La evolución de esta prenda estuvo marcada por
factores sociales, religiosos e incluso climáticos
Historia
de la mantilla
Aunque el origen no es del todo bien conocido, se cree
que los primeros velos y mantos que utilizaban las mujeres como adorno y como
prenda de abrigo, son el origen de las primeras mantillas conocidas; fueron
utilizadas, principalmente, como piezas ornamentales en el vestuario de la
mujer.
El origen de la mantilla, según algunos historiadores, se remonta a la
época de los Íberos ya que aparecen figuras prerrománicas con finos tocados en
la cabeza. Otra teoría defiende que provienen del velo musulmán, adoptado de
buen grado por las mujeres mozárabes.
La mantilla es una prenda popular española consistente en un
elegante tocado de encaje, un velo que enaltece el rostro femenino. La mantilla
es la prenda que identifica a la mujer española en el mundo y forma parte
además de diferentes tradiciones tanto religiosas como culturales, tales como
la Semana Santa o las corridas de toros.
Evolución
de la mantilla
La evolución de esta prenda estuvo marcada por
factores sociales, religiosos e incluso climáticos. Estos últimos eran
visibles, en el tipo de tejido utilizado para su confección. En la zona norte
se utilizaban tejidos tupidos con una finalidad clara: servir de abrigo.
Cuando
se empezó a utilizar la mantilla
Los primeros usos de la mantilla se dieron entre el
pueblo. No eran utilizadas por las altas clases sociales o aristocracia. Eran
utilizadas, más a modo de manto de abrigo que como prenda ornamental, sin hacer
uso de la peineta.
A principios del siglo XVII, comienza una evolución de
la mantilla dejando paso a una pieza más ornamental en el vestuario femenino,
al sustituir, poco a poco, el paño por los encajes. Poco a poco, empieza a
extenderse el uso de esta prenda como ornamento, aunque habría que esperar
hasta bien entrado el siglo XVIII para que la mantilla empiece a ser utilizadas
por las clases más altas
.
La reina Isabel II (1833-1868), muy aficionada al uso
de tocados y diademas, empieza a popularizar el uso de la mantilla, costumbre
que pronto adoptan las mujeres más cercanas a ella. Las damas cortesanas y de
altos estratos sociales, comienzan a utilizar esta prenda en diversos actos
sociales, lo que contribuye, en gran medida, a darle un aire distinguido, tal y
como ha llegado a nuestros días (aunque su uso es muy limitado y poco
generalizado).
Su uso, tiene un claro retroceso, a la muerte de la
soberana, aunque mantiene un cierto arraigo en el centro y sur de la península.
Como podemos ver, se mantiene su uso, en lugares donde la utilización no tiene
nada ver como prenda de abrigo sino meramente ornamental. Aun hoy en día
perdura esta costumbre y es más fácil ver mantillas en el centro o sur de
nuestro país que en la zona norte.
"La revolución de las mantillas, fue una forma de
protesta de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres
extranjeras"
El reducido uso de la mantilla en épocas siguientes al
reinado de Isabel II, tiene, entre otros motivos, su origen en el uso de otras
costumbres que imponían los nuevos monarcas. Un hecho reseñable, es el conocido
como "la conspiración de las mantillas". Una forma de protesta de las
mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras que parecían
querer imponer Amadeo I rey de España (Amadeo de Saboya 1845-1890) y su esposa
Maria Victoria. Amadeo I renunció al trono de España al cabo de poco tiempo
(tres años aproximadamente), debido a la "ingobernabilidad" de los
españoles.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la
mantilla deja de ser una prenda de uso "cotidiano" en eventos, y
empieza su declive. Tan solo se conserva, una pequeña "mantilla" que
suelen utilizar las señoras en la iglesia, a la que se la conocía como
"toquilla" (pañuelo, generalmente triangular, que se ponen las
mujeres en la cabeza). Podemos indicar que se trata de una versión
"reducida" de la mantilla, que se viste sin peineta.
Actualmente, la mantilla se puede ver, casi de forma
exclusiva, en los toros, la Semana Santa y en las bodas. No es fácil verla en
otros eventos o ceremonias. Y hablando de ceremonias, vamos a ver cómo
"vestir" la mantilla.
Vestir
la mantilla
Para cualquier tipo de evento (Semana Santa, boda,
toros...) la mantilla deberá contar con el largo adecuado a cada persona. Por
la parte delantera, deberá contar con un largo hasta la altura de las manos, y
por la parte trasera, un largo unos dedos por debajo de la altura de la cadera.
