Como suele suceder con las devociones, el origen de ésta se desarrolla a
caballo entre la leyenda y la historia, pero, a diferencia de otros casos,
podemos afirmar con rotundidad que sus origen es netamente español; en las
líneas que siguen procuraremos ceñirnos a los datos históricos, dejando de lado
en lo posible los aspectos legendarios.
En agosto de 1614 las tropas españolas de Felipe III conquistaron la plaza
de La Mámora, situada en el norte de África, en la desembocadura del río Sebú,
territorio que en la actualidad pertenece al reino de Marruecos; allí
edificaron los españoles una fortaleza llamada de San Felipe, alrededor de la
cual fue desarrollándose la población, al mismo tiempo que se rebautizaba el
lugar como San Miguel de Ultramar. Según nos cuenta un misionero trinitario la santa,
devota y milagrosa Imagen de Jesús Nazareno estaba colocada en la iglesia de la
fortaleza o castillo de La Mámora, en la África, que se llamaba por otro nombre
San Miguel ultramar, añadiendo este religioso que no se sabe de donde fue
llevada allí: lo cierto es que representa venerable antigüedad y que había
muchos años que estaba con grande veneración.
De dicha iglesia apenas sabemos gran cosa, sino que al principio estuvo
regida por los frailes menores de San Francisco, como nos relata un historiador
capuchino: los cristianos bautizaron la plaza conquistada con el nombre de
Puerto de San Miguel, y los religiosos de la observancia se encargaron de
asistir espiritualmente a los españoles que allí moraban, tanto militares como
paisanos; andando el tiempo, y con motivo de serios disgustos entre las
autoridades eclesiásticas y militares, los franciscanos observantes abandonaron
la plaza, siendo encomendada la tarea del pasto espiritual a los religiosos
capuchinos en 1645, por expreso deseo y mandato del rey Felipe IV, quienes
enviaron a La Mámora seis frailes de su orden, que fueron recibidos con
verdadero júbilo por la necesidad que tenían de auxilios espirituales; a esta
tarea se dedicaron los religiosos capuchinos hasta que al poco tiempo, en 1646,
la iglesia voló por los aires debido a la explosión fortuita de unos barriles
de pólvora que estaban colocados en una sala junto a la iglesia: por descuido
de un soldado se incendió la pólvora y al estallar, no sólo destruyó la sala,
sino también la iglesia, nos cuenta dicho historiador. Ante tal desastre, los
capuchinos recurrieron al Consejo de Guerra suplicándole mandase proveer de
algún sitio competente y aseado donde se dispusiese iglesia en con más decencia
y veneración se diese culto a Dios; el Consejo determinó a tal fin que se
dispusiese de la casa del gobernador de la plaza para iglesia y residencia de
los religiosos, encargando al duque de Medinaceli, a la sazón Capitán General
de las costas del mar Océano, la ejecución de estas disposiciones del Consejo.
Hemos leído en varias fuentes actuales que la imagen del Nazareno fue
llevada a La Mámora por los frailes capuchinos; nos inclinamos a pensar que
esta afirmación no responde más que a una reelaboración posterior pues nos
extraña que, de ser cierta, no fuera conocida de un historiador tan mirado para
con las cosas de su instituto religioso como lo fue el capuchino P. Ambrosio de
Valenciana, a quien hemos seguido en el párrafo antecedente, máxime teniendo en
cuenta que para cuando escribió su obra histórica, los capuchinos ya se habían
convertido en los nuevos custodios de la imagen del Nazareno Cautivo, lo que
sucedió en el año 1895. Nos quedamos, pues, con la versión del padre trinitario
citado al principio, quien afirmaba desconocerse el origen de la imagen y cómo
ésta llegó a la fortaleza de San Miguel de Ultramar.
Lo cierto es que en abril de 1681, las huestes moras del sultán Muley
Ismael pusieron sitio a la fortaleza de San Miguel de Ultramar hasta que
consiguieron la rendición de sus moradores el último día de dicho mes; los
moros no sólo hicieron prisioneros a los supervivientes, entre los que se
encontraban dos religiosos capuchinos, sino que, al parecer, también se
llevaron la imagen del Nazareno, junto con otras, todos los cuales, personas e
imágenes, fueron conducidos a Mequínez (Meknés). Allí, en la corte del sultán,
los prisioneros y las imágenes sufrieron todo tipo de vejaciones, siendo
especialmente sentidas las que recibió la imagen de Jesús Nazareno, según nos
cuenta un testigo de las mismas.
