sábado, 16 de diciembre de 2017

Bendición de las Imágenes del Niño Jesús



El domingo tercero del tiempo de Adviento se llama domingo "Gaudete", "estad alegres", porque la antífona de entrada de la santa misa retoma una expresión de san Pablo en la carta a los Filipenses, que dice así: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres». E inmediatamente después añade el motivo: «El Señor está cerca» (Flp 4,4-5). Ésta es la razón de nuestra alegría. Pero ¿qué significa que "el Señor está cerca"? ¿En qué sentido debemos entender esta "cercanía" de Dios?




El apóstol san Pablo, al escribir a los cristianos de Filipos, piensa evidentemente en la vuelta de Cristo, y los invita a alegrarse porque es segura. Sin embargo, el mismo san Pablo, en su carta a los Tesalonicenses, advierte que nadie puede conocer el momento de la venida del Señor (cf. 1 Ts 5,1-2), y pone en guardia contra cualquier alarmismo, como si la vuelta de Cristo fuera inminente (cf. 2 Ts 2,1-2). Así, ya entonces, la Iglesia, iluminada por el Espíritu Santo, comprendía cada vez mejor que la "cercanía" de Dios no es una cuestión de espacio y de tiempo, sino más bien una cuestión de amor: el amor acerca. La próxima Navidad nos recordará esta verdad fundamental de nuestra fe y, ante el belén, podremos gustar la alegría cristiana, contemplando en Jesús recién nacido el rostro de Dios que por amor se acercó a nosotros.

A esta luz, es un verdadero placer renovar la hermosa tradición de la bendición de las estatuillas del Niño Jesús que se pondrán en el belén.



Oración:

Dios, Padre nuestro,

tú has amado tanto a los hombres

que nos has mandado a tu Hijo único Jesús,

nacido de la Virgen María,

para salvarnos y guiarnos de nuevo a ti.

Te pedimos que, con tu bendición,

estas imágenes de Jesús,

que está a punto de venir a nosotros,

sean en nuestros hogares

signo de tu presencia y de tu amor.

Padre bueno,

bendícenos también a nosotros,

a nuestros padres,

a nuestras familias y a nuestros amigos.

Abre nuestro corazón,

para que recibamos a Jesús con alegría,

para que hagamos siempre lo que él nos pide

y lo veamos en todos

los que necesitan nuestro amor.

Te lo pedimos en nombre de Jesús,

tu Hijo amado,

que viene para dar al mundo la paz.

Él vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Y ahora recemos juntos la oración del Angelus, invocando la intercesión de María para que Jesús, que al nacer trae a los hombres la bendición de Dios, sea acogido con amor en todos los hogares del mundo.

Al aproximarse la celebración del Nacimiento de Jesucristo, Príncipe de la paz, os invito a prepararos a esta fiesta de gozo y salvación intensificando la plegaria, avivando la alegría interior y dedicándoos a la escucha meditativa de la Palabra de Dios, para después transmitirla con sencillez a los demás. Confío esta hermosa tarea a la maternal protección de la Virgen María, tan presente en estos días en el corazón.


Artículo enviado por: Jesús Manuel Cedeira Costales

Fuente: Bendición De las imágenes del Niño Jesús, Benedicto XVI, Ángelus del 14 de diciembre de 2008.

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