se abre en el año 1075 para hacer una relación de las reliquias contenidas en ella coincidiendo con la estancia en la ciudad de Alfonso VI. El rey, fascinado, ordenó que se recubriera de plata, fechado así en el año 1113. Tras esa fecha, con certeza, la reliquia ha sido custodiada en la catedral de Oviedo en la Cámara Santa.




El análisis textil del sudario de Oviedo

Nonnos de Panópolis (400-470 d.C. aprox.): «Siguiendo detrás llegó Simón e inmediatamente entró. Vio los lienzos juntos en el suelo vacío, y la tela que envolvía la cabeza con un nudo en la parte de atrás de la cabellera. No estaba con los lienzos funerarios, sino que estaba ampliamente enrollado en sí mismo, torcido en un lugar aparte».

El Sudario de Oviedo es un tela rectangular (pero irregular) de 85,5 cm de largo por 52,6 cm de ancho. Con múltiples arrugas, las evidentes marcas del paso del tiempo y las inclemencias de muchos años, siglos y, ¿por qué no?, milenios tras ellas. Como muestra de estas palabras está el desgarro de 5,5 centímetros en la parte superior derecha producida por el plegado y desplegado del objeto en épocas anteriores y un agujero 1,24 y 1,96 centímetros provocado por una vela en vista de la chamuscadura de sus contornos y la fluorescencia de cera cuando ha sido fotografiada con película especial.

En el Pañolón también se observan otros pequeños agujeros provocados por chinchetas o clavos para agarrar la tela a un marco y proceder a su exposición y recortes que dan la irregularidad perimetral a la pieza. En un primer vistazo del Sudario de Oviedo lo que más nos llama la atención es la gran cantidad de manchas de diferentes tonos que contienen una parte importante y central de su superficie, suciedad y las repetidas arrugas. Tales manchas tienen una correspondencia simétrica y se ajustan a la zona frontal (nariz y boca) que hubieran cubierto a un cadáver. En otras zonas, sobre todo exteriores no se observan estas simétricas formas. Confeccionado en lino presenta una clara morfología longitudinal en fibras lisas, con nudos transversales y nódulos a modo de caña. Los hilos de lino son de proceso manual y manifiestamente irregulares con un coeficiente de variación de 24,8 en urdimbre y 23,4 en trama. Su textura es del tipo denominado como tafetán (cruza un hilo de trama por arriba y por debajo un hilo de urdimbre cada vez). A la vista presenta una clara tonalidad tostada producto del envejecimiento de la celulosa. En un análisis más detenido se aprecian defectos en su elaboración, posiblemente en un telar vertical. El pañolón también presenta unas extrañas marcas circulares que encontramos su correspondencia con orificios de diámetros variables, ¿pudiera ser marcas de un casco de espinas? Por su estructura o huella troncónica todo parece apuntar que sí, guardando otra característica común con el lienzo de Turín.




La Ciencia frente al Sudario de Oviedo

San Antonio Mártir realiza una crónica de su peregrinaje a Tierra Santa en el año 570 en el cual menciona que cerca del monasterio de San Marcos vivían unas monjas que custodiaban el Sudario de Cristo.

Aunque el Sudario lleva ya varios siglos en la bella ciudad asturiana, se atribuye su lanzamiento a la fama internacional a monseñor Ricci, director del Centro Romano de Sindonología quién en su libro L’Uomo della Sindone è Gesù (1969) hizo referencia al mismo relacionándolo con la Síndone de Turín. La aportación de Ricci al estudio del pañolón es muy importante, ya que fue el encargado de descubrir las simetrías de las manchas y su posible correspondencia con la ubicación en la anatomía humana.

Monseñor Ricci hizo participe de sus inquietudes al botánico Max Frei, también conocido por haber sido la persona que estudió las muestras de polen de la Sábana Santa o Síndone de Turín y por un tremendo patinazo al dar por buenas y auténticas las falsificaciones de los supuestos diarios de Adolf Hitler. El informe de Frei –teniendo como base su estudio en Turín– dio como resultados que la reliquia de Oviedo había transitado geográficamente por lugares diferentes a su homónimo turinés. En el pañolón había muestras evidentes de pólenes del norte de África y especies mediterráneas y peninsulares (por ejemplo, Quercus –encinas, coscojas–, Pistacia Palestina –lentisco, cornicabra–, Tamariz –tamarindo, taray–).

