viernes, 5 de enero de 2018

LETANÍAS DE LOS MAGOS DE ORIENTE



¡Preciosas, para rezar ante nuestro Niño Jesús por toda la humanidad.... y por nuestros difuntos!





LETANÍAS DE LOS MAGOS DE ORIENTE

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Cristo, Rey de reyes, óyenos.

Cristo, Señor de los señores, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, Reina de reyes, ruega por nosotros.

San José, padre adoptivo del Rey de todos, ruega por nosotros.



Santo rey Gaspar, ruega por nosotros.

Santo rey Melchor, ruega por nosotros.

Santo rey Baltasar, ruega por nosotros.

Santísimos tres Reyes, rogad por nosotros.

Santísimos tres Magos de Oriente, rogad por nosotros.

Reyes de Tarsis, rogad por nosotros.

Reyes de los árabes y de Saba, rogad por nosotros.

Patriarcas de los fieles, rogad por nosotros.

Primicias de los gentiles, rogad por nosotros.

Príncipes de los pueblos, rogad por nosotros.

Vosotros, cuya expectación era Jesús, rogad por nosotros.

Vosotros, cuyo deseo era Jesús, rogad por nosotros.

Vosotros, cuyo gozo perfecto estaba en Jesús, rogad por nosotros.

Ilustrísimos en la fe, rogad por nosotros.

Robustísimos en la esperanza, rogad por nosotros.

Ferventísimos en la caridad, rogad por nosotros.

Esplendidísimos en el oro del amor, rogad por nosotros.

Religiosísimos en el incienso de la devoción, rogad por nosotros.

Incorruptísimos en la mirra de la paciencia, rogad por nosotros.

Profundísimos en la humildad, rogad por nosotros.

Fortísimos en la constancia, rogad por nosotros.

Amplísimos en la gratitud, rogad por nosotros.

Liberalísimos en la munificencia, rogad por nosotros.

Espejos de todas las virtudes, rogad por nosotros.

Vosotros, que aceptasteis reverentemente la divina inspiración al ver la estrella, rogad por nosotros.

Vosotros, que correspondisteis con diligente voluntad a la gracia eficaz, rogad por nosotros.

Vosotros, que dejasteis vuestra tierra y vuestros parientes y amigos por amor del Rey celestial, rogad por nosotros.

Vosotros, que no temisteis las molestias y dificultades del viaje, rogad por nosotros.

Vosotros, que indagasteis en Jerusalén por el recién nacido Rey de los Judíos, rogad por nosotros.

Vosotros, que confesasteis intrépidamente la fe en Cristo delante de Herodes, rogad por nosotros.

Vosotros, que fuisteis informados sobre el lugar de nacimiento del Mesías según las Escrituras por los Escribas y Fariseos, rogad por nosotros.

Vosotros, que fuisteis despachados a Belén por Herodes, rogad por nosotros.

Vosotros, que os llenasteis de gran gozo al ver de nuevo la estrella, rogad por nosotros.

Vosotros que la seguisteis mientras os guió hasta posarse sobre el lugar donde se hallaba el Niño, rogad por nosotros.

Vosotros, que, entrando en la casa, encontrasteis al Niño con María, su Madre, rogad por nosotros.

Vosotros, que, adelantándoos, adorasteis al Niño sentado sobre el virginal regazo, rogad por nosotros.

Vosotros, que, abriendo vuestros tesoros, ofrecisteis al Niño oro incienso y mirra, rogad por nosotros.

Vosotros, que testimoniasteis vuestra fe a todo el orbe mediante el misterio de vuestros dones, rogad por nosotros.

Vosotros, que declarasteis a Jesús Rey por el oro, Dios por el incienso y hombre mortal por la mirra, rogad por nosotros.

Vosotros, que proveísteis de qué vivir al Niño Jesús para cuando tuvo que huir a Egipto, rogad por nosotros.

Vosotros, que por vuestra humilde adoración nos disteis ejemplo de todas las virtudes, rogad por nosotros.

Vosotros, que nos enseñasteis a ofrecer a Dios el oro de la caridad, el incienso de la oración y la mirra de la paciencia, rogad por nosotros.

Vosotros, que, después de adorar al Señor y ofrecerle vuestros dones, saludasteis humildemente a la Santísima Virgen Madre y a san José, su esposo, rogad por nosotros.

