¡El Sagrado Corazón de Jesús se hace víctima por todos
en la eucaristía!
Es el sol de la tierra.
En la Misa no eres tú el que rezas,
es Jesús quien reza por ti.
Es la gloria y la alabanza a la Trinidad, la
alegría de los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, la fuerza y la
gracia de los justos, el refrigerio de las almas del Purgatorio, la alegría de
los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, el beneficio de la Iglesia,
la medicina contra las enfermedades espirituales.
San Isidro Labrador antes de
irse al campo se empapaba de este bálsamo de adoración y amor. ¿Cómo vives tú
la Santa Misa?
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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