La Semana Santa en
España se celebra con la salida a la calle de procesiones organizadas por
hermandades o cofradías. Las manifestaciones de fe están influidas por la
tradición, que a su vez está vinculada con las costumbres de cada pueblo.
La
Semana Santa coincide con la última semana de Cuaresma del calendario católico.
Está situada entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección. A veces se
la llama Semana Mayor. La procesión hasta el Sábado Santo recibe el nombre de
estación de penitencia. Las procesiones que tienen lugar el Domingo de
Resurrección no son de penitencia, sino de gloria. El cortejo cuenta con unas
andas, llamadas pasos —en algunas localidades llamadas "tronos"—,
sobre las que procesionan esculturas con los personajes evangélicos
relacionados con la detención, muerte y resurrección de Cristo. Los hermanos de
las cofradías que participan en el cortejo lo suelen hacer ataviados con
túnicas y gorros cónicos forrados con una tela que les sirve de antifaz. Estos hermanos
suelen conocerse como nazarenos o penitentes.
Algunas celebraciones
en enclaves concretos han recibido reconocimiento de Interés Turístico
Internacional o Nacional. La Semana Santa en España está en un expediente para
ser declarada manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad (PCI).
Calendario
litúrgico católico
La Semana Santa es la
posterior a la quinta semana de Cuaresma. La Semana Santa da comienzo a la
Pascua, que dura siete semanas. El último fin de semana de cuaresma recibe
atención por parte de algunas cofradías españolas que celebran algunas
procesiones por considerarse Viernes de Dolores, Sábado de Pasión y Domingo de
Ramos. El conocido como Domingo de Ramos sí está reconocido por la Iglesia como
comienzo de la Pascua y recibe el nombre oficial de Domingo de Pasión. El
nombre "de Ramos" le viene dado porque en muchas ciudades españolas
se celebra ese día una procesión con la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos
de una borriquita recibido con alabanzas hechas con ramas (de olivo y de
palmera) por los jerusalemitas y los apóstoles.
Al
Domingo de Pasión (o de Ramos) le sigue un lunes, un martes y un miércoles sin
mención específica en el calendario litúrgico pero que en el seno de la
festividad hispana reciben el nombre de Lunes Santo, Martes Santo y Miércoles
Santo. El Jueves Santo y el Viernes Santo sí reciben esta mención en el
calendario litúrgico ya que en esos días se sitúa la última cena, el arresto y
la crucifixión de Jesús. El Sábado Santo recibe el nombre católico de Vigilia
Pascual y el Domingo de Resurrección recibe el nombre de Domingo de Pascua
Historia
Baja
Edad Media y Renacimiento
Dentro del periodo
cofrade bajomedieval podemos distinguir tres periodos: de 1050 a 1150, los
comienzos; de 1150 a 1350, el apogeo; de 1350 a 1500, cuando se produce un
cambio de mentalidad. Aunque hoy se use indistintamente el término
"cofradía" y "hermandad", en todos los documentos
bajomedievales son llamadas cofradías. En esta etapa se juntaban miembros del
mismo gremio o estamento con fines benéficos o para rendir culto a un santo
patrón.
La
religiosidad del europeo occidental de la Edad Media era comunitaria y, aunque
en la sociedad había pecado, la religión impregnaba toda la vida social. La
religiosidad también era festiva y era motivo de algunas celebraciones. Además,
la piedad de aquel hombre estaba llena de santos y devociones particulares.
Las
cofradías pueden ser piadosas, constructoras (que apoyaban la construcción de
edificios religiosos, hospitales, puentes, etc.), benefactoras (para dar ayuda
a desaparados, realizar entierros, de reparto de dinero o comida, etc), de
personas pertenecientes a un grupo social (gremiales, de clérigos, etc), de
personas pertenecientes a una misma etnia o región y religioso-políticas
(militares, de merced a cautivos, de caridad, etc.). Dentro de las cofradías
piadosas están las cultuales (de Cristo, de María o de santos), las
parroquiales, las que de salvación personal o de la de difuntos y las de
penitencia.
Las
cofradías de penitencia, que son las que procesionan en Semana Santa, se fundan
a partir del siglo XVI. Para el sacerdote Federico Gutiérrez, experto en temas
de Semana Santa, estas se organizan en el siglo XVI como resultado del desafío
de Lutero a la sede de Roma a partir de 1517, del Concilio de Trento de 1545 y
de los primeros autos de fe. En estas circunstancias el pueblo sentía la
necesidad de salir a la calle a demostrar su catolicismo en un culto público.