Al año siguiente, esto es, en 1692, los frailes descalzos de la Orden de la
Santísima Trinidad, que tenían como especial misión fundacional la redención de
los cautivos cristianos, organizaron desde Ceuta una misión para rescatar a
estos cautivos y a las imágenes, consiguiendo el rescate de 211 personas y de
17 imágenes, entre ellas, la de Jesús Nazareno, a costa de grandes trabajos y
cuidados, ayudando Dios con raros prodigios. Tras pasar por varias ciudades
españolas, las imágenes rescatadas llegaron a Madrid, haciéndose con ellas una
solemne procesión y después fueron repartidas por los trinitarios descalzos a
algunos príncipes y señores, quedándose la orden descalza de los trinitarios
con la de Jesús Nazareno para su convento en la Corte, que la comenzó a venerar
desde luego con grandísima devoción, creciendo cada día más el número y afecto
de sus devotos, devoción que los propios religiosos extendieron a todos los
dominios de España y a otros reinos por medio de sus retratos de escultura,
pintura, estampas y medallas; siendo conocida a partir de entonces la imagen
como la de Jesús Nazareno Cautivo y Rescatado, identificable por lucir en el
pecho el escapulario trinitario como señal de su rescate. Pocos años después,
hacia 1689, los duques de Medinaceli hicieron donación al convento de los
trinitarios descalzos de Madrid de un sitio para labrar capilla propia donde
venerar la imagen del Cautivo, convirtiéndose desde entonces en patronos de la
misma; de aquí que también se conozca a la imagen con el nombre de Jesús de
Medinaceli.
Con la exclaustración general de los regulares en España llevaba a cabo
entre 1835 y 1836, los trinitarios descalzos abandonaron el convento de Madrid,
quedando algunos de ellos como capellanes de su iglesia en los años posteriores
al cierre. La imagen de Jesús Cautivo fu trasladada entonces a la madrileña
parroquia de San Martín a requerimiento de la hermandad encargada de su culto,
donde permaneció hasta el año 1846, en que volvió a su antiguo emplazamiento,
entonces ocupado por las religiosas concepcionistas, nuevas moradoras del
antiguo cenobio trinitario. A las concepcionistas sucedieron en la antigua
residencia trinitaria las monjas agustinas y después las carmelitas. En 1895,
los duques de Medinaceli, que durante todo este tiempo no había perdido el
patronazgo de la capilla de Jesús Cautivo, dispusieron que ésta fuera regentada
por los frailes menores capuchinos, quienes desde entonces se dedicaron a
renovar con nuevos bríos el culto a dicha imagen, que había decaído bastante en
los años anteriores; los capuchinos edificaron una nueva iglesia sobre el solar
del antiguo templo trinitario en los años treinta del pasado siglo y continúan
hoy sosteniendo el culto a Jesús de Medinaceli.
En 1710 se constituye la Congregación de Esclavos de Jesús Nazareno. Desde 1819
el rey figura como protector de la Esclavitud. La imagen de Jesús Nazareno se
empezó a conocer como de Medinaceli gracias a que la capilla en la que se
alojaba se encontraba en unos terrenos cedidos por el Duque de Medinaceli. En
1928 es elevada la Esclavitud de Jesús Nazareno a Archicofradía Primaria con
potestad de agrupación a cuantas asociaciones del mismo nombre y título,
erigidas en territorio nacional, así lo soliciten, llegando a la actualidad a
contar con 42 Cofradías agregadas en España.
La imagen fue traslada a diversos lugares dentro de España durante la
Guerra Civil española (1936 - 1939), para protegerla de los bombardeos de
Madrid y finalmente salió para Suiza en 1937 para participar en una exposición
de obras de arte de la Sociedad de Naciones. Regresó en 1939. En 1945 Francisco
Palma Burgos realizó un soberbio trono procesional para el Nazareno. La imagen
nazarena formó parte del Vía Crucis que tuvo lugar el 19 de agosto de 2011 con
motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, presididas por el papa
Benedicto XVI en Madrid.
Características de la imagen
La imagen de Jesús tiene una altura 173 cm y fue elaborada en talleres
sevillanos en el siglo XVII, atribuida al círculo del imaginero Juan de Mesa.
Su iconografía es la llamada "de Sentencia", en el momento que Cristo
es setenciado a ser crucificado. Es de talla completa para vestir, constando
simplemente de un paño de pureza. Tiene una mirada que refleja un gran
sufrimiento así como una gran paciencia. La talla está encorvada por el dolor
de espalda producido por la flagelación.
