El Papa Francisco ha invitado a los fieles de todo el
mundo a rezar el Rosario todos los días del mes mariano de octubre, pidiendo la
intercesión de la Virgen María y San Miguel Arcángel para que protejan la
Iglesia del demonio en estos tiempos de crisis.
En un comunicado emitido por la Santa Sede este 29 de
septiembre, se expresa el pedido del Pontífice para que todo el pueblo de Dios
se una “en comunión y penitencia” y rece por protección ante las acechanzas del
maligno, “que siempre pretende separarnos de Dios y entre nosotros”.
El
Papa León XIII
La Oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII es
profética. Compuesta hace más de cien años, es una oración muy interesante y
controversial relacionada con la situación actual en que se encuentra la
verdadera Iglesia Católica. Esta Oración a San Miguel fue posteriormente
suprimida. El 25 de septiembre de 1888, después de su misa de la mañana, el
pontífice sufrió un desmayo. Los asistentes pensaron que estaba muerto. Después
de recuperar la conciencia, el Papa describió una espantosa conversación que él
escuchó que procedía de cerca del tabernáculo. La conversación se componía de
dos voces; voces que el Papa León XIII claramente identificó eran las de
Jesucristo y del diablo. El diablo se jactaba de que podía destruir la Iglesia,
si se le concedían 75 años para llevar a cabo su plan (o 100 años según otros
informes). El diablo también pidió permiso para tener “una mayor influencia
sobre aquellos que se entregarán a mi servicio”. A las peticiones del diablo,
el Señor le respondió: “se te dará el tiempo y el poder”.
Profundamente impactado por lo que había oído, el Papa
León XIII, compuso la siguiente Oración a San Miguel (que también es una
profecía) y ordenó que se recitara después de las misas ordinarias como medida
de protección para la Iglesia contra los ataques del infierno. Lo que sigue es
la oración, seguida de algunos comentarios nuestros. Esta oración se encuentra
en el libro Indulgencias auténticas y su calendario, pp. 240-242, 1905, del P.
Santiago López de Rego, S.J., quien tradujo la oración tomada de La Raccolta,
una colección con imprimátur de oraciones oficiales indulgenciadas.
Las
oraciones de León XIII a San Miguel Arcángel por la Iglesia
A partir del siglo XIX, se empezaron a rezar unas
oraciones especiales luego de la Misa Se trata de súplicas añadidas en tiempos
de tribulación, oraciones por las grandes intenciones de la Iglesia, en las que
debe participar también el pueblo, y que por eso se rezan con los fieles en su
propia lengua. El mismo León XIII, en 1886 introdujo la invocación del Arcángel
San Miguel*. No se trata de una nueva oración, sino de una invocación aislada,
con carácter de exorcismo, rarísima en la liturgia romana.
(Jungmann, Josef, El Sacrificio de la Misa, BAC página
1026)
Las palabras del principio de la invocación se
encuentran en el verso aleluyático de las misas del arcángel San Miguel, el 8
de mayo y el 29 de septiembre - contra una leyenda(1) que se iba formando acerca
del origen de esta invocación, se dirige Bers (Die Gebete nach hl. Messe:
"Theol.-prakt. Quartalschrift", 87[1934] 161-163 - Con todo, recuerdo
que don Francisco Brehm, consejero eclesiástico de la editorial litúrgica Fr.
Pustetd (Ratisbona), recién vuelto de un viaje de Roma, nos contó, hacia el año
1928, que en una sesión para la Sagrada Congregación de Ritos en que se trataba
de derogar estas oraciones, y a la que él asistió, cuando ya todos estaban de
acuerdo para suprimirlas, un anciano cardenal, cuyo nombre no recuerdo, se
levantó para contar que el mismo León XIII le había dicho que la invocación de
San Miguel la había añadido contra la amenaza de la francmasonería, movido a
ello por una revelación sobrenatural.-(N del T)
"La ordenación de las preces finales por León
XIII fue publicada por primera vez en el Monitore eccesiastico (1885-87) p. 150
s; cf I. Piazzoni, De precibus post Missam imperatis: "Eph. Liturg.",
69 (1955) 54-60. Aquí también hay pormenores sobre la invocación de San Miguel
Arcángel (58 n.9) - Como es sabido Pío XI, y luego Pío XII señalaron como
intención de estas preces rogar por Rusia (Act. Ap. Sedis, 22 [1930] 301; 44
[1952] 308.