El historiador José Sánchez Herrero dice que el origen de las cofradías de
penitencia tiene su origen en nueve factores:
La
gran mortandad de 1348 a 1350. La peste negra provoca un descenso de la
población del 40 al 60 por cierto y las epidemias se repiten de forma cíclica
cada siete o quince años hasta el 1400. Castilla se recuperará demográficamente
a lo largo del siglo XV pero la región de Cataluña no lo hará hasta mucho más
tarde.
Esta
alta mortandad provoca un cambio de concepto y de mentalidad en torno a la
muerte. La devoción cristiana ya no es gozosa, sino que es dolorosa. Por ello
se hace hincapié en la Pasión y la muerte de Jesús y no en la resurrección.
A
partir del siglo XIV los grupos de flagelantes se hicieron más nutridos en
Europa. Aunque existían antes de las epidemias de peste se hicieron más
numerosos.
Se
desarrollará un teatro en torno a la muerte. Entre 1430 y 1440 llegan a
Castilla y León las "danzas de la muerte", que son unas
representaciones litúrgicas y paralitúrgicas de la Pasión o Descendimiento.
El
papel de san Vicente Ferrer. Aunque las cofradías de flagelantes que
procesionaban entonando cánticos de penitencia y disciplinándose en público
existieron en Europa desde antes del siglo XIII. Algunos grupos fueron
condenados por el papa Clemente VI y sus líderes, como Gerardo Segareli en el
1300 y Dolcino de Novara en 1307, fueron ejecutados. Otros permanecieron dentro
de la Iglesia. Hubo otro grupo de flagelantes próximo a san Antonio de Padua,
que falleció en 1231. Hubo otro grupo en Perugia promovido por el eremita
agustino fray Rainiero Fasani en el 1260. A finales del siglo XIV y comienzos
del XV los dominicos impulsaron a disciplinantes como el beato Ambriosio de
Siena, el beato Juan Dominici y Venturino de Bérgamo.
Desde
1399 san Vicente Ferrer recorre los caminos de España creando compañías de
disciplinantes y fomenta la práctica de la flagelación poniendo como ejemplo a
santo Domingo, san Francisco de Asís y san Bernardo. Procesionaban de noche,
encapuchados y vestidos con una túnica particular. Estos grupos iban a misa, se
confesaban, comulgaban los domingos y ayunaban determinados días. Se criticaba
a los que se flagelaban por dinero o comida y se decía que eran falsos
disciplinantes. Vicente Ferrer escribió un libro de reglas para los
disciplinantes titulado Ordinacions y establisments para la cofradia de
Preciosa Sanch de J.C. anomenada dels Disciplinants. El manuscrito jamás se ha
encontrado, ni tampoco la edición impresa publicada en Barcelona en 1547.
Aunque
se ha mencionado a algunas cofradías disciplinantes y flagelantes, lo cierto es
que tras el siglo XVI fueron en declive y los obispos empezaron a reprobarlas
ya en el siglo XVII. Finalmente, Carlos III las prohibió mediante una Real
Cédula del 20 de ferbero de 1777, alegando que no eran edificantes ni
verdaderamente devocionales.
La
fundación de las cofradías de Pasión procede de la devoción substancial en la
vida franciscana a estos misterios y la posesión y guarda de los Santos Lugares
en Tierra Santa. Cuando los franciscanos que habían estado en Tierra Santa regresan
a sus respectivas provincias de origen, hicieron surgir muchas prácticas
conmemorativas de la Pasión, las cofradías de Pasión, el Vía Crucis
Por
toda España surgieron cofradías en torno a reliquias supuestamente verdaderas
de la cruz de Jesús. Estas reliquias pudieron haber sido traídas de Tierra
Santa por los franciscanos. Este culto a la verdadera cruz (la Vera Cruz) hizo
que se creasen cofradías con este título. La primera documentación de una
cofradía de la Vera Cruz data de 1494 en la iglesia de San Juan de Puerta Nueva
de Zamora.19 En 1506 el franciscano fray Diego de Bobadilla creó la Cofradía
de la Vera Cruz de Salamanca.1921 En 1515 se crea otra en un convento
franciscano de Alcañices. En Sevilla también se creará una cofradía de la Vera
Cruz en fecha indeterminada de la mano de una cofradía de la Sangre creada en
torno a 1448 en una capilla de la Casa Grande de San Francisco.
En
1420 el beato Álvaro de Córdoba regresa de Tierra Santa y haya en Sierra Morena
un lugar soleado y escarpado topográficamente parecido a Jerusalén.
Posteriormente, construyó capillas en sitios de ese paraje y las bautizó como
cada uno de los Santos Lugares. Este fue el primer vía crucis de Europa. Un
siglo después, el noble sevillano Fadrique Enríquez de Ribera realizó un viaje
a Jerusalén de 1518 a 1520 y, a su regreso a Sevilla, organizó un vía crucis
desde su palacio hasta un templete o humilladero con una cruz. Desde el palacio
hasta la cruz había la misma distancia que desde la casa de Poncio Pilatos al
Gólgota de Jerusalén, por lo que el palacio hispalense pasó a ser conocido como
Casa de Pilatos.
