Se llama Cirio Pascual a la vela que se consagra y
enciende en la Vigilia Pascual en la liturgia romana de la noche del Sábado
Santo; y es signo de Cristo resucitado, y su luz.
Características
El cirio es renovado precisamente en esta ceremonia,
sustituyéndose el del año anterior. Su tamaño puede variar, aunque ha de ser
mayor que el de resto de velas del templo. Suele tener pintada una cruz en uno
de sus lados.
Historia
El cirio se encendía con el fuego nuevo y también
servía para la bendición de las fuentes bautismales. Otros atribuyen el origen
del cirio pascual a las columnas de cera que Constantino mandaba encender la
noche de Pascua y algunos, a la costumbre que había de escribir en un cirio
bendito todas las fiestas movibles que dependían de la Pascua. Más adelante,
estas fiestas se escribían en una tira de papel o pergamino que se fija en el
cirio como se practica todavía en algunas catedrales. La sagrada Congregación
de Ritos decretó en 19 de mayo de 1607 que se encendiese el cirio pascual los
tres días solemnes de Pascua, sábado in albis y todos los otros domingos hasta
la Ascensión. La liturgia actual señala que el cirio pascual se enciende
durante todas las ceremonias del tiempo de Pascua, es decir, desde la Vigilia
Pascual hasta el domingo de Pentecostés, pasados cincuenta días (ocho semanas).
Ritual
de bendición y encendido
El actual misal
de mar tercera edición "típica" de 202, señala de este modo la
bendición del cirio y su encendido:
Con las luces de la Iglesia apagadas, en un lugar,
fuera de la Iglesia se reúne el pueblo alrededor de una hoguera encendida.
Llega el sacerdote con los ministros ayudantes: uno de ellos lleva el Cirio
Pascual. El sacerdote comienza la misa como de costumbre y hace una pequeña
explicación, como indica el misal. Luego bendice el fuego diciendo:
Oh Dios, que por medio de tu Hijo has dado a tus
fieles el fuego de tu luz, santifica (y hace la señal de la cruz sobre el
fuego) este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas de Pascua
enciendan en nosotros deseos tan santos que podamos llegar con corazón limpio a
las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Luego, según la tradición o costumbre se marcan unas
señales en el Cirio: una cruz, las letras "Alfa" y "Omega"
y las cifras del año en los ángulos de la cruz, mientras el sacerdote dice:
Cristo
ayer y hoy ; se traza la raya vertical
Principio
y fin; se traza la línea horizontal
Alfa;
se traza la letra alfa sobre la línea vertical
Y
Omega; se traza la letra omega abajo de la línea vertical
Suyo
es el tiempo; se traza el primer número del año en curso, el el ángulo superior
izquierdo de la cruz
Y
la eternidad; se traza el segundo número del año en el ángulo superior derecho
A
él la gloria y el poder; se traza el tercer número del año en el ángulo
inferior izquierdo
Por
los siglos de los siglos. Amén; se traza el cuarto número del año en el ángulo
inferior derecho
(Aunque en muchos trazados artísticos, esta forma a
veces cambia).
A continuación se incrustan cinco granos de incienso
en forma de cruz (primero el palo vertical, luego el horizontal), mientras se
dice:
Por
sus llagas
santas
y gloriosas
nos
proteja
y
nos guarde
Jesucristo
nuestro señor. Amén
Entonces se enciende el cirio con el fuego nuevo
diciendo:
Que
la Luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del
espíritu.
Y se organiza una procesión de fieles y clero del
lugar de la bendición al templo, que sigue a oscuras, encabezada por el cirio
llevado en alto. Tres veces se detendrá esta procesión para elevar el cirio y
cantar: "Luz de Cristo. Demos gracias a Dios". Todos los reunidos
encenderán una pequeña velita de la luz del nuevo cirio después de la segunda
aclamación. Llegados al centro del altar y cantada de nuevo la aclamación, se
encenderán entonces todas las luces del templo. Se inciensa el cirio y se canta
el llamado Pregón Pascual, un bello canto que anuncia la Resurrección de
Cristo.
Usos
durante el año litúrgico
El cirio se mantiene encendido durante todas las
celebraciones realizadas durante el tiempo de Pascua, tanto la eucaristía, la
palabra . El cirio es utilizado también durante los bautismos y confirmaciones
realizados a lo largo del año. De él se tomará la luz que se enciende para cada
uno de los nuevos bautizados. También se mantiene encendido durante los
funerales como signo de esperanza en la resurrección.
Una vez concluido el tiempo Pascual, el Cirio se
conserva dignamente en el baptisterio, junto a la Pila bautismal, a no ser que
esté en el presbiterio -cosa a evitar-, en cuyo caso, se guarda
convenientemente.
Es el símbolo más destacado del Tiempo Pascual. La
palabra "cirio" viene del latín "cereus", de cera. El
producto de las abejas. El cirio más importante es el que se enciende en la
vigilia Pascual como símbolo de cristo – Luz, y que se sitúa sobre una elegante
columna o candelabro adornado.
