Frente a la actual pandemia, nuestro mundo ha sido
desbordado por una cuota desmesurada de incertidumbre. Son días llenos de
angustia y con un gran temor por lo desconocido. El corazón se arruga frente a
tantas muertes, tanto dolor y sufrimiento. Sin embargo, el corazón también se
reconforta al presenciar las muestras de solidaridad y entrega de todos esos
héroes invisibles, que han trabajado hasta el cansancio poniendo en riesgo sus
propias vidas y la de sus seres más queridos.
Estando acostumbrados a una vida sin pausa, nuestros
mundos individuales se han puesto patas arriba. Sin duda, es una bendición
poder decir que allí estamos resguardados en casa, mientras tantos otros sufren
sin techo y sin dinero para cubrir lo básico.
A continuación, unas sugerencias oportunas para
afrontar con esperanza esta crisis intentando buscar un balance entre nuestra
salud física, mental y espiritual:
10 sugerencias para afrontar la crisis del
coronavirus
Todo pasa
Nada es permanente. Todo pasa y lo único que es
constante es el cambio. Estamos continuamente cambiando. Cuando estamos
felices, deseamos que ese momento de felicidad se mantenga eternamente, pero
sabemos que todo pasa y por lo tanto esos momentos los atesoramos con dulzura.
La buena noticia es que, así como los momentos buenos pasan, los malos también
pasan. Así que cuando te encuentres angustiado, desesperanzado, triste,
confundido, recuerda que nada es permanente y que todo pasa.
Abraza con aceptación la montaña rusa de
emociones
En momentos de crisis es común ciclar entre una gama
de sentimientos contradictorios e inesperados. Es posible que por momentos
experimentes una profunda tristeza, seguida de rabia, indignación,
desconcierto, y quizás luego por placidez y tranquilidad. Lo importante es que
te des el permiso de experimentar todos estos sentimientos sin culparte o
preocuparte de eso que sientes, porque nuevamente te digo que todo pasa y nada
es permanente.
Date tiempo para acoplarte a las nuevas
rutinas
En este momento es importante desarrollar nuevas
rutinas con la intención de mantener un poco de estructura y orden. Sin
embargo, sabemos que todos los procesos de la vida llevan tiempo y paciencia.
Así que no te mortifiques si no estas rindiendo en tu trabajo como antes, si no
eres la mejor homeschool teacher para tus hijos, si no te provoca cocinar un
día. Ya poco a poco irás estableciendo un ¨nuevo normal¨ que funcione para ti y
tu familia.
Das lo mejor de ti
Acepta que estás haciendo lo mejor que tú puedes dada
las extrañas circunstancias. No hay problema si no sabes enseñar matemáticas o
ciencias a tus hijos, o si un día quieras esconderte en algún lugar de la casa
para que nadie te moleste. Yo estoy convencida que esta experiencia está
enseñando a nuestros hijos y a nosotros mismos muchísimo más de lo que en este
momento podemos imaginar.
Control de la información
Encuentra un balance entre mantenerte informado versus
estar sobre informado. No veas noticias todo el día y practica desconectarte de
la tecnología por períodos de tiempo durante cada día. Esto aplica para todos
los miembros de la familia, aceptando que es muy probable que durante estos
días nuestros hijos estén más conectado a sus aparatos electrónicos de lo que
habitualmente les permitimos.
Mueve el cuerpo y ejercita la mente
Intenta mover el cuerpo un poco al día todos los días
y proponte hacer algo que estimule tu mente ya sea un buen libro, un
rompecabezas, tocar un instrumento o retomar una afición olvidada.
Amar
Buen momento para atender a nuestros seres queridos y
de expresar nuestros sentimientos con creatividad. Abrazar con la mirada,
brindar gestos de cariño, escribir cartas o emails, llamar por teléfono.
Distancia social no significa desconexión social. Por el contrario, ahora es
cuando tenemos que estar más unidos que nunca.
Saber decidir
Momento de practicar el ¨elegir lo menos malo dentro
de las opciones que se te presentan¨. Así como a los doctores, nos llegara el
momento de escoger entre dos opciones que no nos gusten tanto. Trata siempre de
elegir la que consideres menos mala pidiéndole al Espíritu Santo que te ilumine
con su Sabiduría.
Perdón
Buen momento para perdonar y pedir perdón. Son
momentos propicios para sanar nuestro corazón y nuestra alma. Perdona y
perdónate.
Rezar
Momento para rezar abandonándonos en las manos de
Dios. Recemos sin cesar confiados en Dios que no se deja ganar en generosidad,
y en Jesús que no nos abandona ni en las peores tormentas. Estos son momentos
inéditos donde estamos volviendo a valorar lo verdaderamente importante, que no
es más que nuestra relación con Dios y con todos nuestros hermanos. Mantengamos
la esperanza siempre aferrados a Dios y nuestra madre la Virgen María.
Artículo
enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.
Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuente:
aleteia.org
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