La
acción de los genoveses. En España existía una abundante población de origen
genovés. En el siglo XVI los genoveses fundan la cofradía de la Piedad en
Valladolid, mientras la corte de Carlos I se encontraba en esa ciudad. El 1579
hay constancia de grupos de genoveses disciplinantes que procesionaban el
Jueves Santo en Sevilla, aunque sin cofradía formada.
La
acción de los castellanos. En Valladolid se fundó en 1531 una cofradía de
disciplinantes bajo la advocación de la Pasión y ese mismo año se fundó en
Sevilla la Hermandad de los Martirios y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que
en 1577 pasó a llamarse Hermandad de la Sagrada Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo para emular a la de Valladolid.
Sacar
las imágenes a la calle. Las procesiones en la Baja Edad Media se hacían con
las reliquias o simplemente con un crucifijo.La Cofradía de la Vera Cruz debió
de procesionar con un crucifijo por Sevilla a partir de 1468. También hay
constancia de que se sacaba en procesión un crucifijo del convento de San
Agustín de Sevilla que llevaba ahí desde 1314.El hecho de sacar a las
esculturas religiosas en procesión es algo que se produce a partir del siglo
XVI.
Las
vida cofrade experimentó altibajos durante los siglos XVII y XVIII.
La
Edad Contemporánea (de la Revolución Francesa en adelante) en España, al igual
que en otros países de Europa, ha estado marcada por la cuestión religiosa o
conflicto, a menudo violento, entre clericalismo y anticlericalismo, que ha
influido en los sucesivos cambios de régimen producidos en España, a las
relaciones entre Iglesia y Estado y, de forma más local, a la vida en las
cofradías de penitencia.
La
invasión francesa (1808-1814) trajo consigo el saqueo o la destrucción del
patrimonio de templos y monasterios e incluso el derribo de muchos de los
mismos. Las desamortizaciones, que pretendían acabar con las instituciones que
no generaban ningún beneficio económico, provocaron la exclaustración de muchos
monasterios y la dispersión o pérdida del arte sacro que contenían.
La
Revolución Gloriosa de 1868, que tenía un profundo carácter laicista y
desacralizó muchos templos aduciendo un exceso de iglesias y parroquias.
Finalmente,
se puede citar la II República (1931-1936), cuya Constitución establecía un
Estado laico, cuestión rechazada de plano por la derecha y la Iglesia católica.
Durante la II República y en la zona republicana de la Guerra Civil (1936-1939)
que le sucedió, grupos anticlericales de izquierda arrasaron y asaltaron
centenares de templos, destruyéndose por ende buena parte del patrimonio
cofrade.
Entre
finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX las ciudades donde había
un buen número de hermandades católicas comienzan a crear federaciones locales
vinculadas a la jerarquía eclesiástica con los apelativos de Federación,
Consejo General o Agrupación de Hermandades y Cofradías. Las épocas de mayor
formación de hermandades nuevas o de recuperación de hermandades pretéritas en
el siglo XX fueron los años 20 y, tras el lapso republicano, a lo largo del
franquismo. También se fundaron decenas de nuevas hermandades de penitencia
durante los años 80 y 90.
A
partir de la década de 1960, España empezó a destacarse como destino turístico
internacional. A partir de 1980, el Estado ha ido considerando a la Semana
Santa de diferentes lugares como de Interés Turístico Nacional o Internacional.
En 1980, las primeras semanas en recibir la declaración de Fiesta de Interés
Turístico Internacional fueron Sevilla, Valladolid, Zamora, Málaga y Cuenca.
Con la Semana Santa,
España se transforma. Cada persona, en cada lugar, se vuelca para vivir con
intensidad una de las fiestas con más tradición de nuestro país. No dejes pasar
la oportunidad de viajar a España en estas fechas: te esperan momentos muy
especiales y un ambiente totalmente distinto a lo que has conocido.
Hay
muchas formas de descubrir España: disfrutando de sus costas y playas,
siguiendo una ruta monumental, recorriendo sus espacios naturales, practicando
deportes como el golf... Pero si nunca has visitado nuestro país durante la
Semana Santa, entonces tienes que venir. Incluso los que ya conozcan esta
famosa fiesta deberían repetir, porque en cada zona de España se celebra de
manera distinta.
En
España, la Semana Santa se festeja con gran emoción. La gente participa
vivamente de los actos y tradiciones. De día y de noche, las calles se
convierten en espacios donde se mezclan la música de los tambores, el colorido
de las flores y el arte de las esculturas religiosas, creando así una imagen
conmovedora.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente:
wikipedia.org
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