La Conmemoración a los Fieles Difuntos, generalmente
llamada Día de los Muertos o Día de los Difuntos es una celebración que se
realiza el 2 de noviembre complementando al Día de Todos los Santos, cuyo
objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y,
especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en
el Purgatorio.
La celebración de una fiesta dedicada a los difuntos
persigue en la mayoría de culturas el objetivo de apaciguar a los muertos más
recientes que vagan aún por la tierra sin encontrar el lugar de reposo (para la
Iglesia Cristiana Católica ese lugar por el cual vagan se llama Purgatorio).
Las principales iglesias, Iglesias Cristianas
Ortodoxas Occidentales, Unión de Utrecht (Iglesias), Comunión de Porvoo, así
como Comunión anglicana y Iglesia católica acordaron tener el mismo calendario
y días de celebraciones religiosas y santoral (siempre que en esa rama
cristiana sea santo o beato esa persona), para facilitar las asistencia a sus
feligreses a sus respectivas celebraciones (coincida con día festivos) (Semana
Santa, Navidad...)
El
Día de los Difuntos [...] el día designado en la Iglesia Católica hispana para
la conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina
de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de
pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado,
no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla
por rezos y por el sacrificio de la misa. [...] Ciertas creencias populares
relacionadas con el Día de los Difuntos son de origen pagano y de antigüedad
inmemorial. Así sucede que los campesinos de muchos países católicos creen que
en la noche de los Difuntos los muertos vuelven a las casas donde antes habían
vivido y participan de la comida de los vivientes.
tomo I, pág. 709
The American Encyclopedia dice:
Elementos
de las costumbres relacionadas con la víspera del Día de Todos los Santos se remontan
a una ceremonia druídica de tiempos precristianos. Los celtas tenían fiestas
para dos dioses principales... un dios solar y un dios de los muertos (llamado
Samhain), la fiesta del cual se celebraba el 1 de noviembre, el comienzo del
año nuevo celta. La fiesta de los difuntos fue gradualmente incorporada en el
ritual cristiano. tomo 13, pág. 725
El libro The Worship of the Dead (La adoración de
los difuntos) señala a este origen al decir:
Las
mitologías de todas las naciones antiguas están entretejidas con los sucesos
del Diluvio [...] El vigor de este argumento está ilustrado por el hecho de que
una gran fiesta de los muertos en conmemoración de ese acontecimiento se
observa, no solo en naciones que más o menos se encuentran en comunicación
entre sí, sino también en otras extensamente distanciadas, tanto por el océano
como por siglos de tiempo. Además, todos celebran esta fiesta más o menos el
mismísimo día en que, de acuerdo con el relato mosaico, tuvo lugar el Diluvio,
a saber, el decimoséptimo día del segundo mes... el mes que casi corresponde
con nuestro noviembre. Londres, 1904, Colonel J. Garnier,
pág. 4
Por tanto, estas celebraciones en realidad
comenzaron como una fiesta para honrar a personas que, debido a su maldad,
habían sido destruidas por Dios en los días de Noé. (Gén. 6:5–7; 7:11.)
La práctica religiosa hacia los difuntos es
sumamente antigua. El profeta Jeremías en el Antiguo Testamento dice: «En paz
morirás. Y como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes antepasados que
te precedieron, así los quemarán por ti, y con el «¡ay, señor!» te plañirán,
porque lo digo yo — oráculo de Yahveh» (Jeremías 34,5). A su vez en el libro 2°
de los Macabeos está escrito: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los
muertos, para que quedaran libres de sus pecados» (2 Mac. 12, 46); y siguiendo
esta tradición, en los primeros días de la Cristiandad se escribían los nombres
de los hermanos que habían partido en la díptica, que es un conjunto formado
por dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva
acostumbraba a anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los
muertos por quienes se había de orar.
En el siglo VI los benedictinos tenían la costumbre
de orar por los difuntos al día siguiente de Pentecostés. En tiempos de san
Isidoro († 636) en España había una celebración parecida el sábado anterior al
sexagésimo día antes del Domingo de Pascua (domingo segundo de los tres que se
contaban antes de la primera de Cuaresma) o antes de Pentecostés.
En Alemania cerca del año 980, según el testimonio
del cronista medieval Viduquindo de Corvey, hubo una ceremonia consagrada a la
oración de los difuntos el día 1 de noviembre, fecha aceptada y bendecida por
la Iglesia.
Adoptada por Roma en el siglo XIV pero que se remonta
varios siglos atrás. Fue el 2 de noviembre del año 998 -otros autores fijan la
fecha en 1030- cuando, en optó cerca del año 1000, en Milán se adoptó el siglo
XII, hasta ser aceptado el 2 de noviembre, como fecha en que la Iglesia
celebraría esta fiesta.
Celebración
litúrgica en el Cristianismo
En
la Iglesia católica
Para la Iglesia católica, se trata de una
conmemoración, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos los que han
muerto a este mundo (fieles difuntos), pero aún no pueden gozar de la presencia
de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que
ocasionaron sus pecados.
Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones
(llamadas sufragios), sacrificios y la misa para que los fieles difuntos de la
iglesia purgante, terminen esta etapa y lleguen a la presencia de Dios. Hay
pues, una gran diferencia en la fiesta del día primero y el ambiente de oración
y sacrificio del día dos.
Aunque la iglesia siempre ha orado por los difuntos,
fue a partir del dos de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial
para ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón, Francia.
Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo
entero.
En
las Iglesias cristianas orientales
Entre los cristianos orientales hay varios días
dedicados a la oración por los difuntos, muchos de ellos caen en sábado,
durante el tiempo de la Cuaresma o Pascua. En el rito de la Iglesia Ortodoxa
Griega, esta fiesta se celebra en la Víspera de la Sexagésima, o en la Víspera
de Pentecostés, mientras que la Iglesia Armenia celebra la «Pascua de los
difuntos» al día siguiente de Pascua de Resurrección.
En la Iglesia Serbia hay también una Conmemoración
de los difuntos, celebrada el sábado siguiente a la fiesta de la Concepción de
san Juan Bautista (23 de septiembre).
En
la Iglesia anglicana
Durante la Reforma protestante, la celebración de
los Fieles Difuntos fue fusionada con la de Todos los Santos por la Iglesia
Anglicana, aunque fue renovada por ciertas Iglesias conectadas con el
Movimiento de Oxford en el siglo XIX.
Entre algunos protestantes no anglicanos la
tradición ha sido mantenida tenazmente. A pesar de la influencia de Lutero, que
abolió esta celebración en Sajonia y de las penas eclesiásticas luteranas,
sobrevive esta celebración en la Europa protestante.
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
Fuente:
wikipedia.org
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