Paloma Saborido es una mujer cristiana y cofrade de los pies
a la cabeza. “Nazarena desde los tres años” y hasta ahora, esta malagueña,
profesora de Universidad, tiene muy claro que la misión de las hermandades y
cofradías es “evangelizar en la calle con un medio particularmente bello y
atractivo”.
La ciudad española de Málaga acogerá, el próximo septiembre
el IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías. Un evento que hará de
la capital andaluza el “epicentro del debate y la reflexión sobre la
religiosidad popular”, como apunta Paloma Saborido, presidenta del comité
científico de este congreso a Omnes.
Para esta malagueña, el Congreso Internacional que tendrá
lugar en “su casa” en pocos meses, es un momento privilegiado para “formarnos y
dar información real sobre las cofradías y hermandades a otros movimientos de
la Iglesia. Queremos mostrar que no sólo somos estética sino que sabemos lo que
estamos haciendo; que tenemos nuestra misión en la Iglesia”.
Hablar con Paloma Saborido es sumergirse de lleno en la Vía
de la Belleza tomista como camino para llegar a Dios, pero ¿cómo vive la fe una
persona cofrade sin caer en un mero esteticismo?
-Yo soy cofrade desde que nací. Nazarena desde los tres
años. Vivo la fe como mis padres me enseñaron, vehiculizándola a través de las
cofradías y hermandades. Y así es mi fe, mi fe cristiana. Yo rezo a unas
tallas, que sé que son de madera, pero que me sirven como instrumento para
llegar a Dios. Esto lo hacemos la mayoría de los cofrades”.
Hay que tener en cuenta una cuestión. Las cofradías y
hermandades ponemos en la calle un espectáculo que no se esconde ante nadie. Es
un espectáculo de luz, de sonidos, de colores y aromas. Es impresionante. Y
mientras mejor sea ese espectáculo, dentro de los límites racionales que nos
impone el presente, mejor vamos a realizar la misión que tenemos. Nosotros
somos un medio, la misión que tenemos en nuestra Iglesia hoy es evangelizar:
mostrar la pasión de Cristo y el mensaje que Cristo, a través de su pasión, nos
quiere hacer llegar. Ese es nuestro fin, y nosotros utilizamos este medio y la
Iglesia se sirve de este medio.
Vivo la fe como mis padres me enseñaron, vehiculizándola a
través de las cofradías y hermandades.
Tenemos que tener muy claro que las hermandades y cofradías
tienen “muchísimas perspectivas” como dice el antropólogo Isidoro Moreno: la
turística, sociológica, artística, económica… y todas ellas están dentro de la
Semana Santa, pero los cofrades ante todo somos cristianos. Lo que ponemos en
la calle, de forma gratuita, dando nuestra familia, nuestro dinero, nuestro
esfuerzo… lo hacemos solo para trasladar el mensaje de Cristo y lo sabemos.
Quizás a veces, como la estética es embaucadora, hay alguien que se haya podido
quedar en eso. Nosotros sabemos que hemos de usar esa belleza como medio para
llegar a Dios. Hay quien se acerca a las cofradías por la cultura, por el arte,
por la música o porque le da de comer, y ya se acerca, hay un segundo paso y es
que lo que ofrecemos es el mensaje de Cristo.
Como ha apuntado, las cofradías, las hermandades de todo
tipo: de pasión, de gloria… usan la “belleza como medio para llegar a Dios”.
Santo Tomás de Aquino la defendió como medio privilegiado para llegar a la
Verdad pero ¿no cree que el peligro de quedarse en la estética es constante?
-Las cofradías y hermandades tenemos una misión. Lo ha dicho
varias veces Mons. Rino Fisichella, al que tuve la suerte de escucharlo en
Lugano (Suiza) en el Primer Foro Paneuropeo de Cofradías, “tenéis la misión de
evangelizar en la Iglesia, como los sacerdotes, evangelizar en la calle”. Para
ello tenemos un medio extremadamente bello. Si nosotros mostramos lo mejor que
podamos esa Pasión y Resurrección de Cristo, ese mensaje pascual, mejor haremos
nuestro fin.
Además de eso, especialmente en este año, hemos visto hasta
dónde llega la labor de las hermandades y cofradías que se han centrado en lo
que tenían que hacer en esta situación: ayudar. En toda España, pueblos y
ciudades, las cofradías se han volcado en ayudar a los más necesitados a través
de campañas de reyes, recogida de material de vuelta al cole, haciendo batas
para los sanitarios, recogidas de alimentos… ha sido impresionante.
Durante la pandemia la labor de las hermandades y cofradías
se ha centrado en lo que tenían que hacer en esta situación: ayudar.
Un dato es claro en nuestro propio país: en las zonas con
presencia de las hermandades y cofradías más de la mitad de los niños son
bautizados, hay una mayor vida cristiana; no así en las zonas donde éstas no
tienen mucha presencia, ¿son conscientes de que son “un dique a la
secularización” como las ha calificado algún obispo?