Vosotros, que recibisteis con gozo la gratitud de la misma Santísima Virgen y su virginal esposo José por los obsequios ofrecidos, rogad por nosotros.

Vosotros, que os encomendasteis, junto con vuestros reinos y los pueblos gentiles a Cristo, a la Santísima Virgen y a su esposo rogad por nosotros.

Vosotros, que partisteis de la presencia de la misma Santísima Virgen y de su esposo con felicísimos augurios de toda clase de bienes, rogad por nosotros.

Vosotros, que, habiendo sido instruidos por la advertencia del ángel en sueños de no volver a la presencia de Herodes, regresasteis a vuestros países por otro camino, rogad por nosotros.

Vosotros, que, por mandato divino, burlasteis a Herodes, rogad por nosotros.

Vosotros, que librasteis prudentemente al Niño Jesús, del peligro de ser matado, rogad por nosotros.

Santísimos tres Reyes, rogad por nosotros.

Nosotros, pecadores, os rogamos, oídnos.

Para que pidáis para nosotros una verdadera y perfecta contrición, os rogamos, oídnos.

Para que os dignéis aceptar ser nuestros patronos, os rogamos, oídnos.

Para que queráis reconciliarnos con el Rey de reyes y encomendarnos y presentarnos a Él, os rogamos, oídnos.

Para que ilustréis nuestras almas con vuestras virtudes, os rogamos, oídnos.

Para que nos obtengáis el oro de la caridad, el incienso de la devoción y la mirra de la mortificación, os rogamos, oídnos.

Para que merezcamos buscar y encontrar con vosotros a Cristo, nuestro Rey y Señor, os rogamos, oídnos.

Para que confesemos intrépidamente nuestra fe en Cristo frente a los herejes e infieles, os rogamos, oídnos.

Para que nunca volvamos a Herodes, es decir a los halagos del mundo y los deseos nocivos, en los cuales no se encuentra a Cristo, os rogamos, oídnos.

Para que al final lleguemos con vosotros por otro camino a la patria celestial, os rogamos, oídnos.

Para que nos asistáis en la agonía, cuando debamos abandonarlo todo, os rogamos, oídnos.

Para que enriquezcáis nuestra pobreza con vuestros preciosos dones, os rogamos, oídnos.

Para que inspiréis a la Iglesia militante un mayor amor y culto hacia vosotros, os rogamos, oídnos.

Para que preservéis, protejáis y defendáis con vuestro patrocinio a vuestros devotos y a los lugares destinados a vuestro culto de las insidias de los adversarios, de los desórdenes de la guerra, de los insultos de los enemigos, del hambre y de la peste, os rogamos, oídnos.

Para que mantengáis lejos de nosotros a los herejes pertinaces, os rogamos, oídnos.

Para que obtengáis a todos en cuyas manos está promover la santa religión el auxilio de la gracia eficaz, os rogamos, oídnos.

Para que, movidos por las plegarias y buenas costumbres del pueblo, nunca desamparéis los lugares donde sois honrados, os rogamos, oídnos.

Para que obtengáis a vuestros devotos la perseverancia y la gracia final, os rogamos, oídnos.



Para que os dignéis atendernos, os rogamos, oídnos.



Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosostros.

Cristo, Rey de reyes, óyenos.

Cristo, Señor de los señores, escúchanos.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro...

V. Y no nos dejes caer en la tentación.

R. Mas líbranos del mal.



V. Tres son los dones preciosos.

R. Que ofrecieron al Señor los Magos.

V. Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán regalos.

R. Los reyes de los árabes y de Saba llevarán dones.

V. Señor, escucha mi oración.

R. Y mi clamor llegue a Ti.



Oremos:



Oh Dios, que iluminaste admirablemente a los tres magos orientales y santos reyes Gaspar, Melchor y Baltasar, para que vieran y honraran a tu Hijo recién nacido en Belén: concédenos que, ayudados por su ejemplo e intercesión e iluminados por la verdadera fe en medio de las tinieblas de este mundo, reconozcamos en Ti a la luz eterna y avancemos con seguridad entre las prosperidades y las adversidades hasta que, apartados todos los obstáculos, lleguemos pronto hasta Ti, que habitas en la luz inaccesible. Por Cristo nuestro Señor. R. Amen.

V. Señor, escucha mi oración.

R. Y mi clamor llegue a Ti.

V. Bendigamos al Señor.

R. A Dios gracias.

V. Y las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales.


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