2 de mayo de 2020
Hermano:
¡De Dios, para Dios, ante Dios, hacia Dios!
Dios está en el principio y en el fin de mi vida.
Sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre
el cimiento firme que es Cristo.
Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada
os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz.
Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra
alegría contagiará a los demás.
Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y
descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta
toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y
Señor.
Enviado
por:
Jesús Manuel
Cedeira Costales.
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