-Las hermandades y cofradías son el movimiento de la Iglesia
Católica, por decirlo de algún modo, con más posibilidades de llegar a más
gente. Simplemente por su “plurinaturaleza” de cultura, de arte, turístico hace
que lleguemos a más gente que nadie y eso nos posibilita evangelizar a más
personas. Evangelizamos con nuestro ejemplo, con nuestra manera de vivir, con
lo que predicamos de principio a fin, no sólo el día de la procesión. Recuerdo
un ejemplo que sucedió en mi cofradía la Pollinica de Málaga: teníamos un grupo
de gente joven en el que participaban muchos jóvenes: teníamos adoración
nocturna, participábamos activamente en la Misa… había tres hermanos que
venían, pero no comulgaban nunca… un día, el Hermano Mayor les preguntó sobre
esto y ellos contaron que no estaban bautizados y pidieron recibir los
sacramentos de Iniciación Cristiana porque querían ser así, como los cofrades
con los que compartían el tiempo. Sólo por esto tiene sentido el esfuerzo y el
tiempo que dedicas a esto. Nuestra existencia como cofrades tiene sentido para
que estas personas se acerquen a Dios y a la Iglesia.
Esto pasa en todo el mundo. Hace poco entré en contacto con
una cofradía de México con experiencias de acercamiento a la fe similares. En
esta sociedad revolucionada, azotada por una pandemia que ha hecho sufrir
tanto, las hermandades y cofradías tienen la capacidad de ilusionar a las
personas y atraerlas a la fe de Cristo y a la Iglesia.
Nuestra existencia como cofrades tiene sentido para que
estas personas se acerquen a Dios y a la Iglesia.
Centrándonos en el Congreso que se celebra en Málaga el
próximo septiembre, ¿por qué se eligió Málaga para este encuentro?
-La agrupación de Cofradías de Málaga se ofreció, ya en el
III Encuentro Internacional de Hermandades, a ser la sede del próximo encuentro
enmarcándolo en las actividades de celebración de su I Centenario, ya que es la
primera agrupación del mundo.
Desde la Agrupación, me propusieron ser la directora
científica. Esto no era nuevo para mí ya que, desde hace tiempo, impulsamos el
primer Curso Universitario de Formación Integral en Gestión de Cofradías y
Hermandades que se imparte en una universidad publica y del que ya estamos
preparando la cuarta edición, hemos hecho cursos de verano.. etc.
Al diseñar el programa del encuentro coincidimos en que el
debate tenía que estar centrado en torno a la religiosidad popular, la Semana
Santa como movimiento en la religiosidad popular y en analizar la misión
evangelizadora de las hermandades y cofradías, en especial, a través de los
días de Semana Santa.
¿Cómo han estructurado este objetivo en el Congreso?
-El IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías
estructura esta reflexión sobre la religiosidad popular en tres paneles unidos
por el hilo de la misión evangelizadora de las cofradías y hermandades.
El primer día hablaremos de la religiosidad popular como
fundamento y base de la Semana Santa. Contaremos con la conferencia inaugural
de Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva
Evangelización de la Santa Sede, que se centrara en la religiosidad popular
como fuente de evangelización y después hablaremos de esa religiosidad popular
a través de ponentes, tanto del ámbito antropológico como teológico: cómo se
desarrolla en la actualidad, sus fuentes…
El segundo día, el centro estará en la representación del
momento histórico de la pasión de Cristo. Ese día tendremos dos ejes: una mesa
de debate sobre los personajes secundarios de la pasión, en la que nos
acercaremos a la función evangelizadora de estos personajes, también el papel
de la mujer en la pasión de Cristo, o cómo se han trasladado el papel, el
mensaje de estos personajes secundarios a la imaginería… En la segunda parte
nos centramos en la figura de Cristo en su pasión a través de tres ponencias:
analizando su proceso judicial, el padecimiento físico y el momento de la
resurrección, a través de las ultimas investigaciones que se han llevado a cabo
en la Sábana Santa para lo que contaremos con Paolo Di Lazzaro, Subdirector del
Centro Internazionale di Studi sulla Sindone
El tercer día, como no podía ser de otro modo, nos centramos
en la representación de la religiosidad popular. No sólo vamos a conocer las
representaciones del Levante, las castellanas, sino también cómo se representa
esta religiosidad popular en zonas tan diferentes a la nuestra como
Centroeuropa o Italia, México o iconografía bizantina.
La religiosidad popular y especialmente las hermandades y
cofradías son uno de los movimientos con más fuerza dentro de la Iglesia
Católica.
Creo que es un Congreso importante, no sólo por la fuerza
del tema o por la talla de los ponentes entre los que hay cofrades pero también
quienes no lo son en absoluto, sino porque queremos tener una mesa de debate
profunda en torno a la religiosidad popular. Hoy en día la religiosidad popular
y especialmente las hermandades y cofradías son uno de los movimientos con más
fuerza dentro de la Iglesia Católica. Nosotros manifestamos que somos
cristianos de una manera clara y palpable y que mueve a muchísimas personas y
es trascendental darle la importancia que tiene, como lo hace el papa
Francisco.
Enviado por:
Jesús Manuel Cedeira Costales.
Fuentes:
https://omnesmag.com
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