La imagen tiene una cabellera tallada a pesar de que no se muestre al estar
tapada por la de pelo natural que se le pone. Consta de un gran ajuar compuesto
por más de treinta túnicas entre las que destacan una de 1846, regalada por el
rey Francisco de Asís y otra de 1883, regalo de la Duquesa de Medinaceli. Para
las grandes ocasiones como el primer viernes de marzo o la procesión, Jesús
luce una corona de oro macizo de medio kilo de peso con piedras preciosas
incrustadas, regalo de los joyeros madrileños en la década de 1950.
Lugares donde ha recibido culto
Por motivos históricos la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha
recibido culto en varios templos de Madrid. En 1930 se levanta al actual
basílica. Entre los años de 1936 y 1939. También ha sido venerada en varios
lugares de España, como por ejemplo en Valencia y Cataluña, incluso ha sido
venerada en Francia. Su última estancia fuera de España fue en Ginebra, donde
participó en una exposición en el Palacio de la Sociedad de Naciones.
Actualmente se encuentra en el altar mayor de la mencionada basílica. La
imagen se sitúa sobre el sagrario. En la puerta que precede al camarín, se lee:
Archicofradía de la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Durante el año 2013, con beneplácito del arzobispado de valencia, ha sido
nombrado patrono de la policía local de Massamagrell (Valencia).
Culto y Festividad principal
Nuestro Padre Jesús de Medinaceli se encuentra al culto en la iglesia de
los RR.PP. Capuchinos de la Calle Jesús de Madrid. Preside el templo desde su
camarín. Todos los viernes del año Nuestro Padre Jesús Nazareno es visitado por
miles de devotos.
El primer viernes de marzo de cada año tiene lugar su
multitudinario besapiés, al que acuden muchísimos devotos. Tradicionalmente
asiste un miembro de la Familia Real Española para orar ante la imagen.
La imagen de Jesús de Medinaceli suscita mucha devoción en muchos lugares
de España, encontrándose numerosas copias de la imagen y hermandades que le
rinden veneración. También en el extranjero recibe el Nazareno de Madrid
fervorosa devoción, siendo el caso más llamativo el de la Hermandad de Jesús de
Medinaceli y la Esperanza Macarena de Miami, Estados Unidos.
Procesión de Semana Santa
Artículo principal: Archicofradía de Jesús de Medinaceli (Madrid)
Nuestro Padre Jesús Nazareno es sacado en procesión el Viernes Santo por la
tarde por la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro
Padre Jesús Nazareno. Esta es una procesión multitudinaria, en la que desfilan
los esclavos de Jesús vistiendo el hábito nazareno que consta de túnica y
capirote morados. También participan los devotos que lo desean, portando
cadenas o alumbrando, sin vestir hábito. Con frecuencia participan devotos
llegados de muchos lugares de España y del extranjero. En las calles se
concentran un total de 800.000 personas.
En 2012, la archicofradía estaba formada por unos 3900 nazarenos y constaba de
8000 hermanos. El trono que porta a Jesús pesa tres toneladas y media y alcanza
los cuatro metros de altura. En cada esquina se disponen cuatro artísticos
ángeles que sujetan los candelabros de guardabrisas. El trono fue tallado en
madera y policromado por el artista Francisco Palma Burgos hacia el 1944 y es
llevado por 128 anderos. La música de acompañamiento corre a cargo de la banda
de música "La Lira de Pozuelo", de la localidad madrileña de Pozuelo
de Alarcón.
Homenaje de Los Estudiantes de Oviedo a Jesús de Medinaceli de Madrid: Cuaresma
2018
Desde la Hermandad y Cofradía de Los Estudiantes de Oviedo se ha querido
rendir un homenaje a la madrileña Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre
Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, ya que su sagrado
titular recorrio las calles de la capital de España el Viernes Santo de 2018,
portado a hombros - abandonando por lo tanto las ruedas, en el trono modificado
que le tallara a comienzos de la década de los 40 del siglo XX, D. Antonio
Palma Burgos.
Esta es la razón por la que Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que se
encuentra en la Parroquia de San Francisco Javier de La Tenderina, lucio esos
días de Cuaresma un escapulario trinitario, traído especialmente desde Madrid,
y que fue colocado por la Camarera del titular de los Estudiantes, Dª.
Mónica García de la Noceda, siendo su Vestidor, D. Ígor Freijoó González.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente: Texto de La devoción de Jesús Cautivo y Rescatado en Estepa. Jorge
Alberto Jordán Fernández. Doctor en Historia. Boletín de los Estudiantes.
Cuaresma 2014.
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