Una dulce palabra sale del sagrario: "Venid a mí
todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré".
¿Quién
habla así? El Corazón de Dios.
¿A quien habla? A la pobre criatura débil y
enferma.
¿Para qué te llama? Para ser tu fuerza, tu consuelo.
Jesús se ha hecho
víctima en la Misa. Desea que tú lo recibas en la comunión.
Quiere también ser
visitado por ti, quiere hablar sólo con tu corazón.
¿Cómo practicas este deseo del Sagrado Corazón?
¿Vas
cuando puedes a la iglesia a adorarlo, a ofrecerte a Él, a tomar fuerza, a
hacer la comunión espiritual?
¿Le pides perdón por tus culpas pasadas, por los
pecados de tu familia, de tus parientes?
¿Lo reparas por tantas almas ingratas,
por tantos pecadores moribundos?
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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