Desde el próximo sábado por la tarde, y todo el domingo,
celebraremos la fiesta de la Presentación del Señor.
En efecto, el 2 de febrero, se cumplen 40 días de la
Navidad, y por ello se celebra eta fiesta ya que, de acuerdo a la Ley de
Moisés, la mujer que daba a luz a un varón debía purificarse por cuarenta días,
tras lo que debían presentar al niño (Lev 12, 2-6). Al cumplir con este
precepto, Santa María y su esposo fueron al templo con Jesús y, al llegar,
Simeón tomó en brazos al Niño y dijo que era la luz que alumbra las naciones
(Lc 2, 32).
Es por ello que en esta fiesta se conmemora la entrada
de la Luz en el templo. Esa conmemoración se hace dándole protagonismo a las
velas o candelas en la liturgia.
Ese día la misa comienza en el atrio o en otro lugar
distinto a la iglesia. Ahí se reúnen los fieles con candelas apagadas en sus
manos. El sacerdote llega a ese lugar revestido con casulla o con capa pluvial.
Cuando arriba, se encienden las velas mientras se canta: “El Señor llega con
poder. Iluminará los ojos de sus siervos. Aleluya.”
Después, el sacerdote saluda al pueblo como de
costumbre, hace una monición y bendice las candelas con una fórmula que se
encuentra en el misal. Tras decir esas palabras, rocía las candelas con agua
bendita, sin decir nada. Acabada la aspersión, el sacerdote recibe su propia
candela y comienza la procesión hacia la iglesia.
Al llegar a la iglesia, el sacerdote venera el altar,
va a la sede, se quita el pluvial (si es que lo ha usado en la procesión), y se
pone la casulla. Después se canta Gloria. Acabado el himno dice la colecta, y
la misa prosigue como de costumbre.
En el caso de la liturgia papal, el rito inicia en el
atrio de la Basílica de San Pedro. La Basílica permanece a oscuras mientras la
procesión ingresa a ella. Así, puede apreciarse el templo solo iluminado con
las velas. Se nota que las luces entran a la basílica, simbolizando la entrada
de la Luz al templo. En el momento en el que el papa llega al altar, se
encienden todas las luces.
Artículo
enviado por:
Jesús Manuel
Cedeira Costales.
Fuente:
liturgiapapal.org
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