En cada página del evangelio, el Corazón de Jesús
habla de la fe. Por la fe Jesús cura las almas, sana los cuerpos y resucita a
los muertos.
Cada uno de los milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya
es una incitación a la fe
La fe es necesaria como el pan que comes, como el aire
que respiras. Con la fe eres todo; sin la fe no eres nada.
Con frecuencia
nuestra fe es lánguida como una llama a punto de extinguirse.
Cuando en los
campos, en las casas, en las oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe
¿sientes el coraje de defenderla sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las
pasiones te asaltan ferozmente, ¿Te
acuerdas que con un acto de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y
contigo?
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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