Magnífica Virgen María, tú siempre custodias nuestro camino
y nos iluminas en los momentos más oscuros.
Confiamos en ti, Santa Madre, salud de los enfermos, que
junto a la cruz te asociaste al dolor de tu amado hijo Jesús, manteniéndote
siempre firme en tu fe.
Tú, misericordiosa Madre, la elegida de Dios para dar a luz
al Mesías prometido, sabes lo hay en nuestro corazón y que, hoy, ponemos en tus
manos para que lo transformes.
Devuélvenos la alegría para celebrar, después de este
momento de prueba, la sanación de todos los enfermos.
Socórrenos, Madre del Divino Amor, danos la humildad para
aceptar la voluntad de Dios Padre y hacer lo que nos dicte Jesús.
Él ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado el
dolor del mundo en la cruz, para restaurarnos en la alegría de su resurrección.
Bajo tu gran amparo, Madre, protege y sana a (nombre del
enfermo) para que salga rápidamente de esta situación delicada de salud en que
se encuentra.
Sé su refugio y la esperanza para su pronta sanación. Te
ruego, por ese infinito amor que posees por tu amado hijo Jesús, que todos los
pensamientos, palabras y obras de (nombre del enfermo) sean borrados.
Que todo cuanto hagas en este hermano enfermo siempre sea
dirigido por la intercesión de Dios Todopoderoso para mayor gloria y honor por
el bien de su alma.
Purísima Virgen, te lo suplico con todo mi corazón,
concédeme el favor que te pido. Cobíjanos en tu regazo y no permitas que
nuestras súplicas sean despreciadas por el Altísimo.
Ruega a Dios por nosotros para que nos sean perdonados
nuestros pecados y poder vivir en la eternidad para glorificar su Santo Nombre.
Amén.
Francisco, Oración por los enfermos
Enviado por:
Jesús Manuel
Cedeira Costales.
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