Las grandes celebraciones en honor de San Mateo se
remontan al siglo XV, llegando a desbancar a los festejos en honor del patrono
de la ciudad: San Salvador.
Tienen su
origen en la concesión del jubileo de la Santa Cruz por parte del papa Eugenio
IV, en 1438: se otorgaba la indulgencia plenaria a los fieles que acudiesen a
la Catedral a venerar la Cruz de los Ángeles y diesen una limosna entre los 7
días anteriores y los 7 posteriores a la fiesta de la Exaltación de la Cruz el
14 de septiembre. Se da la circunstancia que el último día era el 21 de
septiembre día en honor de San Mateo y cierre del Jubileo y del verano.
Dado
que los fieles habían obtenido el perdón tras su visita a la Catedral, los
festejos y abusos eran comunes en estos días.
Así, fue creciendo la devoción hacia San Mateo y las
fiestas más importantes de Oviedo se celebran en su honor con importantes
actos. Se inician con el pregón desde un palco del Ayuntamiento y finalizan con
la Romería del Cristo de las Cadenas.
Otros eventos destacables son la
Temporada de Ópera de Oviedo, las corridas de toros, la noche de los fuegos, conciertos
populares... aunque uno de los actos más destacados sea el Desfile del Día de
América.
El 21 de septiembre se celebra la misa mayor en honor
del Santo durante la cual, siguiendo tradiciones de los antiguos peregrinos, se
recibe la bendición del Santo Sudario y se expone la hidra (vasija que contenía
el agua que Jesucristo convirtió en vino en las bodas de Caná) llena de agua
bendita.
Es tradición, a la salida de la ceremonia, la compra
en la plaza de la Catedral de «les Paxarines» y la degustación del «bollu
preñau» y la botella de vino en las zonas verdes de la ciudad.
Fuentes: el.tesorodeoviedo.es
Artículo
enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales
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