Para evitar el "vuelo" de la mantilla, es conveniente sujetarla al
vestido de forma discreta (generalmente por los hombros).
Dicen los estilistas, que un truco para hacer una
buena sujeción y con suficiente "holgura", es ladear la cabeza al
lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y viceversa (ladear la
cabeza hacia la derecha y sujetar la mantilla en el hombro izquierdo).
¿Qué
tejido elegir para la mantilla?
Tiene varias opciones en función del presupuesto y del
gusto personal:
Blonda
Es un tipo de encaje de seda, caracterizado por la
utilización de grandes motivos, sobre todo florales, que se realizan en seda
más brillante que el resto de la mantilla (que se suele realizar en seda mate,
para hacer resaltar más los bordados). Tiene una característica muy peculiar,
que son las ondulaciones de sus bordes, al que algunos autores han denominado
"puntas de castañuelas" por su similitud con estas.
Chantilly
Como su nombre indica, utilizan un tejido proveniente
de esta ciudad francesa, ligero y elegante. Al igual que el resto de las
mantillas, suele estar profusamente bordado de diversos motivos.
Tul
Es un tejido delgado y transparente, de seda, hilo o
algodón, y podemos decir que el tachado de más "corriente" para las
mantillas. Suelen utilizarse a modo de imitación de las mantillas de blonda y
chantilly. Son las conocidas mantillas de encaje.
Elegir
una peineta
En cuanto a la peineta, deberemos decantarnos por una
adecuada a nuestra altura y la de nuestra "pareja", si va acompañada. Las mejores son las de carey, aunque hay otras variedades. Si es bajita, puede optar por una peineta alta, aunque son más difíciles de
llevar. Si se es alta, y de cara alargada, puede optar por una peineta más
baja (y mucho más cómoda de llevar). En todo caso, hay que ajustarla bien al
moño y cubrirla de forma correcta y bien equilibrada con la mantilla.
Llevar
la mantilla como Dios manda
No hay una norma fijada, pero sí hay unas pautas
marcadas por el protocolo social y la tradición.
¿Cómo
vestir correctamente?
Para empezar, el vestido debe ser negro liso
totalmente, de una pieza y sin brillos. "Un modelo básico que haga forma,
pero sin que se ciña en exceso al cuerpo. Tampoco faldas globo, vuelos o
similar". Tejidos hay para elegir: crepé, lana fina,
seda… y terciopelo dependiendo de la climatología que acompañe a la Semana
Santa. El largo debe ser, como mínimo, tapando la rodilla, con manga larga o
francesa y cuello a la caja o barco. Nada de escotes de pico o demasiados
pronunciados, así como están prohibidas las chaquetas y las toreras. Y menos de
encaje.
Las medias deben ser negras o como mucho transparentes,
finas, sin costuras o adornos. Se excluyen también las de rejilla o tupidas. Y
como zapatos, unos de tipo salón, sin plataforma y con tacón medio. "Debe
ser de una altura con la que se esté cómoda para realizar toda la procesión,
porque a veces se lleva demasiado alto y cuesta andar, estropeando todo el
conjunto".
No debe faltar un peinado con un recogido bajo o a
media altura. Y nada de ponerse flores en el pelo ni en el escote
Los complementos son uno de los puntos en donde más se
falla. “Vestirse de mantilla no es disfrazarse y muchas mujeres se ponen
demasiadas cosas", comenta Urquízar. Los pendientes deben ser sobrios,
nada llamativos, con preferencia por la plata envejecida, el oro blanco, las
perlas o azabaches. En estas fechas está prohibidos los corales, que se
utilizan para las mantillas blancas. Si no se lleva la medalla de la cofradía,
se puede completar el conjunto con una cadenita con una cruz o un collar de
perlas discreto.
Uno de los puntos fundamentales es la propia mantilla,
que debe sujetarse a la peineta con un broche de plata u oro blanco no
demasiado brillante, y que nunca supere el largo de la falda. Los guantes se
recomiendan negros cortos sin encaje, que pueden acompañarse con un rosario. El
maquillaje, como el resto del conjunto, tenderá a ser lo más natural posible.
Igual que la manicura. Por supuesto, no debe faltar un peinado con un recogido
bajo o a media altura. Y nada de ponerse flores en el pelo ni en el escote.
"A la hora de elegir cómo vestirse de mantilla
hay que tener en cuenta una cosa: menos es más". Y más
en estas fechas donde se impone la sobriedad.
