Jesús antes de morir, dio su testamento.
En medio de
la agonía contempla al discípulo predilecto y le dice: "He aquí a tu
madre".
Por su última voluntad, María se convierte en madre de todos.
Jesús, que amaba perfectamente a su madre, se mostró
siempre sometido y obediente a ella.
Todas las gracias del Señor vienen a ti por su
mediación.
Y si la estimas. ¿Cómo tratas de amarla? Un hijo que dice amar a su
madre y después la ofende no es sincero; es un mal hijo.
¿Y tú no ofendes a la
Virgen con tus faltas de amor?
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira
Costales
Fuente: webcatolicodejavier.org
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