"Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: "No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho".
(Mt 28,1-7)
"No tengaís miedo... No está aquí, porque ha resucitado, tal
como dijo".
(Mt 28,5-6)
¡Feliz Pascua! Cristo ha resucitado, ha resucitado de
verdad. Esta es la verdad que debemos mantener firmemente en nuestra mente y en
nuestro corazón, sostenidos en una fe inquebrantable. Cristo ha resucitado, ha
resucitado. Que la oscuridad huya, que el miedo sea desterrado, porque el
reinado del pecado ha terminado, y la muerte, aunque parezca ganar algunas
batallas, ha perdido la guerra.
La vida, la vida eterna, la vida de Cristo —nuestra vida en
Cristo— sale victoriosa del sepulcro. Y así nos regocijamos como familia, como
parroquia, aunque esté físicamente separada, y como Iglesia. Así, queridos
amigos, decimos juntos Amén y Alleluia.
Como dijo san Agustín una vez tan bellamente: En el cielo,
"toda nuestra actividad consistirá en Amén y Aleluya... Después de todo,
¿qué significa Amén y qué es Alleluia? Amén, 'Es verdad'; Alleluia, 'Alabado
sea Dios'".
Feliz Pascua de Resurrección 2020
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