Los cristianos celebramos la Natividad del Señor, es
decir, ese misterio de la vida de Jesús. Para ello se ha elegido un día
determinado, que no coincide con el cumpleaños de Jesús. Reitero, celebramos un
misterio y no festejamos un cumpleaños. Como se festeja el nacimiento del
monarca de Reino Unido el 9 de junio, con independencia de la fecha en que haya
nacido la persona concreta que reine.
¿Por qué se eligió el 25 de diciembre para celebrar el
misterio la Natividad del Señor? Algunos han apuntado que por sustituir a los
Saturnales romanos. Otra respuesta está en la Encarnación.
Por la imprecisión del calendario juliano, el
equinoccio de primavera en el hemisferio norte se había movido del 21 al 25 de marzo;
es decir, la primavera comenzaba el 25 de marzo. Los antiguos creían que Dios
había iniciado la creación el 25 de marzo, por ser la fecha del inicio de la
primavera. Pensaban que la creación no podía haber empezado en otra estación
pues, por ejemplo, en otoño las hojas caen y para ello se requiere que existan
hojas; tenía que ser en la estación en la que florean las plantas.
Si Dios había iniciado la creación del mundo un 25 de
marzo, también el inicio de la nueva creación, la Encarnación del Verbo, tenía
que haber sido un 25 de marzo.
Creyendo que la Encarnación había sido un 25 de marzo,
se le suman los nueve meses de embarazo, dando como fecha el 25 de diciembre.
Por eso se celebra en ese día la Natividad del Señor.
No obstante, pueden hacerse cálculos para determinar
la fecha aproximada del nacimiento de Jesús a partir de distintos versículos de
la Biblia.
Narra San Lucas que el padre de Juan el Bautista era
Zacarías, quien pertenecía a la clase sacerdotal de Abías (1,5). Las clases
sacerdotales se habían distribuido por turnos para prestar su servicio
litúrgico. Cada turno servía durante una semana (2 Cro 23, 8). A la clase de
Abías le correspondía el octavo turno (1 Cro 24, 10). Dice San Lucas que una
vez que Zacarías cumplió su turno, regresó a casa y poco después su esposa, Isabel,
concibió a Juan (23-24). De esta forma, podemos saber la fecha aproximada en
que se concibió Juan el Bautista si conocemos la fecha del turno de Abías. A
partir de esta fecha podemos conocer el momento aproximado del nacimiento de
Jesús, pues Cristo era seis meses menor que Juan como narra san Lucas (1, 36).
Es decir, a la fecha aproximada de la concepción del Bautista se le añaden
nueve meses, y a ésta se le añaden otros seis
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuente:
liturgiapapal.org
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