Análisis sanguíneo

La cruzada de monseñor Ricci no concluyó en el estudio de Max Frei. El doctor Pier Luigi Baima Bollone recibió el encargo de realizar un estudio hemotológico del pañolón teniendo como resultado el mismo grupo sanguíneo que el aparecido en la Sábana Santa de Turín, es decir, perteneciente al grupo AB, minoritario en Europa y mayoritario en la zona de Israel... Recientes estudios realizados en el laboratorio de criminología y biología forense de la Escuela de Medicina Legal de Madrid y por la Cátedra de Medicina Legal de Valencia (por el doctor Villalaín y la doctora Ramos) dieron como resultado la corroboración del tipo sanguíneo AB de las manchas. En dichos estudios no han dejado lugar a las dudas, las manchas halladas en el Sudario de Oviedo o pañolón son de origen humano (se aplicaron los test de reacción Teichman variante Bertrán, reacción Stryzowsky variante Sardá,y reacción Lecha-Marzo reacción Guarino). Al microscopio óptico se demostró la presencia de glóbulos rojos o hematies siendo ratificada esta observación por los microscopios electrónicos realizados por los doctores Pintado y Montero.

La procedencia de la sangre, después de su completo análisis, dio como resultado un posible origen resultante de muerte por edema pulmonar hemorrágico, curiosamente análogo al lienzo de Turín... Las diferentes pruebas realizadas también demostraron que hay manchas que se trataban de sangre vital con capacidad de coagulación y que la sangre de un cadáver no coagula en las muertes violentas asfícticas. También se encontraron restos de un suero producto del edema causante de la muerte, de aquí podemos deducir que en un primer momento la sangre brotó estando el cuerpo en posición vertical, suspendido en la cruz y con la cabeza reclinada hacia el lado derecho como constatan las manchas que hacen que en el lóbulo derecho sean más densas, 60 minutos después sería descendido de la cruz e inclinado boca abajo, haciendo que la sangre y el suero pulmonar brotaran nuevamente por la nariz y la boca. La disposición de las manchas de sangre demuestran que el Pañolón de Oviedo se colocó posiblemente a modo de cono cubriendo totalmente la cabeza del ajusticiado, siendo compatible con un casco de espinas y coincidiendo con el arco formado por esta y los objetos punzantes que se clavaron en el cuero cabelludo del reo formando múltiples regueros de sangre y orificios en el paño. La persona portadora del paño, por los rastros de sangre, era adulto, con larga cabellera y barbado. La boca en el momento de aplicar el paño sobre su cabeza estaba casi cerrada, la nariz aplastada y desviada hacia la derecha, producto de un golpe o por la presión y torsión del paño inicialmente. La zona suboccipital presenta manchas que se corresponden a heridas punzantes y cabeza, cuello y espalda se hallaban manchados de sangre cuando fue envuelto en el paño.

Un dato que juega a favor del uso mortuorio del Sudario de Oviedo es que la Ley judía obliga a tapar la cabeza del ajusticiado cuando este se hallaba deformado, y evidentemente, según estudios, la cara de Jesús de Nazaret se encontraba manifiestamente deformada al ser descendido de la cruz.

Contaminación en la reliquia de Oviedo

Una prueba del isótopo de carbono 14, ¿sería efectiva sobre el pañolón de Oviedo? Muy posiblemente no. La contaminación con diferentes elementos hace que esta reliquia se cargue de Carbono-14 reciente por añadidura de nuevos elementos, a saber:

1. Partículas inorgánicas = Arena, sílice, micrometeoritos.

2. Partículas orgánicas = Carbón, hongos, esporas, insectos, polen (que puede alterar una datación por absorción de C-14 en otras épocas).

3. Purpurina, dejado por un envase de pintura de plata, «pequeñas» marcas de 17 x 8 centímetros.

4. Pólvora, resultante de la denominada Revolución de Asturias de 1934 cuando explosionaron la Cámara Santa.

5. Carmín, pintura de labios.

6. Costra blanca de origen orgánico concentradas el lugares donde se da concentración sanguínea.

7. Mirra y áloe, muestra evidente de aditivos utilizados en la preparación del cuerpo de un difunto y de la relación del Pañolón con el mismo. Los mismos elementos han sido hallados en la Sábana Santa de Turín.

