Si observas al Corazón de Jesús, pruebas un
sentimiento de pena.
Es coronado de espinas, mana sangre, es traspasado su
Corazón.
Es el símbolo de la vida de Jesús.
Nacido en medio de sufrimientos,
abraza al dolor, abraza una cruz, la lleva al Calvario, muere crucificado.
Jesús valora el dolor y crea una escuela: "Quien
quiera venir en pos de mí, tome su cruz" (Mt.16,24). Es una frase un poco
amarga, un poco triste, pero es así.
El dolor cristiano está para purificar,
para santificar las almas.
La cruz que Él te da es aquella que es buena para ti.
Trata de tener devoción a tu cruz; ámala, como la amaron los Santos, como la
amó Jesús.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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