En la vida cristiana conviene distinguir entre lo importante y lo secundario, un ejemplo de esta
confusión entre lo esencial y lo secundario, podría ser incluso como se supervalora las promesas, las
ofrendas: no asisto a Misa del Domingo, pero voy cada viernes a visitar a la imagen e mi devoción.
Es necesario hacer descubrir a nuestra gente menos formada, la riqueza de nuestra fe y qué es lo
esencial, entonces se actúa de otra manera, las prácticas religiosas las realizan no como una obligación,
sino como una necesidad interior.
Ser cofrade cristiano no puede limitarse a unas prácticas religiosas exigidas por unos Estatutos, se tiene
que notar en la vida diaria. Hay que ser cristiano de corazón y no conformarse con serlo solo de
devociones.
Las obras son buenas o malas según el espíritu con que las hacemos. La cofradía cuando sale a la calle
debe ser el reflejo de su actividad normal, debe de tener un valor social que le haga acreedor de su
confianza.
– el cristiano es un hombre que cree y acepta la presencia de Dios en su vida.
– reconoce a Cristo como único Señor y lo celebra en los Sacramentos.
– la alegría cristiana es un producto de paz interior, un don precioso.
Vivir la fe en grupo, en hermandad
Hoy más que nunca, los cristianos tenemos que aprender a vivir la fe en grupo, el nuevo modo de vivir la fe en grupo lo podemos comenzar nosotros a experimentar en la cofradía.
No tiene sentido reunirse mil veces para hablar de dinero y de cultos y no preocuparse por los demás
hermanos. Tampoco tiene sentido pertenecer a una cofradía y no tener curiosidad por conocer y saber
cosas de ella, de la parroquia o de lo que piensan otros grupos cristianos.
Unir fe y vida: ser consecuentes
Creer no es recitar, sino vivir y practicar eso que decimos creer.
Para Dios siempre es tiempo de conversión y a nadie se le niega en la iglesia una nueva oportunidad.
La labor misionera de los laicos. En medio del mundo
Todos los seglares cristianos, comprometidos y asociados, debéis ser la avanzadilla de la misión
evangelizadora de la Iglesia, a los cristianos laicos se le requiere el testimonio valiente y razonado en
todos los ámbitos de la sociedad.
La presencia del seglar cristiano en el mundo, su compromiso con las tareas de mejoras, son un signo de la vitalidad de la Iglesia, tienen que ser:
– Un creyente que proclama con valentía su fe en Jesucristo.
– Persona de comunión, no es un solitario sino un solidario.
– Paciente, porque que el Reino de Dios se va haciendo paso a paso y día a día.
Enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.