8. Cera.

9. Cabellos humanos, posiblemente de devotos.

10. Hilos modernos de fibras y nylón.

11. Una datación del C-14 con estos elementos sería, probablemente, una datación errónea. Por otra parte no se han hallado en él indicios de manipulación o fraude.

Las arrugas y los plieges se deben a las distintas posiciones en las que en otros tiempo se ha hallado esta reliquia, conservando el lino estas marcas (si no se plancha, claro).

La relación entre la Sábana Santa y Santo Sudario





La relación con el lienzo de Turín y este paño es manifiesta y de ello se han ido dando algunas pinceladas en este informe, pero... ¿Qué coincidencias hay entre ambas? Veámoslas:

1. Las dos piezas de tela contuvieron a un hombre de largo cabello, barbado y cabello recogido en la nuca.

2. Ambos eran adultos de unos 30-40 años y constitución fuerte.

3. Ambos comparten tipo sanguíneo = AB, típico de la etnia judía en la zona israelita.

4. Ambos fueron maltratados antes de morir (latigazos, tortura física (tirones de barba), casco de espinas...)

5. Ambos murieron en posición vertical, crucificados y apoyándose en los pies.

6. Ambos fallecieron por colapso ortostático y el consecuente edema pulmonar en grado agudo.

7. Ambos son telas fácilmente elaboradas en la zona hebrea.

8. Las manchas de sangre contenidas en uno y otro lienzo son «coincidentes» y por tanto ambas son complementarias.

9. Gotas de sangre bajo una mancha en forma de 3 invertido. Es la misma impresión en ambas reliquias.

10. Los Evangelios –sobre todo Juan– nos hablan de estos lienzos.

11. Ambos contienen rastros de pólenes de la zona.

12. Ambos tienen rastros de mirra y áloe para preservar de la corrupción.

13. Los más importantes: superponiendo la Sábana Santa de Turín con el Sudario de Oviedo sobre la zona que cubría descubrimos que sus proporciones son coincidentes y concurrentes a una emanación sanguínea tras muerte por edema pulmonar. Correspondencias manifiestas con los regueros de sangre provocados por el caso de espinas y con las proporciones craneales.





Coincidencias anatómicas entre la Sábana Santa de turín y el Sudario de Oviedo

Juan (11,44): «Y salió el difunto atado de pies y manos con vendas, y su rostro estaba envuelto en un sudario».

Las proporciones anatómicas también indican las analogías entre estas dos reliquias, debemos saber que guardan estrecha relación:

1. Los arcos superciliares.

2. Superficie y forma de la nariz.

3. Abultamiento de la zona derecha de la nariz.

4. Fosas nasales presionadas.

5. Pómulo derecho hinchado y sanguinoliento.

6. Posición y tamaño de la boca.

7. Mentón y forma desigual de la barba.

Sería difícil para el investigador poder afirmar con total rotundidad que la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo estuvieron en contacto directo con el cuerpo de Jesús de Nazaret. Pero, poco a poco, los paralelismos y demostraciones científicas van demostrando que ambas reliquias estuvieron en una época contemporánea a la de Jesús de Nazaret, en los mismos lugares y que contuvieron el cuerpo sin vida de un ser que sufrió la misma muerte que el nazareno. La controversia creada por la polémica datación del C-14 a la Síndone turinesa no ha ayudado demasiado a aclarar este misterio. De todos modos, hoy sabemos que aquella datación fue lo suficientemente corrupta –en todos los aspectos– como para no tener ninguna validez.

Los últimos estudios realizados por el proyecto EDICES, amparado por el Centro Español de Sindonología de Valencia, son lo suficientemente esperanzadores como para poder afirmar que ambas reliquias contuvieron o estuvieron en contacto con un ser excepcional que sufrió la misma pasión de Jesús de Nazaret si es que no es Él. Estudio con todo el rigor científico que hasta los más críticos y escépticos deben de aceptar. Los descubrimientos científicos paralelos y entrecruzados tras 2.000 años de Historia van abriendo el camino donde antes sólo podía haber fe dogmática.


Fuente: elcorreoweb.es/sevilla

Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales

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