El Cirio Pascual es ya desde los primeros siglos uno
de los símbolos más expresivos de la Vigilia. En medio de la oscuridad (toda la
celebración se hace de noche y empieza con las luces apagadas), de una hoguera
previamente preparada se enciende el Cirio, que tiene una inscripción en forma
de cruz, acompañada de la fecha del año y de las letras Alfa y Omega, la
primera y la última del alfabeto griego, para indicar que la Pascua del Señor
Jesús, principio y fin del tiempo y de la eternidad, nos alcanza con fuerza
nueva en el año concreto que vivimos. Al Cirio Pascual se le incrusta en la
cera cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas u gloriosas
del Señor en la Cruz.
En la procesión de entrada de la Vigilia se canta por
tres veces la aclamación al Cristo: "Luz de cristo. Demos gracias a Dios", mientras progresivamente
se van encendiendo los cirios de los presentes y las luces de la iglesia. Luego
se coloca el cirio en la columna o candelabro que va a ser su soporte, y se
proclama en torno a él, después de incensarlo, el solemne Pregón Pascual.
Además del simbolismo de la luz, el Cirio Pascual
tiene también el de la ofrenda, como cera que se gesta en honor de Dios,
esparciendo su Luz: "acepta, Padre
Santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece
en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que
anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para gloria de Dios... Te
rogamos que este Cirio, consagrado a tu nombre, para destruir la oscuridad de
esta noche".
El Cirio Pascual estará encendido en todas las
celebraciones durante las siete semanas de la cincuentena pascual, al lado del
ambón de la Palabra, hasta la tarde del domingo de Pentecostés. Una vez
concluido el tiempo Pascual, conviene que el Cirio se conserve dignamente en el
bautisterio. El Cirio Pascual también se usa durante los bautizos y en las
exequias, es decir al principio y el término de la vida temporal, para
simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo largo de todo su
camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a Luz de la vida
eterna.
Conoce
el sentido de unos ritos milenarios
El significado más importante del cirio pascual es
recordarnos la victoria sobre la muerte de Jesucristo a través de la
resurrección.
La resurrección de Cristo es simbolizada por la luz,
por el fuego nuevo, que ahuyenta las tinieblas de la muerte y resucita
victorioso. La luz, elemento natural, se convierte en símbolo de vida,
felicidad, alegría y esperanza.
Entonces, iluminar la noche con el cirio pascual es
representar la victoria de Cristo sobre la muerte, y estar envueltos en la luz
de Cristo que nos llena de gozo y esperanza.
Jesús ya no yace en el sepulcro. Él es la luz del
mundo, el vencedor de la muerte que nos ha obtenido la salvación. Y así como
Cristo es luz del mundo, todos los cristianos estamos llamados también a serlo,
con la luz de Cristo, a disipar la oscuridad de nuestro corazón y llenarnos de
ella, pues sólo esta luz puede iluminarnos y guiarnos por el camino verdadero
que nos lleva a la vida, sólo la luz de Cristo puede eliminar nuestra oscuridad
interior y hacernos llevar una vida de acuerdo a nuestro ser como cristianos.
El ritual de la bendición se realiza en
las parroquias cada año en la Vigilia Pascual, la noche del Sábado Santo,
“la madre de todas las santas Vigilias” (san Agustín).
Su nombre proviene de la palabra hebra “pasach“, usada
para referirse a la fiesta de la Pascua Judía.
La cruz es tradicionalmente el símbolo de Jesús. En un
cirio de Pascua representa a Cristo y la luz eterna que nos da a todos
nosotros, sirviéndonos de guía en las penumbras.
La letra griega alfa (ubicada en la parte superior del
Cirio) y la letra omega (ubicada en la parte inferior del Cirio), son,
respectivamente, primera letra y la última del alfabeto griego. En un cirio
pascual representan que Cristo es el comienzo y el fin de todas las cosas.
También nos recuerdan que la palabra de Dios es eterna (Apocalipsis 1:08: “Yo
soy el Alfa y el Omega, dice el Señor, quien es, quien fue y quien ha de venir,
el Todopoderoso”). Además nos hablan de que ahora y siempre Cristo está vivo en
su Iglesia, y le da fuerza para afrontar una año más.
El año es colocado en el Cirio Pascual como símbolo de
la presencia de Dios aquí y ahora. Puede ser situado en cada uno de los huecos
de los brazos de la Cruz o en la parte inferior del Cirio.
Su luz presidirá la ceremonia litúrgica de la Vigilia
Pascual, donde todos proclamaran la victoria de Cristo sobre la muerte con su
resurrección.
El cirio pascual es encendido todos los días hasta el
día de la Ascensión. También se enciende durante bautismos, como signo de la
promesa de Juan el Bautista del Espíritu Santo a los bautizados en Cristo.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuentes:
https://es.wikipedia.org
Texto de Sor Mª
Trinitat Cabrero.
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