Una
guía para hombres, ¡pero vale también para mujeres!
La sociedad se está volviendo cada vez más casual. Las
personas compran en la droguería en pantalones de pijama y pantuflas peludas. En
conciertos de música clásica a nivel internacional en los que la gente va
vestida con camisetas hawaianas y vaqueros. Incluso las bodas y los funerales
son cada vez más casual.
Esto es molesto, porque la forma como vestimos es
signo de cuánto respeto tenemos por nosotros mismos y por los demás. Si no nos
vestimos bien por alguien o algo, es un signo de que no respetamos a ese
alguien o algo.
Vestirse
bien es un pequeño sacrificio
Parecer elegantes requiere un esfuerzo. Llevar un
vestido bien planchado y corbata en lugar de una camiseta mal doblada requiere
tiempo. Afeitarse un requiere un poco de esfuerzo, peinarse también. Son
precisamente estos pequeños sacrificios a nivel de tiempo y esfuerzo, sin
embargo, los que dicen a los demás que son dignos a nuestros ojos.
Para los hombres no es fácil. Por naturaleza no quieren
hacer este esfuerzo. es garantizado que si se hace te sentirás más feliz, viril
y seguro de ti mismo.
¡Vístete
bien para ir a Misa o una procesión!
Aunque no creas que en las actividades cotidianas
valga la pena vestirse elegantemente, hay un lugar en el que sí deberías
hacerlo. Siempre. Y es la Santa Misa o una procesión.
Jesús, el Rey de los Reyes, está en tu parroquia. Los ángeles tiemblan frente a
Él, los demonios huyen de Él. Se hace presente en el altar en cada Misa. ¿De
verdad quieres ir a verle en chanclas y pantalón corto? ¿Quieres de verdad decirle
a Jesús, “no valía la pena vestirme bien por Ti”?
Como sociedad, nos cuesta comprender esto. Tenemos un
punto de vista distorsionado de la igualdad, según el cual nadie,
independientemente de quién sea, merece honor o respeto. Esto es simplemente un
error. San Pablo dice que hay que honrar a quien se le debe, y si hay alguien
que merece honor es Jesucristo.
Es sabido. No lo hace nadie. La Misa en tu parroquia
quizás no sea muy reverente (espero que sí), pero no es excusa. Parte del ser
hombre es hacer lo correcto, aunque no sea aplaudido. Sé fuerte, ve
contracorriente.
Los Sacerdotes, tienen que pensar en explicar el
significado de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, y después animar
amablemente a los feligreses a mostrar respeto en el modo como se visten.
El
legalismo no es la respuesta
Todo el mundo debería vestir bien en Misa o una procesión, pero no se trata de
prescribir exactamente lo que hay que ponerse. No es nuestra tarea recomendar
un frac o una levita, un color determinado de pantalones o cierto tipo de
zapatos. Pero te sugiero tres normas básicas:
1.
Tu vestido debería requerir un esfuerzo
Cuando decides qué ponerte para ir a Misa o una procesión, no busques lo más
confortable o cómodo. Intenta estar un poco incómodo. Haz un esfuerzo y un
pequeño sacrificio.
2.
Tu vestido debería estar por encima de lo casual
Cada uno vive en un lugar, y nuestra cultura tiene
mucho que ver con lo que representa un vestido respetuoso. Pero,
independientemente de donde vivamos, deberíamos tener “vestidos de domingo”,
más bonitos que los que llevamos todos los días. Si para ir a Misa o una procesión
te pones lo mismo que para ver la tele, entonces tienes un problema.
3.
Hazlo por amor
Lo más importante es que nuestra motivación debe ser
el amor. En el momento en que hacemos las cosas por otras razones, estamos
perdiendo el tiempo.
Se oye a muchos decir: “Dios mira al corazón, ve que
le quiero aunque no me vista bien”. ERROR. El amor se manifiesta siempre
externamente con actos de donación de uno mismo.
El amor no es un sentimiento, sino una elección de
sacrificarse uno mismo o algo a lo que se da valor, por otro. Como dije antes,
vestirse bien es un pequeño sacrificio. Cuanto menos te apetece, más precioso
será a los ojos de Jesús este gesto.
Aunque el mundo te diga que no vale la pena vestirse
bien por nada, un caballero o dama católico/a no debe pensar así. Debemos
mostrar respeto por nosotros mismos y por los demás haciendo un esfuerzo.
¿Cómo se suelen vestir en tu parroquia o hermandad? ¿Qué puedes hacer por mejorarlo?
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente:
aleteia.org
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