1.ª
A la llaga del pie izquierdo
Te
adoro, llaga santísima del pie izquierdo de mi Señor Jesucristo; y por la
sangre que por ella derramaste, te suplico, ¡benignísimo Salvador mío!, me
concedas una fe viva, y perdones los malos pasos y movimientos de mi vida
disipada.
(Padrenuestro,
Avemaría y Gloria)
2.ª
A la llaga del pie derecho
Te
adoro, llaga sacratísima del pie derecho de mi Señor Jesucristo; y por el dolor
que por ella padeciste, te suplico, ¡dulcísimo Redentor mío!, traspases mi alma
con el clavo de tu santo temor, concediéndome una firme esperanza, y la gracia
de andar siempre recto por el camino real de tu santa ley.
(Padrenuesto,
Avemaría y Gloria)
3.ª
A la llaga de la mano izquierda
Adoro,
amantísimo Jesús mío, la llaga de tu mano izquierda; y te doy gracias de
haberla recibido por mi amor. Concédeme por la sangre que por ella derramaste,
una caridad ardiente; perdóname las ofensas que te hice con mis perversas
acciones, palabras y sentidos.
(Padrenuestro,
Avemaría y Gloria)
4.ª
A la llaga de la mano derecha
Adoro,
pacientísimo Jesús mío, la llaga santísima de tu mano derecha; y por los
tormentos que en ella padeciste por mi amor, te suplico me perdones el mal uso
que hice de mis potencias, y me otorgues la gracia de estar en el Juicio Final
a tu mano derecha con los escogidos.
(Padrenuestro,
Avemaría y Gloria)
5.ª
A la llaga del costado
Te
adoro, llaga amorosísima del costado de Jesús; ¡quién pudiese morar en ese
sagrado asilo, en ese divino Corazón en quien descansan los elegidos! Por la
sangre y agua preciosa que salió de ese costado abierto, y por el vivo dolor
que hirió el Corazón de tu amantísima Madre; concédeme, Señor, la perseverancia
final, y haz que penetren en mi pobre corazón los nobilísimos afectos que
animaban el tuyo.
(Padrenuestro,
Avemaría y Gloria)
Te
adoramos, Cristo, y te bendecimos. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
Oración
Te
rogamos, Señor, mires benigno a estos tus siervos, por los cuales Nuestro
Señor Jesucristo voluntariamente se entregó en manos de los pecadores y sufrió
el tormento de la cruz. Que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Artículo enviado por: Jesús
Manuel Cedeira Costales.
Fuentes: (Popular).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.