Escucha las exhortaciones de Jesús: "Cuando
hagáis limosna recordad que el Padre ve en lo escondido; que no sepa tu mano
izquierda lo que hace la derecha. Cuando reces, entra en la habitación y cierra
la puerta pues el Padre ve en lo secreto".
Cuando ayunes, tu ayuno no se manifestará
a los hombres, pero tu Padre celestial ve todo a tu alrededor... dentro de ti.
También las mínimas cosas escondidas a los hombres no se esconden de su divina
mirada.
Nadie puede penetrar en los secretos de tu corazón.
Dios, sí. Cuando
crees que estás solo hay siempre un ojo que ve tus acciones, un oído que siente
tus palabras, una mano que escribe tus pensamientos. ¡Dios te ve!
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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