Los
10 Mandamientos Para Vestir De Mantilla
En unos días llega la Semana Santa y con ella una
etapa de creencia y respeto, en la que nazarenos, costaleros, saetas y
mantillas llenan las calles, y es en estas últimas donde vamos a hacer
hincapié, ya que, como todo, tiene su protocolo y a veces, sobre todo si te
vistes por primera vez, puedes no saber muy bien qué llevar y cómo llevarlo.
¿A
qué edad se puede vestir de mantilla?
Nunca antes de los 18 años. Pero cada vez es mas usual ver niñas y jovencitas en las estaciones de penitencia vistiendo mantilla, saltándose las pautas
marcadas por el protocolo social y la tradición.
¿Qué
color de mantilla usar?
La Mantilla en Semana Santa, es de color negro debido al luto que ha de llevarse ese día. De hecho,
aunque la mujer no vista de mantilla es aconsejable vestir de negro si se acude
a ver las cofradías ese día. No obstante, no basta sólo con llevar una Mantilla
negra.
Las mantillas de color Blanco o Marfil, han sido usadas a lo largo de la Historia, tanto en Semana Santa el Domingo de Resurrección para festejar la resurrección de Jesucristo.
Las mantillas de color Blanco o Marfil, han sido usadas a lo largo de la Historia, tanto en Semana Santa el Domingo de Resurrección para festejar la resurrección de Jesucristo.
¿Qué
días de la Semana Santa se debe llevar mantilla?
Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección.
¿Cómo
se debe colocar la mantilla?
El Jueves Santo puedes dejar ver la frente y el pelo.
El Viernes Santo debes cubrir la frente con la blonda que quedará unos 2 cms
sobre la frente.
¿Qué
tipo de mantilla usar?
Blonda para las señoras de más edad o de chantilly
para las más jóvenes, estas últimas suelen ser más económicas.
El
vestido
Debe ser de terciopelo o de crepé, de manga larga o
semilarga, por las rodillas y con escote barco o a la caja. Si quieres llevar
un escote en forma de pico puedes hacerlo siempre y cuando no se vea el
canalillo.
En caso de frio, se acompañará de un abrigo de paño
(no se pueden llevar pieles de ningún tipo).
El
peinado.
El pelo debe ir recogido en un moño bajo donde se
sujetarán la peina.
Maquillaje.
El maquillaje debe ser lo más sutil posible, recuerda
que vas de luto así que opta por tonos rosados y nudes para labios y maquilla
los ojos lo más natural que puedas, si quieres un ahumado opta por tonos como
el gris perla o el bisón.
Pendientes.
Los pendientes suelen llevarse largos, de plata o con
brillantes. Puedes optar por los llamados «de Virgen», de circonitas. Una buena
opción es llevarlos a juego con el broche de la mantilla. También puedes llevar
perlas, pero siempre largos.
Joyas.
El broche es el accesorio más importante, es el que
sujeta la mantilla o la peineta por detrás, en la nuca. Debe ser de plata o de
oro blanco. Usa un colgante con una Cruz a juego del resto de complementos. Por
lo demás no es aconsejable nada más.
Bolso.
No es adecuado usar bolso cuando se acompaña en la
estación de penitencia y de tener que llevarlo lo más indicado es llevar un
bolso de mano o cartera de mano. Siempre discreto.
Medias.
Las medias han de ser lisas, negras y de cristal.
Calzado.
Un salón a media altura es lo más idóneo para la
ocasión.
Rosario.
El Rosario de plata, perla, madreperla, nácar o azabache.
Guantes.
De encaje, de rejilla o de terciopelo, serán cortos a la
muñeca del mismo color que la mantilla.
Para
tener en cuenta para vestir de mantilla.
La mantilla No debe sobrepasar el largo del vestido
por detrás.
No debes llevar el pelo suelto o semirecogido y
tampoco flequillo.
No debes llevar maquillaje muy marcado y nunca los
labios rojos.
Nunca llevar gafas de sol.
Nunca llevar flores en el pelo.
Evitar vestidos muy ceñidos.
No llevar nunca un vestido entero de guipur (encaje).
Nunca llevar pendientes de corales.
No es aconsejable llevar reloj.
Nada de plataformas ni bailarinas.
En algunas cofradías es costumbre que las manolas
porten velas encendidas, y/o medalla o emblema de la Cofradía que organiza el
desfile procesional. Para ello atenderán a las observaciones que los
responsables de estas les indiquen.
Se debe recordar que la mantilla en Semana Santa se
lleva como señal de luto por la pasión y muerte de Jesucristo. Así que si vas
vestida como tal debes guardar siempre la compostura.
No debes arreglarte solo
por el postureo sino por la creencia que te lleva a hacerlo.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
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