Si quieres amar al Corazón de Jesús debes comulgar su
cuerpo muy frecuentemente.
¿No eres digno?
Y para hacerla una vez al año
¿te
sientes digno?
No eres perfecto.
Pero la comunión no es un premio; es un medio
para llegar a la perfección.
¿Tienes muchos defectos?
Para corregirlos tienes
necesidad de la comunión.
No son los sanos los que tienen necesidad de
curación, sino los enfermos.
¿No sabes que la comunión borra por sí todos los
pecados veniales y preserva de los mortales?
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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