La carrera oficial es el recorrido obligado que, en
muchas localidades españolas, han de efectuar todas las cofradías que realizan
estación de penitencia durante la Semana Santa.
Características
Este recorrido, normalmente engalanado al efecto, se
realiza por calles emblemáticas de la localidad, por lo que suele ser lugar
privilegiado para ver el paso de las cofradías, a veces incluso desde palcos y
sillas de alquiler.
Suele estar dotado de la llamada tribuna oficial, desde la
que presiden las autoridades locales. Normalmente, el recorrido trae consigo el
paso de la estación de cada cofradía por la iglesia mayor de la localidad
(catedral o colegiata), desde donde emprenden el camino de regreso a su sede.
El historiador Juan Carrero Rodríguez, en su
Diccionario cofradiero define a la carrera oficial como:
Calles de la ciudad, fiajadas por la autoridad, por la
que han de pasar obligatorialente todas las cofradías en su anual recorrido
para cumplir la estación penitencial, y donde en ciertos lugares fijos hay
establecidos ciertos controles por el Consejo General [en otros casos,
agrupación o federación] de Hermandades y Cofradías para hacer cumplir el
horario durante el tránsito.
La
carrera oficial y la asociación local de hermandades
La sucesión de vías urbanas que componen la carrera
oficial suele ser muy estable, incluso tradición fijada y difícilmente alterable.
Por su parte, el horario de paso que le corresponde en ella a cada cofradía
se fija anualmente por una asamblea de las corporaciones que van a concurrir a
la misma. Esta asamblea se reúne en el seno de la institución que agrupa y
gobierna a las corporaciones penitenciales (y normalmente de gloria) de la
localidad: denominado unas veces consejo general (Sevilla, Écija), otras
agrupaciones (Córdoba, Jaén, o Almería) o federación (Granada).
Esta asociación tiene a su cargo hacer públicos los
horarios correspondientes a cada día de la semana, vigilar su cumplimiento por
parte de las respectivas cofradías, e incluso —si ese fuera el caso— sancionar
el incumplimiento de los mismos. Al efecto, la correspondiente asociación suele
disponer a lo largo de la carrera oficial uno o varios puntos de control de
paso (palquillos) donde los representantes de la cofradía en cuestión y de la
asociación fiscalizadora firman conjuntamente un acta recogiendo el horario de
paso efectivo de aquella que luego ha de surtir los efectos pertinentes.
De este modo, donde la asociación de hermandades
disfruta de la concesión municipal para explotar económicamente el alquiler de
sillas y palcos dispuestos para presenciar el paso de las cofradías, los
beneficios derivados de ello se distribuyen equitativamente entre todas las
hermandades que hacen acto de presencia en la carrera, salvo que un
incumplimiento del horario y los perjuicios que esto conlleva para las otras
cofradías concurrentes, dé lugar a una penalización económica de la hermandad
contraventora.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: wikipedia.org
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