Oración
a San Miguel Aréngel del papa León XII
San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate contra
las maldades e insidias del demonio. Se nuestra ayuda, te rogamos suplicantes.
¡Que el Señor nos lo conceda! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con
el poder que te viene de Dios arroja en el infierno a Satanás y a los otros
espíritus malignos que ambulan por el mundo para la perdición de las almas.
Oración
a San Miguel
(León XIII, 18 de mayo de 1890; Acta Apostolicae
Sedis, p. 743)
¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestes, san
Miguel arcángel, defiéndenos en el combate y en la terrible lucha que debemos
sostener contra los principados y las potencias, contra los príncipes de este
mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos! Ven en auxilio de los
hombres que Dios ha creado inmortales, que formó a su imagen y semejanza y que
rescató a gran precio de la tiranía del demonio. Combate en este día, con el
ejército de los santos ángeles, los combates del Señor como en otro tiempo
combatiste contra Lucifer, el jefe de los orgullosos, y contra los ángeles
apóstatas que fueron impotentes de resistirte y para quien no hubo nunca jamás
lugar en el cielo. Si ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio
y Satán, él que seduce al mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al
fondo del abismo.
Pero he aquí que ese antiguo enemigo, este primer
homicida ha levantado ferozmente la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y
seguido de toda la turba y seguido de espíritu malignos, recorre el mundo
entero para apoderarse de él y desterrar el Nombre de Dios y de su Cristo, para
hundir, matar y entregar a la perdición eterna a las almas destinadas a la
eterna corona de gloria. Sobre hombres de espíritu perverso y de corazón
corrupto, este dragón malvado derrama también, como un torrente de fango impuro
el veneno de su malicia infernal, es decir el espíritu de mentira, de impiedad,
de blasfemia y el soplo envenado de la impudicia, de los vicios y de todas las
abominaciones. Enemigos llenos de astucia han colmado de oprobios y amarguras a
la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han
puesto sus manos criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue establecida
la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, han
elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al
Pastor y dispersar al rebaño.
Te suplicamos, pues, Oh príncipe invencible, contra
los ataques de esos espíritus réprobos, auxilia al pueblo de Dios y dale la
victoria. Este pueblo te venera como su protector y su patrono, y la Iglesia se
gloría de tenerte como defensor contra los malignos poderes del infierno. A ti
te confió Dios el cuidado de conducir a las almas a la beatitud celeste. ¡Ah!
Ruega pues al Dios de la paz que ponga bajo nuestros pies a Satanás vencido y
de tal manera abatido que no pueda nunca más mantener a los hombres en la
esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia. Presenta nuestras oraciones ante
la mirada del Todopoderoso, para que las misericordias del Señor nos alcancen
cuanto antes. Somete al dragón, la antigua serpiente que es diablo y Satán, encadénalo
y precipítalo en el abismo, para que no pueda seducir a los pueblos. Amén
- He aquí la Cruz del Señor, huyan potencias enemigas.
Venció el León de Judá, el retoño de David
-Que tus misericordias, Oh Señor se realicen sobre
nosotros.
Como hemos esperado de ti.
-Señor, escucha mi oración
Y que mis gritos se eleven hasta ti.
Oh Dios Padre Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu
Santo Nombre, e imploramos insistentemente tu clemencia para que por la
intercesión de María inmaculada siempre Virgen, nuestra Madre, y del glorioso
san Miguel arcángel, te dignes auxiliarnos contra Satán y todos los otros
espíritus inmundos que recorren la tierra para dañar al género humano y perder
las almas. Amén.
Insertamos aquí el texto de la referida leyenda que
circula libremente en Internet:
La oración a San Miguel del Papa León XIII:
En Octubre 13,
1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar
la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la
capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y
quedo sumido en una realidad que solo él veía. Su rostro tenía expresión de
horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De
repente, se incorporó, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio
privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente
mal?
El respondió: "¡Oh, que imágenes tan terribles se
me han permitido ver y escuchar!", y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII?
"Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la
espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir
la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y
poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al
mundo como nunca antes había podido hacerlo." También León XIII pudo
comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo
permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer
y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamo al Secretario para la
Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara
a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada
después de cada misa, la oración que ahí él había escrito.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuentes: vaticanocatolico.com
www.aciprensa.com
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