"Cuando entraban con el Niño
Jesús sus padres para cumplir con Él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en
brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes
dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien
has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y
gloria de tu pueblo Israel" Lucas 2, 22-35.
Un anciano recibe hoy a Jesús hecho
niño. Los brazos del anciano Simeón son como el cáliz que recoge la salvación
esperada durante siglos por el pueblo de Israel y por toda la humanidad.
+ Los brazos de Simeón sienten que El Salvador ha llegado.
+ Sus ojos, de anciano cansado, ven la luz de la salvación.
+ Y sus labios, que tantas plegarias han formulado, proclaman la luz de
la salvación para todos los pueblos.
* Que tus brazos trabajen para que el mundo sienta que la salvación ha
llegado y está presente.
* Que la alegría de tus ojos, de tus palabras y de tus gestos muestren
la luz de la salvación.
* Que también tus labios anuncien a Jesucristo, El Salvador y la Luz del
mundo.
Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
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